La
Unicidad de Dios en la Historia de la Iglesia Parte II
El Monoteismo Hebreo (La existencia de un único Dios) |
De igual
manera se referirán algunas pruebas del origen helenístico del dogma de la
trinidad, que históricamente aparece tiempo después de la llamada época apostólica.
Será
claro ver, cómo en la historia de la Iglesia cristiana, siempre hubo creyentes
de la doctrina apostólica a través de todas las épocas hasta hoy; pues el
monoteísmo puro fue una creencia incesante aún en los momentos de mayor
persecución y de gestación de los más fuertes y opositores movimientos herejes.
Todo esto permitirá que el lector tenga un conocimiento más objetivo de la
doctrina de la iglesia de Jesucristo. Doctrina que en los tiempos modernos se
le ha denominado uni-pentecostal.
No se
pretende realizar un estudio exhaustivo; este capítulo se limita a una modesta
revisión bibliográfica, con el único objetivo de proporcionar al lector una
síntesis que le permitirá, desde una perspectiva seria, tener un panorama
general del tema.
El
propósito fundamental es la compresión secuencial y progresiva del tema.
Este capítulo trata de las raíces históricas y bíblicas de la unicidad, y para
facilitar su asimilación, se ha subdividido en épocas que se han caracterizado
por tener unos sucesos históricos que las enmarcan.
2. Las Raíces de la Unicidad
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La
unicidad como doctrina revelada, tiene sus orígenes en lo que históricamente se
conoce como época veterotestamentaria. Esta época se refiere a la historia de
la humanidad que se conoce a través del antiguo testamento y que en gran
parte se relaciona con el pueblo de Israel. Se observa en esos escritos el
deseo de Dios de darse a conocer al hombre, primeramente a través de una
pareja, luego a una familia, a un pueblo y finalmente a la humanidad entera.
Pero en
este proceso revelador de Dios, el pueblo de Israel participa
trascendentalmente, pues es el depositario original de la doctrina de la
deidad.
“A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay
otro fuera de él”.
Las
evidencias del Antiguo Testamento son contundentes; declaraciones como las de
Moisés escritor del Pentateuco; David y
Salomón autores de una gran parte de los Salmos; y de algunos profetas
como Isaías, Jeremías, Zacarías y Malaquías; representan el
sentir radicalmente monoteísta de todo el Antiguo Testamento y del pueblo de
Israel respecto a su fe.
Reafirmando
la enseñanza veterotestamentaria David Bernard dice:
Muchos…
Pasajes del Antiguo Testamento afirman un monoteísmo estricto y se interpretan
literalmente para excluir cualquier pluralidad en la deidad… La base de la
teología uni-pentecostal es un concepto radical del monoteísmo.
Simplemente
expresado, Dios es absoluta e individualmente uno.
El Shema Deuteronomios 6: 4 -7 |
Igualmente,
la llamada Shemá, consigna del judaísmo que declara que Dios es
uno, es prueba de lo importante que era para el pueblo la concepción que se
tenía respecto a la naturaleza de Dios. La Shemá, es una confesión de fe judía
que comienza diciendo:
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. (Dt
6.4). Es sabido que los judíos piadosos la recitaban en la mañana y en la
tarde, demostrando lo sagrado de esta declaración.
El
monoteísmo puro profesado por el pueblo judío, tenía dentro de sus creencias,
una que se constituía en el pilar de las mismas; la promesa de un Mesías salvador.
Esta creencia, a diferencia de lo que muchos piensan, nunca estuvo en oposición
ni contradijo la enseñanza monoteísta, pues al estudiar detenidamente la
cristología del Antiguo Testamento en referencia a la identidad
del Mesías se hace evidente que era Jehová mismo quien vendría como Mesías a
salvar a Israel su pueblo escogido. El se haría miembro de la raza humana y
manifestaría su Nombre redentor. Una vez manifestado Jesucristo
y al inicio de su ministerio, él se identifica y se apropia de todas las
profecías que respecto al Mesías se habían señalado; declarando que es el rey,
profeta, salvador y libertador esperado.
Vino
[Jesús] a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro
del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba
escrito:
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de
corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en
libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor.
Y
enrollando el libro, lo dio al ministro y se sentó; y los ojos de todos
en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido
esta Escritura delante de vosotros…
Y
comenzando [Jesús] desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían…
Los
apóstoles de primer siglo y seguidores de Jesús, de forma natural, hicieron una
interpretación cristológica del Antiguo Testamento y de modo incuestionables
presentan a Jesús como el Mesías:
Este
halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que
traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres
Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro).
Y decían
a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos
oído, y sabemos que verdaderamente éste [Jesús] es el Salvador del mundo, el
Cristo.
Esto
dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuánto los judíos ya
habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera
expulsado de la sinagoga.
Entonces
es concluyente y consistente en cuanto a la unicidad de Dios;
Que el pueblo de
Israel es el abanderado del monoteísmo bíblico y que la promesa de un Mesías
salvador solamente lo confirma y ratifica.
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