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12/15/2020

Aleluya xq: ¡Jesús es el Padre! x el Rev. Tomas W. Drost una Explicación Bíblica de la Cristologia de la Unicidad / Doctrina

JESÚS es el Padre por el Rev. Tomas W. Drost una Corta Explicación Biblia de la Cristologia de la Doctrina de la Unicidad de Dios

Por: Joe Sanmartin 
Edición: Planeta Apostólico Pentecostal 
Fuente: Rev. Tomas W. Drost (presidente de la IPUM
 ©Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)

Rev. Tomas W. Drost
Jesús es el Padre en Su Divinidad. Porque hay "Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y en todos" Efesios 4:6. Solo el Padre es Dios. 1 Corintios 8:6 dice: "Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él..." Decir "El Padre", es como decir "el originador" de todo.

Isaías 9:6 nos dice que ese niño que nació era el "el padre eterno", o sea, el padre por toda la eternidad, o el Padre de la eternidad. Fíjese bien: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." 
Este es el único lugar en toda la Biblia donde se halla la expresión "Padre eterno" y aquí obviamente se refiere al Hijo, Jesucristo.
Jesús dijo: "Yo y el padre uno somos" Juan 10:30. Note la construcción misma de esta frase. Jesús no dijo "El Padre y yo..." sino "Yo y el Padre..." Solo El podía decirlo así, porque él era ese mismo Padre del cual estaba hablando. Sería sacrílego si yo hablara en tales términos, haciéndome superior o igual a Dios; pero no así con Jesús, porque era su derecho.

"Yo y el Padre uno somos". Para una mejor ilustración, consideremos que El Espíritu Santo que estaba en el apóstol Pedro era Dios, pero lógicamente no todo lo que significaba Dios, porque también los otros 11 apóstoles tenían el Espíritu Santo. Y no solo los doce tenían el Espíritu Santo (Dios), en cada uno de nosotros "él" es uno con la Divinidad (Dios) que "estaba en Cristo."

Allí en Juan 10:30 Jesús se hace Dios el Padre. Los mismos judíos lo entendieron así, porque la reacción inmediata de ellos era de recoger piedras y apedrearlo, porque entendieron que se hacía pasar por Dios. Dice en el versículo 33: "Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Díos". Y luego Jesús lo reiteró cuando dijo, en el versículo 38‑39: "Mas si las hago, aunque no me creáis a mi, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos".

Note la conversación que tiene Jesús con sus discípulos en el capítulo 14:6 de Juan: "Jesús les dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Sí me conocéis, también a mi padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido Felipe? El que me ha visto a mi ha visto al padre, ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?" ¡Qué reprensión! Jesús había estado con ellos más de tres años, y no se había dado cuenta que el era "el Padre de las luces". Eso es lo que todavía le pasa a muchas personas hoy en día.

Quiero que note varias cosas de ese pasaje: 
  1. Jesús no dijo "nadie va al Padre" sino "nadie viene al Padre" Hay una gran diferencia entre viene y va. El dijo viene, porque El es ese Padre al que queremos llegar. 
  2. Jesús claramente dijo "también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis" ‑ ¡Al único que conocían era a Jesús! Pero, conocer a Jesús es conocer al Padre, porque el es el Padre.
  3. "Le habéis visto... El que me ha visto a mí, ha visto al padre". De nuevo es importante observar bien lo que Jesús dijo. El no dijo "ha visto a mi Padre", sino, "ha visto al Padre". Frecuentemente he oído personas citar esa porción cambiándolo algunos artículos para que diga otra cosa. Aceptemos lo que Jesús dijo de Sí mismo. ¡El es el Padre manifestado en carne! Mas claro no lo puede decir.
En Isaías 17:7 dice: "mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel" Al ver a Cristo vemos a Dios, El es la expresión visible de Dios. Con razón Jesús podía decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al padre".
  • ¿Quién resucitó a Jesús?
En Romanos 6:4, nos dice que el Padre lo resucitó, cuando Pablo dijo que: "Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre...". Y Jesús dijo: "Destruid este templo, y en tres días lo levantare". "Cuando Jesús resucitó de entre los muertos; sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la escritura y la palabra que Jesús había dicho" ‑Juan 2:19,22. ¿Fueron dos los que levantaron a Jesús de entre los muertos? ¡Claro que no! Jesús también es el Padre.
  • ¿Quién contesta la oración?
Jesús, en Juan 15:16 nos dijo que era el Padre: "...para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo de". Pero Jesús también dijo: "...todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré..." ‑Juan 14:13. Jesús puede contestar la oración porque el es el Padre. Jesús dijo: "Y yo, sí fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo" ‑Juan 12:32. En Juan 6:44, nos dice que el que atrae es el Padre: "Ninguno puede venir a mi, si el Padre que me envió no le trajere..."
  • ¿Quién viene en las nubes?
En 1 Juan 3:1‑2 nos dice que es el Padre, pero Jesús dijo: "Y si me fuere y os preparare lugar vendré otra vez..." ‑Juan 14:3. Y los ángeles que les hablaron a los discípulos cuando estos estaban mirando al cielo viendo a Jesús ascender, dijeron: "Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" ‑Hechos 1:11

Ahora, no vaya a creer que el Hijo es el Padre o que el Padre es el Hijo, porque eso sería incorrecto. Seria igual que dijera que Dios es Hombre o viceversa.

¿Por qué? Porque lo humano de Cristo Jesús es el Hijo, y lo divino de Cristo Jesús es el Padre. Jesús es el Padre, pero en su divinidad. Jesús es el Hijo, pero en su humanidad. El Padre no es el hijo, sino que el Padre estaba en el hijo. 
El Padre es de una naturaleza (Divina), el Hijo es de otra naturaleza (humana). Son dos naturalezas, ¡pero en Jesús están dos naturalezas! El Padre no es el hijo, El hijo no es el Padre. ¡Pero Jesús es el Padre y es el Hijo!
Para ilustrar esto de una manera, aunque no del todo perfecta, pero si para ayudar a comprender, podríamos usar el ejemplo de agua:
Como sabemos, el agua es líquida. Pero si se congela se convierte en hielo. En cambio si se pone bajo calor se convierte en vapor. Ahora, vapor no es hielo, ni viceversa. Sin embargo, tanto vapor (agua evaporada), y hielo (agua congelada) son agua. Así también, Jesús es el Hijo, y Jesús es el Padre; pero el Padre no es el hijo, ni el Hijo el Padre.
El Padre es la Omnipresencia, Omnipotencia de Jesús. El hijo es el cuerpo o tabernáculo particular donde habita corporalmente la gloria de Dios. Es así que vemos al Padre y llegamos al Padre, por medio de Jesucristo, al igual que Israel lo hacia por el Tabernáculo. Jesucristo es Sacerdote, Sacrificio, Altar, Velo, Lugar, Santísimo, el todo en todo.

En una ocasión Jesús les dijo a los que le rodeaban: "Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, el me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar" ‑Juan 12:49. También, "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabra que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mi, el hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mi; de otra manera creedme por las mismas obras" ‑Juan 14:10,11. 
Aquí, en estos dos casos, Jesús habla como hombre por que hablaba en un estado de subordinación; en otras palabras, el esta diciendo que él (como hombre) actuaba y hablaba por orden divina.
Ahora, note bien que el Ser divino que actuaba en él y hablaba por medio de él (o le dice qué hablar y hacer) no es "el hijo" sino que es el Padre. El Hijo no es un ser divino; el Hijo es lo humano de Cristo Jesús. El único ser divino es el Padre, y Jesús es el Padre en su divinidad. "Solo hay un Dios, el Padre" ‑1 Corintios 8:5,6.
En Cristo Jesús la Divinidad y la humanidad se funden pero no confunden.
Como en un vaso lleno de agua, así el hijo (lo humano) tenía dentro al Padre de la creación (lo divino). ¿Cómo puede ser que él Padre y el Hijo estén dentro el uno del otro? Jesús dijo: "Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí" ‑Juan 14:11.

Hay otra analogía que puede ser tomada de agua y hielo. El hielo es hecho de agua, y flota en el agua. Hielo es en realidad, otra forma de agua. O sea, que tenemos agua dentro de agua. Así también Jesús es Dios en forma humana (manifestado en carne), y él esta en el Padre al igual que el hielo esta en el agua. El padre, siendo Omnipresente, estuvo particularmente presente en Jesucristo.

Santiago 1:17 nos habla del "Padre de las luces". Pues ¿quién es este Padre de las luces? Jesús lo aclara y lo contesta cuando dijo "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" ‑Juan 8:12.

También en 1 Juan 1:5 dice: "Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él". Juan 1:4‑9 dice: "En el (Jesús) estaba la vida, y la vida era la luz, de los hombres... Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por el. No era el la luz, sino para que diese testimonio de la luz aquella luz verdadera... venía a este mundo."

Tal vez esta haciéndose la pregunta: ¿Cómo es que Jesús oraba? Recuerde que solo una persona que esta en necesidad ora. Por lo tanto, Dios nunca ora
Es lo humano (condición) de Cristo Jesús orando a la Divinidad - es el Hijo orando al Padre. Siendo que Jesús era también hombre, el también tenía que orar, porque "Tu oyes la oración; a ti vendrá toda carne" ‑Salmos 65:2.
El hecho que el Hijo ora (y así parece como una intercomunicación en Dios) no debe sorprendernos, porque el Espíritu Santo hace lo mismo en nosotros. Romanos 8:26‑27 dice: "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos". El día de Pentecostés el Espíritu Santo glorificó a Dios por medio de los labios de 120 personas.

Cuando Jesús estaba en la cruz y exclamó: "Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46) no ora un ser divino pidiéndole auxilio a otro Ser divino. ¿Cómo puede un ser Divino, pedirle socorro a otro Ser divino? ¿Cómo se podría hallar en un apuro como ese uno que dijo ser el Todopoderoso? No, sino que era Jesús ‑ Hombre clamando.

Jesús como hombre tenía una voluntad propia. Esto queda muy claro en la oración de Jesús en Getsemaní: "Padre, si quieres para de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." Si, como hombre Jesús tuvo que aprender la obediencia (Hebreos 5:8). El hizo, y solamente quería hacer, la voluntad del Padre, cumplir el propósito de su divinidad como Dios. 
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