Dios busca a un pastor conforme a su corazón (imagen cortesía de pixabay) |
- El Ministerio del Pastor es principalmente dentro de la iglesia:
- Perfeccionando a los santos;
- La obra del ministerio;
- Edificando el cuerpo de Cristo.
Es la reincidencia del pueblo de Dios que torna blanco el cabello del pastor y pone arrugas en su frente.
- El Pastor debe estar bien enterado de cada detalle de la iglesia:
- El Pastor debe mantener actitudes correctas:
Hay un principio que el pastor recién llegado haría bien en recordar. Si los creyentes hablan bien de su pastor anterior, probablemente hablarán bien de él cuando salga algún día. Si son críticos de su pastor anterior, probablemente serán críticos de él cuando salga. Por eso, él debe estar alegre de oír las alabanzas hacia el pastor anterior. El debe recordar que no puede esconder su actitud hacia sus hermanos ministros. Sus ovejas averiguarán su actitud verdadera y le juzgarán en conformidad.
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar” (1 Timoteo3:1-2).
- Hay dos elementos en la predicación:
Un hombre no puede guiar a su grey más allá del punto que él mismo ha alcanzado. Un hombre no puede levantar su pueblo más alto que la cumbre que él mismo ha escalado.
En ningún otro llamamiento o profesión, el trabajo de un hombre es tan afectado por su propia persona y carácter.
Un doctor puede ser un borrachón y todavía ser reconocido cómo un médico experimentado en su comunidad; un abogado puede ser deshonesto, pero todavía reconocido como el abogado más hábil en la ciudad. Pero no es así con el ministro o pastor. El tiene que practicar lo que predica. En el ministerio el “ser” es más importante y llevará más influencia que el “hacer.”
En este estudio estamos haciendo una lista parcial de cualidades que describen el carácter de un pastor. Esta lista de características ha sido tomada del libro “Cumpliendo Nuestro Ministerio.” “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar” (1 Timoteo3:1-2).
- El Pastor debe ser un Cristiano: El debe ser mas que un seguidor de Cristo de profesión solamente. El debe conocer a Jesús como su Salvador personal habiendo recibido la salvación completa del Nuevo Testamento y viviendo en comunión completa con su Salvador. El debe ser un cristiano en palabra y en hecho. El ministro nunca debe rendirse a cualquier cosa que es pecado.
- El Pastor debe ser un Caballero: El debe ser cortés y considerado con todos. Debe ser una persona sociable, moviéndose libremente entre la grey. No solamente debe tener la habilidad de moverse con facilidad, pero debe poseer la habilidad de hacer sentir cómodos a los que están en su compañía. La consideración pensativa de otros es absolutamente necesaria.
- El Pastor debe ser un Individuo: El ministerio pastoral no es para un loro o una máquina repetidora. El no debe ser solamente un “imitador” o una “grabadora.” El tiene que ser él mismo exactamente como Dios le hizo.
- El Pastor debe ser un Ejemplo: Un pastor debe guardar en su mente que todos los ojos están fijados en él. El ejemplo que él da tendrá una influencia profunda sobre las vidas de todos. “…sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12). “…presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.” “no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.”
- El Pastor debe ser un Líder: El ministro del evangelio es un líder. Las ovejas son para ser guiadas, no para ser empujadas. Hay muchas cualidades que el líder necesita como la confianza, estabilidad, convicciones firmes y poder de decisión, pero en el ministerio las cualidades más importantes del liderato son amor verdadero para el pueblo y simpatía sincera por ellos en todos sus problemas. No hay substituto para eso. Siempre debe recordar que él es un padre de la grey, no un fanfarrón ni un dictador.
- El Pastor debe ser un hombre de Dignidad y Seriedad: El Apóstol Pablo, escribiendo a ambos, Timoteo y Tito, declara que los ministros deben ser sobrios. También escribe que los diáconos deben ser serios y aun sus esposas deben ser serias y sobrias. Esto no quiere decir que el hombre de Dios tiene que ser apesadumbrado y triste, porque el hombre de Dios aun bajo presión fuerte, debe mantener una conducta feliz en público o en privado. Lo que quiere decir sobrio y serio es que no hay lugar para la frivolidad y tonterías no tienen lugar en la vida del ministro. El no es un payaso que tratará de hacer malabarismos para entretener a la congregación.
- El Pastor debe tener un gran Amor para las almas: La vida entera del ministro es una de gran sacrificio. Una de las cosas que más le va a distinguir y que le causará dar su vida voluntariamente por las almas es el amor. No hay substituto para el amor en el corazón del pastor.
- El debe ser un Pastor de Convicciones Profundas y Unidad de Propósitos: El tiene que saber lo que hay que hacer y no dejar que nada intervenga ni le distraiga de su propósito. El sabrá lo que cree y estará listo para morir por sus convicciones. Un hombre sin convicciones es inestable y sin valor en el ministerio. A la vez, él debe mantener un espíritu humilde y dispuesto a aprender. Convicciones fuertes no deben ser confundidas con una vida “espiritualmente orgullosa y egoísta.”
- El Pastor debe ser un hombre de Coraje: Muchas veces el hombre de Dios tendrá que pararse solo contra toda clase de oposición. El tiene que mantenerse en la verdad y justicia, aunque esto signifique tomar una posición en contra de sus mejores amigos y sus seguidores más fieles. No puede medir con dos varas al pueblo. El no debe tener miedo del hombre, ni del pecado, ni del diablo.
- El Pastor debe ser un hombre de Fe: El coraje (valentía) y la fe van juntos. El pastor será valiente si tiene una fe viva en Dios. La fe le dará confianza y denuedo santo para predicar el evangelio contra toda oposición. La fe le dará la victoria sobre los poderes del infierno mismo.
- El Pastor debe ser un hombre Separado: Los hijos de Dios son una gente separada. Esto es necesario para ser aceptable como Sus hijos. “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor” (2 Corintios 6:17). Es una separación del mundo. Después, el ministro es separado por el Espíritu Santo del resto de la iglesia para el ministerio. “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamdado” (Hechos 13:2).
- El Pastor debe ser un hombre de Santidad: La verdad, para que sea efectiva debe venir por medio de un hombre, y por eso él debe ser un hombre santo. La gente debe sentir la realidad que él conoce a Dios, y que Dios está en su vida. Su vida debe ser pura y libre totalmente de hábitos malos. “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible” (1 Timoteo 3:2). “Consérvate puro” (1 Timoteo 5:22).
- El Pastor debe ser un hombre lleno del Espíritu Santo: Es el Espíritu Santo quien le pone en el cuerpo; es el Espíritu Santo quien le limpia, le santifica y le hace santo; es el Espíritu Santo quien le separa y le llama a la obra del ministerio; es el Espíritu Santo quien le dota de poder para predicar el evangelio. Sin el Espíritu Santo un hombre no tiene porqué considerar aun el ministerio.
- El Pastor debe ser un hombre de Paciencia: La falta de responder por parte de su pueblo a sus obras personales y públicas con ellos puede probar diariamente su paciencia. Que recuerde el pastor que cuando el pierde su paciencia con la confianza en un individuo, su habilidad para ayudar y ministrar a esa persona es terminada. Aun cuando él tiene que castigar y reprender fielmente, debe hacerlo con paciencia. A veces el ministro tiene que esperar años para la cosecha después de haber sembrado la semilla fielmente. Se requiere paciencia para ser un buen pescador.
- El Pastor debe ser un hombre de Discreción y Prudencia: El ministro del evangelio debe ser un estudiante de la naturaleza humana y entender como tratar con cada uno sin causar ofensa. Una palabra apresurada a veces puede causar ofensa que destruirá la influencia de muchos meses de fiel ministerio. “El que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30).
- El Pastor debe ser un hombre Humilde: La humildad verdadera es una actitud del corazón. Es simplemente ser “él mismo” sin aires o pensamientos de vanagloria. Cualquier hombre, a pesar de su experiencia, edad o grado de buen éxito, puede llegar a ser obsesionado con un espíritu exaltado. Que el ministro de Dios guarde su vida clavada en la cruz; que recuerde él que su vida está muerta. Es solamente cuando se queda así que Dios le puede usar.
- El Pastor debe ser un hombre de Integridad Absoluta y Honestidad Incuestionable: En todos los asuntos de finanzas, él debe ser honesto hasta el último centavo. ¿Cómo puede ser él un mayordomo de los misterios de Dios, si es infiel en las cosas materiales de la vida? La palabra del ministro será tan buena como algo garantizado por obligación escrita. El será honorable en todos sus negocios con su prójimo, y cuando él da su palabra o hace una promesa, guardará su palabra, aunque requiera sacrificio por su parte.
- El Pastor debe ser un Estudiante Constante: La obra grande del pastor es alimentar a las ovejas, pero antes de alimentar a otros, él mismo debe ser alimentado por el Gran Pastor de la Palabra de Dios. Si él no estudia, su ministerio pronto llegará a ser seco. Es necesario que él acumule maná fresco de los cielos diariamente si su ministerio va a seguir fresco y vivo.
- El Pastor debe ser Industrioso: La pereza simplemente no tiene lugar en el ministerio. No hay profesión que es tan activa que la de predicar el evangelio. Este ministerio requiere todo lo que tiene el hombre de Dios. Aquí, como en otras profesiones, no hay substitución para el trabajo duro.
- El Pastor debe ser un hombre de Orden: Su vida debe ser bien ordenada. El debe tener un tiempo fijo para levantarse y acostarse. Debe comer sus comidas en horas fijas. El debe tener un tiempo fijo para estudiar y orar, descansar, relajarse, y para la visitación pastoral. Sólo por seguir un sistema y orden puede evitar el mal gasto del tiempo el cual es tan precioso. Hábitos regulares también tienden a guardarle sano y en buenas condiciones. El ministro debe ser puntual y nunca tarde para cualquier cita.
- El Pastor debe ser un hombre de Oración: Su ministerio entero depende de su vida de oración. Un ministerio sin oración matará las verdades de Dios. Será el tiempo que pasa en oración lo que le dará poder y autoridad en el púlpito. Sin oración no hay visión, sin oración no hay llamado.
- El Pastor debe ser un hombre de Unción: La unción es la bendición rica del Espíritu Santo que es absolutamente necesaria a toda predicación verdadera. La unción divina es una cosa que separa a los ministros verdaderos de todos los demás. Un predicador y maestro sin unción es como una comida sin sazón, es como sal insípida.
- El Pastor debe Gobernar bien su propia Casa: Mucha oración y atención debe ser dado a su propio hogar y familia. A veces el ministro está tan ocupado con los problemas y necesidades de otros que descuida su propio hogar con los resultados que ellos salen de su control. Cuando esto sucede, su obra en la iglesia se hace más difícil. “…Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo cuidará de la iglesia de Dios) 1 de Timoteo 3:4-5
- Malinterpretando lo insoportable en el Ministerio:
El mago trabajaba en un barco crucero en el Caribe. La audiencia era diferente cada semana, así que el mago hacía los mismos trucos una y otra vez. Solo había un problema: Cada semana, el loro del capitán veía los espectáculos y comenzó a entender cómo era que el mago hacía los trucos. Una vez lo hubo entendido todo bien, comenzó a gritar a mediados del espectáculo:
“Miren, no es el mismo sombrero.” “Miren, está escondiendo las flores debajo de la mesa.” “Oye, ¿por qué todas las cartas son el as de espadas?” El mago estaba furioso pero no podía hacernada; después de todo, era el loro del capitán. Un día se hundió el barco. El mago y el loro se encontraron afianzados de un pedazo de madera en medio del océano. Se miraron fijamente con odio en los ojos, pero ninguno dijo ni una sola palabra. Eso siguió así por un día. . . y luego otro. . . y otro. Después de una semana, el loro por fin dijo: “Está bien, me doy por vencido. ¿Dónde está el barco?”
a. Como hacer frente a las presiones del ministerio: ¿Se le ha pedido a usted como pastor, director de música, misionero, maestro, administrador, o director de universidad, que haga algo para lo que no tiene la habilidad de hacer? Como el mago, no podemos producir el barco. Cuando nos encontramos entre la espada y la pared, y nuestros críticos dicen: “Hágalo y hágalo ahora mismo”, no podemos hacer lo que solo Dios puede hacer. ¿Quién, entonces, nos culparía si nos damos por vencidos?
En la península Sinaí con
una inquieta joven nación judía, Moisés sabía que no podía hacer lo que sólo
Dios podía hacer. Moisés sabía que no podía salir con un barco. Experimentaba
presión de parte del pueblo de Dios. Moisés dejó saber a Dios que su situación
era insoportable.
Preguntó a Dios: “¿Por qué has hecho mal a tu siervo? ¿y por qué no he hallado gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres? ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos carne que comamos. No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía” (Números 11:11-14*). Fíjese en las acusaciones. La palabra concebí—y las palabras—engendré y mamá, eran todas acusaciones jurídicas—golpes contra las calificaciones de Dios como padre de familia. “Orden en la corte. Dios, por favor tome asiento. Por éstas usted está acusado de negligencia como padre.” Entonces ¿quién cuidará de los hijos —de los 2 a 3 millones de pilluelos—ahora?
Por lo general es Moisés—el líder—el que siente la responsabilidad de hacer que suceda. Y, como se dio cuenta el verdadero Moisés, “es pesado en demasía”. Simplemente es demasiado. ¿El resultado? Quería salirse. Vio la situación como intolerable. Pero esta fue una mala interpretación.
¿Lo persiguen los siguientes versículos? “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).
El yugo de nuestro Señor es fácil. La carga de nuestro Señor es ligera.
El yugo que usted lleva no
es el yugo de El. Lo que usted está haciendo no es lo que Dios quiere que haga.
Puede que sea un buen yugo. Puede ser un yugo de ministerio que otros llevan,
pero no es el suyo. Quizás Dios no quería que usted estuviera en el campo
misionero. Quizás usted malinterpretó su voluntad tocante al pastorado. Quizás
no fue El quien lo llamó a servir en un ministerio auxiliar a la iglesia. Es
por eso que el yugo es difícil. Es por eso que la carga es intolerable. Quizás
usted lleva el yugo por desfalco, culpabilidad, u orgullo. Pero un yugo que no
es para usted siempre será un yugo intolerable. Está bien decir: “Me
equivoqué.” Segundo: El yugo es para usted, pero usted no está aprendiendo de
Cristo cómo llevarlo. Jesús dijo: “Aprended de mí”. El nos enseña cómo llevar
el yugo. El nos enseña mansedumbre y humildad de corazón. En la mansedumbre y
la humildad encontramos descanso para el alma. Si usted ha determinado que
lleva el yugo correcto y que arrastra la carga de El, pero tiene la piel muy
rozada y está sangrando, entonces quizás usted no ha experimentado un aumento
en mansedumbre y humildad de corazón. Aun el yugo correcto es insoportable si
se lleva en ignorancia.
Aprender de El es pedir para
nosotros lo que Pablo pidió en oración para los efesios y los colosenses: “Para
que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder
en el hombre interior por su Espíritu: para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones” (Efesios 3:16,17). “Por lo cual también nosotros, desde el
día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos
del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual.
para que andéis como es digno del Señor, y agradándole en todo. . .
fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad” (Colosenses 1:9-11).
Pablo lo dijo de esta manera
en Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Si usted no
está sintiendo su fortaleza, si las cosas son tales que el ministerio es
insoportable, quiere decir que usted lleva el yugo de otro, o que el yugo que
lleva es el suyo, pero lo lleva sin aprender.
b. Como experimentar la Gracia de Dios: El ministerio que se define como “lo que Dios quiere que haga”, y lo insoportable que se define como “el ministerio es demasiado para mí” son conceptos incompatibles. Esto no quiere decir que no nos cansamos. Esto no quiere decir que no necesitamos alejarnos para recuperar la perspectiva. Esto no quiere decir que jamás podemos dejar un lugar difícil. Pero sí dice que Dios no usa las situaciones insoportables para hacer que usted diga: “Me voy.”
El testimonio del Espíritu, dado a todos los creyentes, revela el don de Dios para prevalecer en cualquier situación que esté dentro de su voluntad:
- “Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros” (Romanos 16:20).
- “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén” (Filipenses 4:23).
- “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén” (1 Tesalonicenses 5:28).
- “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:2).
- “La gracia sea contigo. Amén” (1 Timoteo 6:21).
- “El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén” (2 Timoteo 4:22). “
- La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén” (Filemón 25).
Hasta el apóstol Pablo, en por lo menos una etapa de su ministerio, dijo a Dios que era demasiado. Pablo escribió: “Me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí” (2 Corintios 12:7,8). Demasiado. Intolerable. Insoportable. “Aló, ¿oficina de empleo? Me gustaría activar mi archivo.” Pero Pablo descubrió que las pruebas que se ven como insoportables son mal interpretadas. El siguió: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia” (2 Corintios 12:9). La gracia no es un anestésico general, sino la habilidad de soportar con gracia momento a momento. Las necesidades percibidas – aun las necesidades percibidas del ministerio– que permiten la providencia de Dios – son tolerables.
Usar lo intolerable como una razón para darse por vencido es negar la suficiencia de esa gracia.
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir” (1 Corintios 10:13).
El 28 de julio de 1962 fue lanzada desde el Cabo Cañaveral en Florida la nave de exploración espacial el Mariner I con dirección a Venus. Los objetivos eran los siguientes: Después de 13 minutos de vuelo, un motor impulsador daría una aceleración de hasta 25.820 mph. Después de 44 minutos, se desenvolverían 9.800 células solares. Después de 80 días, una computadora calcularía las correcciones finales del curso. Después de 100 días la nave daría vueltas a Venus analizando el misterioso manto de nubes que envuelve al planeta. La realidad: 4 minutos después de despegar, el Mariner I se precipitó al Océano Atlántico. Una investigación reveló que cuando se dieron las instrucciones en la computadora, se omitió un símbolo de menos —un símbolo de menos que costó millones.
¿Se siente usted frustrado? Eso es de comprenderse. Todos nos sentimos así de vez en cuando. Pero como creyente, ni usted ni yo podemos entregarnos a la frustración y decir: “Me doy por vencido.” Hacerlo es dar información en nuestra computadora de la voluntad de Dios para nuestra vida que omite un símbolo crítico. Es una señal que podría costarnos muchísimo. Este símbolo vuelve todo al revés. Lo intolerable se hace tolerable.
Aquello con lo que es imposible vivir, se hace posible de vivir. Decir “Estoy acabado” es omitir el símbolo—la siempre suficiente gracia de Dios. Mientras Dios haya comunicado en su Palabra algo que pueda sostenerlo, algo que pueda ayudarle a subyugar hasta lo que lo atormenta, entonces lo intolerable no se puede interpretar como un permiso automático para salirse. Si hemos estado haciendo la voluntad de Dios— llevando su yugo, aprendiendo activamente de El cómo llevarlo—y con todo pensamos salirnos porque el yugo es demasiado, entonces es que nuestras necesidades percibidas se han descontrolado. Hemos adoptado el papel de un substituto, tratando de compensar para Dios, un papel que ninguna cantidad de gracia nos ayudará a lograr. De modo que retrocedamos.
Una placa en la pared de la casa para huéspedes de un amigo mío dice:
“Me encontraba deplorando el pasado y temiendo el futuro. De repente oí a Dios decir MI NOMBRE ES ‘YO SOY’. Cuando vives en el pasado, con sus errores y pesares, es difícil. Yo no estoy ahí. MI NOMBRE NO ES ‘YO FUI’. Cuando vives en el futuro, con sus problemas y temores, es difícil. Yo no estoy ahí. MI NOMBRE NO ES ‘YO SERE’. Cuando vives en este momento, no es difícil. Yo estoy aquí. MI NOMBRE ES ‘YO SOY’” (autor desconocido).
Gracia que es para hoy. Gracia, el símbolo que usted no querrá omitir. No ha habido ningún descuido de parte del Padre. Suponiendo que su obediencia es como debe ser, usted no necesita lo que no tiene en este momento. Debido a que la gracia divina es eternamente suficiente, Dios no está usando lo insoportable para comunicarle que se “salga”. Así que tenga cuidado. Muchos son los que malinterpretan lo que Dios está haciendo, incluso nosotros. Cuando el ministerio está bajo ataque y las cosas no son siempre lo que parecen, la posibilidad de malinterpretar la intención de Dios es quizás mayor que nunca. Malinterpretar, como lo hizo Moisés, puede hacer que usted se sienta como que las cosas son insoportables y pueden hacerlo saltar. Usted no quiere hacer eso. Su paracaídas quizás no se abra.
- Autoridad:
Autoridad es una de las palabras más malentendidas y abusadas en las iglesias. Hay muchas opiniones distintas y fuertes pero para empezar vamos a descubrir las siete clases de autoridad que toca a todos.
- La Autoridad Soberana De Dios: A la cual no hay más remedio que someternos en todo momento. Isaías 9.7; Efes. 1.22; Filip. 2,9-11.
- La Autoridad De La Palabra De Dios: Es decir la verdad inmutable que es la Biblia, que lleva la misma autoridad que Dios mismo, Juan 17.17; 1.1; 14.6; 2 Tim.3.16. No se cambiará; es fija como la palabra de Dios para siempre. Puede ser que sea la verdad una profecía pero no tiene nunca la misma autoridad que tiene la palabra escrita de Dios.
- La Autoridad De La Conciencia: La conciencia es el don de Dios, así hazle caso. Cualquier consejo cultural, prejuicio o preferencia de un predicador sobre temas no bíblicos como las genéticas, o la energía nuclear es solo un consejo humano aunque te puede llegar envuelto en palabras espirituales. Romanos 2.12-16, y capítulo 14.
- La Autoridad Delegada Por Dios: Solo en el tercer lugar hallamos que la autoridad de Dios se oye en una voz humana. p/ej. Efes. 4.11, Heb. 13,17, 7.
- La Autoridad De Un Acuerdo Legal: Nuestro ‘Sí’ debe ser un ‘Sí,’ de verdad, y un ‘No’ debe ser ‘No.’ Gén. 29.18-30.
- La Autoridad De Costumbre Y Cultura: Quizás no hagan las cosas igual que las hacen en tu iglesia, pero tomas un gran riesgo si tratas de hacerlas a tu manera. Génesis 29.26, 1 Cor. 11.16.
- La Autoridad Del Experto: Por ejemplo en un accidente del tráfico un doctor ayudaría a los heridos; un mecánico quitaría los coches; un policía dirigiría el tráfico, pero nadie consultaría con un apóstol grande que tiene autoridad en la iglesia porque no sabe que hacer prácticamente. Efesios 5.21.
a. La Linea Desde El Cielo A La Tierra:
La autoridad delegada de
Dios viene del cielo y llega hasta los bebés. Dondequiera que la autoridad de
Dios aparezca, el reino de Satanás se retira y se repone con el dominio amoroso
y firme de Dios.
- En La Raíz De La Linea: Dios Mismo: Gen.1.1; Sal. 90.2; Sant.4.7; Heb.12.9.
- A Jesús Se Le Ha Dado Toda Autoridad: Mat. 28.18; Sal.2.2; Heb. 5.9; Jn. 13.13
Para guardar; guiar; gobernar y alimentar a la grey, no a su propia grey. Efesios 4.11; Hebreos 13.17.
También Debemos
Someternos A Gobiernos,
Rom. 13.1-7; Tito 3.1. Maridos, Col. 3.18, Efes. 5.24.
Padres, Efes .6, 1-4, Col. 3.20. Patrones, Colosenses
3.22. Creyentes maduros, 1 Cor. 16.16. Los
hombres más viejos, 1 Ped.5.5. Y el uno al otro, Efesios 5.21.
A la medida que salgamos de esta línea sagrada entraremos en una
impotencia creciente y aislamiento. Ten cuidado.
c. Como Reconocer A Un Líder Falso:
Vemos en 2 Corintios 11,7-11, 20 que un líder falso te esclaviza, te explota y se aprovecha de ti y te da palmadas. A Diferencia un hombre o mujer de Dios se baja para elevarte, predica el evangelio gratis, te sirve, no es una carga a nadie, y te ama de verdad. 1 Pedro 5,2-4.
b. Autoridad
Significa Responsabilidad:
Si Dios tiene confianza en
ti y te da autoridad entonces tienes que obedecerle en todo y llevar
responsabilidad. Sin embargo un predicador visitante que no lleva ninguna
responsabilidad en la iglesia que visita tampoco tiene una autoridad automática
en esa iglesia. Igual un marido abusivo que no lleva responsabilidad por su
esposa tampoco tiene ninguna autoridad sobre ella. Tampoco vamos a "tomar
autoridad sobre la ciudad para Cristo" hasta que primero practiquemos
nuestra responsabilidad de amar a esa ciudad.
- ¿Qué Significa Someterse?:
La Biblia usa palabras
diferentes como ‘hupotasso’ que es un término militar para ponerse en línea, o
‘hupeiko’ que significa retirarse, rendirse, someterse; y ‘hupakouo,’ que
significa escuchar, asistir y obedecer. Una palabra especial es ‘peitho,’ que
significa estar persuadido o ganado. La encontrarás en Hebreos 13,7 y Santiago
3,3.
a. Ejemplos De La Sumisión En La Biblia:
Cristo se somete alegremente a Dios. Juan 6.38, 4.34, 5.30, 12.49 Con humildad el Centurión poderoso se sometió a Jesús. Mateo 8,8. David se sometió a Saúl aún cuando Saúl cayó en locura. 1 Sam. 24,6. Los líderes de la Iglesia se sometieron los unos a los otros. Hech. 15.2-6,22. Pablo, el apóstol, se sometió a sus ancianos. Hechos 11,1-4, 18.22.
b. ¿Porqué
Es Difícil Honrar Autoridad?:
Esta presente en cada ser
humano la independencia desde la caída. Cada ser caído anhela tener poder y
dominio sobre otros, por reprimido que esté en él, todavía está presente. Nos
han hecho daño los padres y madres dominantes o abusivos. Nos han dado un
ejemplo malo los padres débiles que dejaron que las madres se volvieran
dominantes. La ausencia de un padre genuino por razón de la muerte o un
divorcio, o tener varios padres hace mucho daño. Los abusos o excesos de
autoridad en el colegio, o en el ejército o aún peor en la iglesia nos hace
huir de cualquiera figura de autoridad. La respuesta al abuso no es tener una
actitud de rechazar toda autoridad. Una manera mejor es buscar a un hombre o
mujer de Dios legítimo que lleva una autoridad genuina a quien puedes confiar,
honrar y respetar. Alguien que te amará y te ayudará reconstruir los muros
rotos para respetar y merecer tu confianza.
- Imposición:
Es cuando aquella persona
(líder) le quiere poner por la fuerza hacer algo o que someta aquella persona a
el o a la autoridad, cuando un líder o pastor o por que no decir misionero
obispo presbítero en la iglesia quiere utilizar la imposición con
esto lo que demuestra es que tiene falta de personalidad este fue el error de
pablo que provoco la separación de Bernabé con el por Juan Marcos en los
primeros viajes misioneros. La imposición solo la deben practicar los
tribunales legal mente establecidos, romanos 13, 1-6 porque los tribunales
legalmente establecidos tiene fuerza coerexitiva y la fuerza de someter a otro
al orden y que se cumpla una ordenanza legal mente establecida en los artículos
de ley pero nunca se debe tomar ese asunto personal.
- Liderato de Jesucristo:
Todo el liderato de nuestro Señor Jesús está
resumido en el propósito de venir a servir y así deben de hacerlo todos sus
seguidores. “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).
“Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No
es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que
sirve” (Lucas 22:27). Este fue su método de liderato, donde
abnegadamente dio su vida, hecho que culminó con la muerte en la cruz.
Uno de los mayores ejemplos dados por Jesús de servir y ser humildes lo hizo cuando estuvo dispuesto a lavarles los pies a sus discípulos. Así demostró a sus seguidores cómo servir, y no exigió menos de aquellos que continuarían su obra en la tierra. Jesús enseña a los dirigentes de todos los tiempos que:
La grandeza no se halla en el rango ni en las posiciones, sino en el servicio. Es ahí donde está la grandeza del liderato que tanto necesitamos hoy para impactar a un mundo que necesita ser guiado hacia la salvación.
Cuando observo la vida de Jesucristo me llama
la atención su ministerio de enseñanza. Él hablaba con autoridad dejando
asombrados a muchos de los hombres cultos que se reunían en las
sinagogas. Jesús sabía muy bien que la única forma de perpetuar la verdad
consistía en transmitirla, así que se dedicó a preparar a sus discípulos.
Además, su liderato exigía que los demás fueran obedientes. No quería que
sus discípulos utilizaran la posición que tenían para lograr propósitos
egoístas como muchos de los líderes están haciendo en la iglesia de hoy.
Además de nuestro Señor Jesús enseñar y
preparar a sus discípulos como futuros líderes nos dejo ver con claridad que el
propósito de su liderato era como redentor y libertador. “Dijo entonces
Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y
la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Esta es la idea que debe de
dominar las relaciones entre cualquier líder y su grupo. Tiene que haber
una relación dinámica y viviente; eso es lo que da a entender la
palabra REDENTOR.
Los hombres que tuvieron fe en Jesucristo no
sólo hallaron vida eterna, sino que fueron cambiados aquí en este mundo.
El líder cristiano que sigue el modelo de Cristo, no utilizará al grupo para
lograr sus propios fines, sin tomar en consideración a las personas que constituyen
el grupo. Siempre querrá permitir que las personas sean ellas mismas para
que se sientan liberadas. Lo que busca no es una conformidad servil al
grupo, sino ayudar a las personas para que sirvan a una causa con gozo,
dedicación y una motivación que sea impulsada por el mismo Señor Jesucristo.
Lamentablemente el liderato de hoy es uno donde el líder tiene mucha ambición egoísta de controlar a otros, de disfrutar del poder simplemente por el gusto del poder, y carecer de escrúpulos para hacer dinero y controlar a otras personas. Esta clase de liderato se ha alejado del modelo enseñado con ejemplos por nuestro Señor Jesucristo. La lucha por el poder y las posiciones está haciendo desangrar al liderato de la iglesia de hoy. Sin embargo Jesús dio a sus discípulos una norma diferente de ambición y de grandeza cuando dijo;
“Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. 45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:42-45).
Este pasaje revela la verdadera naturaleza de la ambición (búsqueda de ascenso) en un dirigente cristiano. No debe de ejercerse en conformidad con las normas mundanales, donde los hombres buscan la ganancia. La ambición de ascenso y de la excelencia en el lider cristiano debe estar vestida de humildad.
Lo importante no es la posición, el título, ni lo es el número de siervos que uno tenga, sino el número de individuos a quien sirve.
La verdadera grandeza , el verdadero liderato, se logra en un servicio abnegado para otros. Esta es la clara enseñanza que aprendemos del liderato de nuestro Señor Jesucristo. Todos los lideres cristianos debemos vivir con el mandato de perfeccionar nuestras vidas hasta lo sumo. El apóstol Pedro nos instó a “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad” (2 de Pedro 3:18). Esto exige una ambición santificada, con un fuerte impulso a avanzar y realizar.
a. El liderato del rey David:
Como líder puedo notar que
hay un clamor angustioso por un liderazgo responsable dentro de la iglesia de
hoy. Nuestras iglesias, en estos momentos, tienen la imperiosa
necesidad de un liderazgo sólido, leal, seguro y eficaz. Solo el
liderazgo dinámico y eficaz nos llevará hacia la clave para
encontrar el crecimiento y el éxito que tanto necesitamos.
Para entender este tema lo primero que debemos definir es la palabra liderato. Si no sabemos lo que es liderato en vano marchamos en todos los programas que emprendamos dentro de la iglesia.
Liderato es la capacidad para hacer que las cosas se realicen; es actuar para ayudar a que otros trabajen en un ambiente dentro del cual cada individuo que presta servicios bajo su dirección se sienta animado y estimulado hasta el punto en que se le ayuda a descubrir sus más plenas capacidades para ofrecer una contribución significativa.
Dios siempre ha llamado a hombres a quienes les ha delegado el trabajo de liderazgo. Entonces, el hombre llamado por Dios lo reconocemos como un líder. El líder es quien guía las actividades de otros y donde él mismo actua y ejecuta para hacer que se produzcan dichas actividades. Es un hombre que tiene la visión y fe, que tiene la capacidad de interesarse y comprender a todos los que trabajan con él. Los hombres de fe siempre han sido hombres de acción, quienes toman la iniciativa y quienes toman decisiones que motivan a todos los demás a utilizar sus mejores capacidades para lograr sus metas.
¿Es bíblico el tema del liderato? Creo
que todo principio básico y honorable del liderato y de la administración tiene
su raíz y su fundamento en la Palabra de Dios. La Biblia está llena de
ejemplos que nos presentan a Dios busca de dirigentes, y cuando los
encontró, los utilizó plenamente, en la medida en que satisfacían los
requisitos espirituales establecidos por Dios, a pesar de las deficiencias
humanas de ellos.
Cuando estudiamos la vida de los líderes en la
Biblia encontramos que la mayoría de ellos experimentaron fracasos en algún
tiempo de sus vidas. Muchos de ellos fracazaron de manera notable en
algún punto; pero la clave de su éxito estuvo en que nunca se arrastraron
en el polvo. Del fracazo aprendieron lecciones, se arrepintieron, y luego
fueron utilizados en forma aún más poderosa.
Consideremos hoy el liderato de El Rey David.
Cuando hablamos del liderato de David, estamos hablando de un vigoroso
líder espiritual. David fue el segundo rey de Israel, manifestó un contrataste
sorprendente con Saúl, el primer rey. Mientras David fue noble, generoso
y admirable, Saúl fue innoble y careció de la mayoría de las cualidades que uno
espera en los líderes.
David ascendió al trono unos 1,000 años antes
de Jesucristo, y reinó unos 40 años aproximadamente. Dirigió muchas guerras de
conquista, estableció el fundamento para el imperio salomónico e inició un
período de esplendor y poder para la nación israelita que nunca ha sido
igualado. Las proezas de David fueron respaldadas por la bendición de
Dios. No es difícil hallar las razones de su éxito.
Cuando los ancianos de Israel se acercaron a David reconocieron que él tenía muchas cualidades genuinas y fuertes rasgos de dirigentes.
“(1) Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y hablaron diciendo: Henos aquí hueso tuyo y carne tuya somos. (2) Y aun antes de ahora cuando Saúl reinaba sobre nosotros eras tú quien sacabas a Israel a la guerra y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás príncipe sobre Israel. (3) Vinieron pues todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. (4) Era David de treinta años cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años. (5) En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá” (2 Samuel 5:1-3).
Como líder, David poseyó cualidades que
atraían a otros. El no fue a buscar a los ancianos; éstos acudieron a él;
“Vinieron pues todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón” (2 Samuel 5:3a). El
había gobernado bien a Judá durante siete años, y había toda clase de razones
para creer que también gobernaría bien a todas las tribus. David hizo un
juramento de lealtad al pueblo, y se comprometió a protegerlo como juez en
tiempo de paz y como capitán en tiempo de guerra. Ellos a la vez se
comprometieron a rendir lealtad y obediencia a David como soberano de ello bajo la dirección de Dios.
Las valientes conquistas y la sabia
administración fueron elementos importantes en la gloria del reinado de
David. Su primerísima hazaña luego de llegar a ser rey de todo Israel fue
capturar a Jerusalén de las manos de los jebuseos y convertirla en la capital
de las doce tribus. El demostró su valor al asaltar y tomar la ciudad.
Desplegó su sagacidad política y administrativa también cuando convirtió a la
ciudad en la capital.
Hubo varios secretos en la gloria de David como líder:
- Una sabia diplomacia distinguió su reinado: “También Hiram rey de Tiro envió embajadores a David, y madera de cedro, y carpinteros, y canteros para los muros, los cuales edificaron la casa de David” (2 Samuel 5:11). La generosidad del rey y los atractivos rasgos de su personalidad le ganaron muchos aliados. El sabía a la vez aplacar a los enemigos y ganar amigos. Se dejaba apreciar. Hacía amigos rápidamente, en tanto que Saúl tenía la extraña habilidad para alienarse de la gente. Estos rasgos hicieron que David tuviera éxito como diplomático. A aquellos que no respondían a su naturaleza generosa, los trataba por la fuerza. Pero los sabios, como Hiram, rey de Tiro, cultivaban su amistad y le enviaban representantes para ofrecerle favores. Los líderes tienen que tener esta cualidad: la de tratar y dirigir a otros de tal modo que las contribuciones de ellos puedan ser utilizadas con ventaja.
- El Hecho de que David reconoció al Señor en todas las bendiciones que recibió hizo notable su reinado: “Y entendió David que Jehová le había confirmado por rey sobre Israel, y que había engrandecido su reino por amor de su pueblo Israel” (2 Samuel 5:12). El no se acreditó personalmente todo el éxito y la prosperidad. No se manifestó jactancioso ni presuncioso, como muchos que tienen hambre de poder. Humildemente atribuyó su éxito al poder del Señor, y consideró a Israel como el pueblo del Señor. Y él mismo se consideró como un líder que estaba bajo la autoridad de Dios, ante el cual se consideraba responsable de su gobierno. Los líderes cristianos que dirigen al pueblo de Dios de este modo no necesitan preocuparse nunca con respecto al éxito. Cuando reconocen que su mayor responsabilidad es para con el Señor, eso establece toda la diferencia del mundo.
- David buscó constantemente la bendición del Señor: “(12) Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. (13) Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. (14) Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. (15) Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta” (2 Samuel 6:12-15). Este pasaje se refiere a la ocasión en que el arca fue llevada a Jerusalén. Ya se había hecho un intento para recuperarla, pero un levita llamado Uza puso la mano sobre ella para sostenerla, acto que constituía un desafío a un mandamiento de la ley (Números 4:15). El arca del pacto fue llevada a la ciudad de Jerusalén. El arca estaba al cuidado de Obed-edom el geteo. Los que observaban el arca se daban cuenta de que toda la casa de Obed-edom estaba prosperando a causa de que el arca estaba en casa de El. Estas noticias se las dieron a David. Al oírlas, procedió a llevar el arca a la ciudad. El sabía la necesidad absoluta de contar con la bendición de Dios sobre su obra y su administración. El líder cristiano de hoy no necesita un deseo menor para su vida y su obra.
- David, como líder, no se avergonzó de tomar parte en los ejercicios espirituales: El pudo reconocer la necesidad del sacrificio por el pecado: “Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado” (2 Samuel 6:12). En esta ocasión se tomaron todas las precauciones para asegurar que el arca fuese conducida en forma apropiada hacia la ciudad. Rectificó el error anterior. No colocó el arca en una carroza, sino que aquellos a quienes correspondía la llevaran sobre sus hombros. David tampoco sintió vergüenza de alabar al Señor y darle las gracias (2 Samuel 6:14). “Danzó delante del Señor con toda su fuerza”. Saltaba de gozo porque su corazón estaba lleno de alegría, y se sentía tan lleno de la gloria del Señor que casi se olvidó del hecho de que, al fin y al cabo, él era un rey de altísima dignidad. Esto, más que cualquier otra cosa, nos permite penetrar en el corazón de un hombre que amó al Señor tanto que no le importó lo que pensara la gente.
- Finalmente, David, un líder vigoroso, condujo a su pueblo en la alabanza al Señor: “Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta” (2 Samuel 6:15). El gran rey no consideró que era rebajar su dignidad el dejar a un lado la púrpura real y vestirse con una vestidura sencilla (un efod de lino), con el fin de servir mejor a su pueblo. El resultado fue que el pueblo llevó el arca a Jerusalén con grandes aclamaciones, con demostraciones de regocijo. Llevaron el arca a la ciudad de David y la colocaron en el lugar que el rey había provisto. Con la presencia del arca, Dios estaba en medio de su pueblo.
David demostró claramente que el líder cristiano también debe estar dispuesto a utilizar los medios espirituales para moldear, estimular y dirigir continuamente a todos los que están bajo su responsabilidad. En la obra espiritual más bien esperamos eso. En el mundo secular, muchos se apartan de ello por timidez. Sin embargo, los principios permanecen. Dios siempre bendecirá a aquellos que lo veneran altamente, sin importar cuál es el esfuerzo que hagan.
b. El Liderato de Nehemias:
Un sorprendente ejemplo de lo que es liderato y administración lo encontramos en Nehemías. Su labor sirvió de instrumento, junto con Esdras y Zorobabel, para la reconstrucción del templo de Jerusalén y de su muro. ¡El sí sabía de organización! Poseía muchas cualidades que son requisitos previos para el liderato excelente. Su carácter quedó fuera de toda censura; fue un hombre de oración; tuvo un profundo interés en su pueblo, y lo manifestó por medio de su firmeza. Además, no eludió la responsabilidad que se le encomendó:
Nehemías tuvo una tremenda capacidad para
estimular a sus compatriotas, y cuando era el momento oportuno les manifestó su
aprecio. Rápidamente trataba los problemas antes que se complicaran. Así
que él fue un líder vigoroso que pudo llevar al pueblo a grandes alturas.
Su capacidad de organización, puesta de manifiesto mediante su hábil estrategia
y sus planes detallados, constituye un desafío para todo el que aspira a
ser líder. Vale la pena leer todo el libro de Nehemías para buscar todo
principio de liderato y administración.
Los libros de Esdras y Nehemías nos hablan
acerca de los exiliados que regresaron de Babilonia y cómo fueron absorbidos en
la comunidad judía en ese tiempo. Tales relatos son una gran ilustración
sobre la importancia de la planificación. Esdras declaró que un total de
42,360 exiliados regresaron con 7,337 esclavos y 200 hombres y mujeres
cantores. El número de sacerdotes se elevó a 4,289; hubo 74
levitas, 128 cantores de los hijos de Asaf, 139 porteros y 392 sirvientes
del templo e hijos de los siervos de Salomón (Esdras 2). Para
organizar a todas estas personas en sus labores se requirió un buen
liderato de organización y planificación.
En aquel tiempo, algunas de las tradiciones
sociales y religiosas fueron cambiadas, especialmente en lo relacionado con la
música. Durante los días de la reconstrucción hubo reuniones de canto y
se reorganizó el ministerio del templo. Se aumentó el personal dedicado a
la música (1 Crónicas 6:33-37). Conocemos los detalles relacionados con
la organización de los levitas, así como de los porteros, los cuales fueron
distribuidos entre las diferencias puertas. Los levitas se distribuyeron
en varias áreas de responsabilidad, como el trabajo en las cámaras y en los
tesoros (1 Crónicas 9:26-32; 23:24-32). Sin duda alguna, estos
relatos se refieren al período de Nehemías.
Al resumir lo relativo a este gran dirigente,
podemos decir que Nehemías es conocido en la historia bíblica como el gran
constructor. En Nehemías 3:1-6: 16 hay tres hechos que se destacan. Vemos
cuán grande fue él como administrador. Sabía lo que quería hacer, cómo
debía hacerse y quién debía hacerlo. El qué, el cómo y el quién son hechos tremendamente importantes.
Establecen la diferencia entre el éxito y el fracaso. Nehemías tenía un
claro objetivo o meta; una técnica sana y un buen programa de
alistamiento. Su función como administrador incluía la capacidad de
analizar.
Finalmente, vemos cómo logró Nehemías la
perfecta coordinación. En Nehemías 3, casi se hace tedioso leer la frase
“después de él” (o “después de ellos”). Las palabras “y tras él” aparecen
más de una docena de veces. La expresión anterior también aparece más de
una docena de veces. Todo hombre tuvo su trabajo y su sitio para
trabajar. Tan perfecta coordinación permitió que el muro fuera terminado
en corto tiempo. Aquí vemos claramente la capacidad que tenía Nehemías
para supervisar. En realidad, Nehemías permanece para siempre como modelo para todos los posibles líderes
que aspiran llegar a las alturas del éxito, pues él organizó a toda la nación y
cumplió su papel como líder.
Para concluir; la Biblia nos revela constantemente que Dios busca hombres con los cuales pueda contar como líderes.
- 1 Samuel 13:14: “Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón”.
- Jeremías 4:25: “Miré, y no había hombre”.
- Jeremías 5:1: “Recoged las calles de Jerusalén, y mirad ahora... a ver si halláis hombre... que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré”.
La búsqueda que hace Dios de líderes estables
y eficientes probablemente se expresa mejor en forma abreviada en el libro del
profeta Ezequiel: “Y busqué entre ellos hombre... que se pusiese en la
brecha ...” (Ezequiel 22:30).
c. El liderato de Jose:
En toda la historia bíblica el ejemplo más magnífico de capacidad para el liderato lo fue el de José. De la historia de José podemos recordar que él fue colocado en una alta posición administrativa en Egipto no mucho tiempo después de que sus envidiosos hermanos lo vendieron a una caravana que pasaba. A José se le dio el cargo de administrar la monumental cosecha de Egipto. Luego vinieron los horribles años de hambre, la distribución de los materiales, los víveres, la satisfacción de todas las quejas, el manejo de los agravios.
En Génesis 41:14-57 leemos sobre este magnifico ejemplo de organización:
(14) “Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón. (15) Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. (16) Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón. (17) Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río; (18) y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado. (19) Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto. (20) Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas; (21) y éstas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté. (22) Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas. (23) Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas; (24) y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete. (25) Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer. (26) Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. (27) También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. (28) Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón. (29) He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto. (30) Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia erá olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra. (31) Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima. (32) Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. (33) Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto. (34) Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia. (35) Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo. (36) Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. (37) El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos, (38) y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? (39) Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. (40) Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. (41) Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. (42) Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; (43) y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. (44) Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. (45) Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto. (46) Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto. (47) En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones. (48) Y él reunió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y guardó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento del campo de sus alrededores. (49) Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. (50) Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. (51) Y llamó José el nombre del primogénito, Manases; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. (52) Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción. (53) Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. (54) Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan. (55) Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. (56) Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. (57) Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.
Me llama mucho la atención como Dios nos enseña a través del liderato de José lo que el puede hacer con un hombre que se deje guiar hacia Su perfecta voluntad Pero Dios no sólo implantó las capacidades en el cerebro de José de tal modo que actuara instintivamente sin pensar. Creo que Dios no obra con los hombres de ese modo. Cuando nosotros como lideres demostramos y ejercitamos las cualidades del liderato, creo 100% que nuestro Señor nos guiará a poner atención en las áreas de nuestras vidas que necesitan ser adiestradas y preparadas en el conocimiento de la Palabra de Dios. Todo líder debe de estudiar y capacitarse en todos los temas que conciernen a mejorar la capacidad de trabajo en la iglesia de del Señor.
La Biblia nos ofrece una visión clara del
hombre: “Todos nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino”....(Isaías 53:6). Este ejemplo bíblico nos enseña que así como las
ovejas tienen que ser dirigidas para que todo el rebaño se mueva por un solo
sendero, así los grupos de personas dentro de la iglesia del Señor, necesitan
dirección a fin de que sus esfuerzos y energías sean encauzados hacia una meta
común. Esta dirección que necesita la gente tiene que venir desde
arriba. Dios así lo ha ordenado, y la Escritura nos lo enseña de muchas
maneras.
Por ejemplo: Moisés estableció limites de autoridad después del consejo de su suegro Jetro (Éxodo 18:13-27).
“(13) Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. (14) Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? (15) Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. (16) Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. (17) Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. (18) Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. (19) Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. (20) Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. (21) Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. (22) Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. (23) Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. (24) Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. (25) Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. (26) Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. (27) Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.
El sacerdocio arónico se estableció con un
sumo sacerdote, y órdenes sacerdotales de varias categorías bajo la dirección
de él (1 Crónicas 24).
El marido es la cabeza del hogar, y una revelación paralela existe en la iglesia (1 Timoteo 3:4-5). “(4) que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (5) (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
Es importante reconocer que en el plan de Dios, la autoridad fluye desde los altos niveles hacia los inferiores.
A
pesar de que la Biblia nos da ejemplos del verdadero liderato y sobre los
niveles de autoridad ordenados por Dios, muchos hermanos,
líderes, pastores y aspirantes al ministerio están
rehusando someterse en un buen espíritu a las autoridades puestas por
Dios en la iglesia. Estos obreros cristianos pueden hacerse un mal
servicio y hacérselo también a sus organizaciones, al negarse a aceptar
la autoridad debidamente constituida.
Estamos escuchando en estos tiempos
comentarios como estos: “yo soy independiente, a mí nadie me da
órdenes”; “a mí me guía el Espíritu Santo y no el hombre”; “yo no
creo en organización de ninguna clase”; “yo no creo en concilios”;
“no creemos en caciques, aquí todos somos indios”. Sin embargo la Palabra de Dios
dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores” (Romanos
13:1). Recordamos al soldado romano que le solicitó al Señor que fuera a
su casa para que sanara a su siervo, diciéndole: “Porque también yo soy
hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste:
Ve, y va; y al otro: Ven y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al
oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le
seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe” (Lucas 7:6-9).
Ahora quiero que entiendan que estoy hablando
de autoridad responsable, no de autoridad abusiva, partidista,
injusta y manipuladora que bastante daño le ha hecho a la obra del
Señor. Todo hombre de Dios se sujeta a la autoridad que viene de Dios y
es responsable. Lo deseable es que la autoridad no sea impuesta de mala
voluntad, que no sea omnipotente, ni insensible, ni falta de
entendimiento. Aquellos a quienes se encomienda la autoridad han sido
puestos por Dios para que la utilicen con responsabilidad para el cumplimiento
de los propósitos de Él. Los propósitos de finales de Dios y los de la
organización, “ojalá que solo sea una”, tienen que ser de suprema
importancia.
La sensibilidad hacia las necesidades de los
que están sirviendo y de los que están recibiendo el servicio es
esencial. Necesitamos líderes sensibles, que sepan usar la autoridad de
Dios en sus lideratos con sabiduría y amor. Que no desangren al pueblo,
que no destruyan reputaciones, que no abusen de la autoridad, que sean
equitativos y justos en sus decisiones, y sobre todo que sean humildes, que es
una de las cualidades que debe de distinguir a todo líder. Siempre he
dicho que: “se capturan más moscas con miel, que con hiel.” Cuando los
líderes ejercen con sensibilidad, humildad y amor de Dios su capacidad de
liderato siempre será recibida por aquellos hombres de Dios que están bajo la
autoridad de la persona que la ejerce.
Para concluir podemos entender con claridad que el liderato de José se distinguió y fue todo un éxito por sus capacidades administrativas, creativas, sabías, y sensibles. Sobre todo porque él siempre se sujetó a la autoridad de Dios y se dejó también guiar por los planes de Dios. No hubo abusos de autoridad de su parte, supo guiar a miles de obreros en armonía para lograr el éxito de sus planes logrando un liderato de excelencia. La capacidad de perdonar a sus propios hermanos que tanto daño le habían hecho, lo hizo grande ante los ojos de Dios y ante los ojos de todos los que aspiramos a tener un liderato de excelencia como el de él. Sobre todas las cosas... “Jehová estaba con él”.
- La Murmuración:
“No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas” 2 Crónicas 16:22
Siguiendo con el tema de la murmuración, quiero compartir
contigo una reflexión que tenía guardada en mis archivos y que es muy apropiada
para entender lo dañina que es la murmuración dentro de la iglesia. Una
de las victimas más frecuente de la murmuración lo es el Pastor. Muchos han perdido el respeto por el siervo de
Dios y lo mantienen como el blanco principal de sus críticas y murmuraciones.
Sin embargo la Biblia dice: "Obedecer a vuestros pastores y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas..." Hebreos 13:17.
El pastor de la iglesia es el centro de todas las miradas. Es el blanco de todas las opiniones: buenas y malas. Es el blanco de todos los caprichos. De todos los juicios. De todas las críticas.
Pero lo peor de todo... es que tu boca y tu mente pueden ser
utilizadas por satanás para atacar a un siervo de Dios. Muchos pastores han sido destruidos por la
murmuración, el chisme y la falta de misericordia de sus propias ovejas.
a. Una reflexión para terminar:
¿COMO QUIERES UN PASTOR?
Si es ROBUSTO... le falta AYUNO COMILON
Si es FLACO... la vida que lleva. No tiene buen testimonio. Aguanta hambre. QUE TRABAJE
Si es JOVEN... le falta madurez y experiencia. ES UN NEOFITO
Si es VIEJO... le faltan energías y dinamismo.YA ABURRE
Si es ALEGRE... le falta reverencia y seriedad.
Si es SERIO... le falta amor y ahuyenta a la gente.
Si es BUEN MOZO... es un peligro.
Si CANTA MAL... no puedo evitar el burlarme. Tiene voz de tarro.
Si CANTA BIEN... es un vanidoso. No ha crucificado el don.
Si es de CARACTER... lo quieren más suave.
Si es TRANQUILO... lo quieren más despierto.
Si es muy ACTIVO... lo quieren más calmado.
Si es GENEROSO... es un botaratas.
Si es MODERADO... es un tacaño.
Si sale a BUSCAR las almas... lo critican por no estar en la iglesia.
Si NO SALE... le falta misericordia por las almas y las ovejas.
Si trata más a las MUJERES... se quejan los hombres. Es mujeriego.
Si trata más a los HOMBRES... le gustan los combitos o es machista.
Si da preferencia a los NIÑOS... Esta descuidando a los mayores. Es hipócrita.
Si es BLANCO... lo quieren negro.
Si es muy CONSIDERADO... le falta templanza.
Si EXHORTA a las ovejas... Es cascarrabias. Regañón.
Si habla PAUSADO... es monótono.
Si habla RAPIDO... no se le entiende.
Si VISTE BIEN... se está gastando el dinero de la iglesia.
Si PREDICA LARGO... es aburridor.
Si PREDICA CORTO... se le acabó el repertorio.
Si PREDICA temas de ACTUALIDAD... se mete en política.
Si es CASADO... lo quieren soltero.
Si TRABAJA para ayudar a su sustento... le falta fe.
Si NO TRABAJA para ayudar a su sustento... es un recostado.
Si NO RECONOCE sus DEBILIDADES... es un soberbio.
Si LAS RECONOCE... le falta carácter.
Y USTED COMO LO QUIERE?
RECUERDA: Intercede todos los días por el pastor que Dios ha puesto sobre tu vida para cuidar tu alma.
. "Y os “daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia". Jeremías 3:15.
¡Qué nuestro Señor Jesucristo le bendiga ahora y siempre !
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