CONTINUACIÓN DE LA IPUC PARTE II 1937 A EL AÑO 1970
– Bautismo por Fuego y Espíritu,
Cranbury, NJ: Associated
University Presses,
1974
1. INTRODUCCIÓN:
Este capítulo narra la historia de la
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia entre los años 1937-1970, cuyo trabajo
investigativo se hizo principalmente a través de entrevistas no estructuradas,
conversaciones personales y cartas. También fueron consultados ciertos
materiales escritos, incluyendo un manuscrito de Mollie Thompson (una de las
misioneras), y fueron consultados los registros de la Confederación Evangélica
de Colombia para verificar muchos de los hechos narrados. Algunos cuestionarios
desarrollados en la asamblea de pastores realizada en la ciudad de Bogotá en 1969,
y los informes semestrales de la tesorería de la IPUC, proporcionan datos
estadísticos. La interpretación de los hechos, proviene directamente de los
informantes pentecostales.
2. LLEGA EL MENSAJE DE LA DOCTRINA APOSTÓLICA POR PRIMERA VES:
Aksel Verner Larsen y Abigail Gertrude |
Los Larsen se trasladaron a
Bucaramanga. La obra no prosperaba y nadie se convertía. En noviembre de 1938,
en medio de muchas pruebas espirituales, la señora Larsen murió en el parto de
su bebé, dejando solos a su esposo, su hijo y a su recién nacida hijita. El
hermano Larsen permaneció en Bucaramanga, mientras otros misioneros se
encargaron de los niños. La junta administrativa de la misión le instó a
retornar a Canadá, pero él sintió que a pesar de su pérdida debía quedarse. Al
fin, surgió un pequeño grupo. Algunas veces la congregación estaba compuesta
por el hermano Larsen y alguna otra persona; en algunas otras ocasiones estaba
compuesta por quince personas.
Entre los primeros convertidos había algunos miembros de la familia Bernal, incluyendo a uno de sus hijos, en ese entonces de once años, Campo Elías Bernal.
Entre los primeros convertidos había algunos miembros de la familia Bernal, incluyendo a uno de sus hijos, en ese entonces de once años, Campo Elías Bernal.
Aksel Verner Larsen yFayetta Barnard |
Durante este tiempo, dos misioneras independientes llegaron a Bucaramanga desde los Estados Unidos. Estas eran Pearl Cooper y Fayetta Barnard. En Colombia, ellas fueron unidas al pentecostalismo unicitario, y comenzaron a enseñar este mensaje. Después de dos años de viudez, el hermano Larsen se casó con una de aquellas misioneras, Fayetta Barnard. Trabajando juntos, la pareja fundó una pequeña iglesia en Bucaramanga, mientras que Pearl Cooper partió para la Costa Atlántica a evangelizar.
Cuando llegó el tiempo de la licencia,
una pareja estadounidense, los hermanos Ball, reemplazaron a los Larsen en
Bucaramanga, haciéndose cargó del grupo de treinta pentecostales que se reunían
en una casa alquilada. Los hermanos Larsen llegaron hasta Barranquilla en su
viaje hacia Canadá, y en ésta ciudad sufrieron una demora al hacer las
conexiones del viaje. Utilizaron esa oportunidad para evangelizar, repartiendo
tratados y hablando a la gente en las calles. Los resultados fueron tan
prometedores que decidieron no tomar su licencia en ese tiempo. Pronto
estuvieron en capacidad de comenzar cultos en uno de los barrios más pobres de
la ciudad. Esta nueva obra y la de Bucaramanga, fueron los únicos grupos de la
doctrina pentecostal unicitaria en Colombia hasta 1950.
Su Esposa Eleanor Gamblin y el Her. Sanford Johnston |
El hermano Johnston llegó a
familiarizarse muy bien con la obra en Bucaramanga, donde conoció al joven
Campo Elías Bernal, quien después de haber estudiado dos años de bachillerato y
tres de enseñanza bíblica con la señorita Pearl Cooper, estaba ayudando a los
Ball allí. Johnston entonces fue a las selvas de Sarate, donde trabajó por
varios años sin lograr convertidos. Después de cinco años en Colombia, regresó
a Canadá para un año de recuperación. No obstante aunque no fue reconocido por
la junta de misiones como un misionero oficial, él regresó a Colombia en 1949,
trayendo a su nueva esposa, la viuda de un misionero en la India.
3. LAS PRIMERAS ORGANIZACIONES DE EL NOMBRE SE FUSIONAN:
El Resultado de la fusion fue la: Iglesia Pentecostal Unida Internacional UPCI o IPUI |
William Drost y su esposa Ruth Evelyn |
4. LA VISIÓN DE UN GRAN AVIVAMIENTO:
Desconociendo sus limitaciones,
Johnston envió por Campo Elias Bernal, diciéndole de la revelación que había tenido de
Dios, de un enorme avivamiento pentecostal que ocurriría en los departamentos
del Valle, Antioquia y Caldas. Elias Bernal prometió que si algo le pasaba al hermano
Johnston, él continuaría el trabajo.
El templo Pentecostal en Barranquilla
fue dedicado en 1949. Johnston estaba demasiado enfermo para ir, pero Campo
Elías Bernal fue y allí se encontró con el hermano Drost. Bernal le dijo a éste
del intento de iniciar una obra en la región occidental de Colombia y de la
enfermedad del hermano Johnston, invitando a Drost a ir a Cali.
Una semana más tarde, tratando de
ayudar a un creyente y compatriota canadiense, el hermano Drost llegó a Cali.
Inmediatamente dejó su maleta en la humilde vivienda donde se realizaban los
cultos y donde el hermano Johnston vivía, y salió a la calle. Para
consternación de todos, no regresó sino hasta las 9:00 de la noche. Él había
ido a hablar con los mineros de los alrededores, y sus respuestas le
confirmaron que ese era el lugar en que Dios quería que trabajara.
El hermano Johnston le habló al
hermano Drost sobre su revelación y la forma en que Bernal había estado
ayudando en su realización. Tiempo después el hermano Johnston descansó en el
Señor, dejando al hermano William Drost a cargo del trabajo en la parte occidental
de Colombia, el cual llevó a su familia a Cali en el otoño de 1949. Los cultos
comenzaron en su hogar del barrio de clase obrera, en La Bretaña.
En el mismo año la Iglesia Pentecostal
Unida echó raíces en el departamento de Antioquia. Una antioqueña llamada Lía
había emigrado a Panamá, y allá conoció y se casó con un estadounidense. Ella
le acompañó a los Estados Unidos, donde se convirtió al Señor. Regresando a
Medellín, su ciudad natal, testificó a su familia y amigos que allá vivían. Al
principio no logró convertidos aunque abrió un lugar de predicación en un
garaje. El hermano Larsen fue invitado a venir a desde Barranquilla para
realizar cultos, y la membrecía comenzó a crecer. En 1950 Campo Elías Bernal
llegó a ser oficialmente el primer pastor colombiano del país, y se encargó de
la obra en Medellín, compuesta por 20 hermanos.
5. LA VIOLENCIA SE DESATA EN TODA COLOMBIA (Persecuciones y Primeros Mártires):
La violencia política fue feroz en el
Valle del Cauca durante esta época. La gente fue desplazándose a Cali desde las
zonas montañosas, refugiándose de los “chusmeros”, “pájaros”, y otras bandas de
asesinos contratadas por el gobierno conservador para aniquilar a los
liberales, los cuales conformaban el 60 por ciento de la población total.
Los refugiados de las montañas
vinieron a los servicios pentecostales. La mayoría de ellos eran liberales, y
algunos habían conocido algo del protestantismo (o protestantes) antes. Ellos no podían entender
la predicación porque el español del hermano Drost era malo, pero él tocaba el
acordeón, cantando y mostrándoles dónde leer la Biblia, especialmente el libro
de los Hechos, que describe la primera experiencia pentecostal. Y él los guiaba
en la oración para que recibieran el bautismo del Espíritu Santo y hablaran en
lenguas.
Los nuevos creyentes, llenos con el
gozo de lo que habían recibido, regresaban a las montañas a contar a sus amigos
y familiares lo que había ocurrido en sus vidas.
Eucaris Agudelo fue una de las
primeras en regresar con las buenas nuevas. Su familia era evangélica, y ella
estaba en camino de entrar a estudiar en el colegio bíblico de la Unión
Evangélica Misionera en Palmira. Antes de comenzar las clases, ella se estaba
quedando en casa de una vieja amiga de la familia, también de la zona rural del
municipio de Bugalagrande, la señora Belarmina de Peña. Los Peña habían
pertenecido a la Unión Evangélica Misionera desde 1927, y uno de los hijos de
Belarmina, Pedro Peña, había estudiado en el Instituto Bíblico de dicha
iglesia. No obstante, después de cerca de 20 años en la iglesia, ellos sentían
que había algo ausente en su vida religiosa y habían comenzado a leer las
Escrituras muy cuidadosamente. Ellos estaban particularmente atraídos por las
manifestaciones de Dios en fuego y los dones del Espíritu Santo, especialmente
el don de sanidad por fe. Habían visitado otros grupos protestantes del área,
incluyendo los presbiterianos y los bautistas, pero encontraron que ellos no
ofrecían la fe viva que buscaban. En 1951 Belarmina comentó a sus hijos acerca
de una nueva iglesia en Cali, en el barrio de la Bretaña, una iglesia que tenía
un mensaje de poder, que ella había experimentado cuando la visitó. Su familia
fue a ver por sí misma, y encontraron el mensaje tan precioso que lo pudieron
entender a pesar del defectuoso español del hermano Drost. Esa noche
descubrieron lo que estaban buscando cuando aceptaron la doctrina pentecostal
de la unicidad. Allí pasaron la noche en oración.
La hermana Belarmina llevó a la joven
a su cargo a un culto, y también Eucaris llegó inmediatamente al convencimiento
de la doctrina. Recibiendo el Espíritu Santo, que se manifestó al ella hablar
en lenguas, retornó a su hogar en el caserío de La Morena para testificar a sus
parientes y vecinos. El entusiasmo de Eucaris era contagioso; la comunidad
comenzó a aceptar el mensaje.
5.1 EL AVIVAMIENTO DE LA MORENA:
Pedro Peña fue bautizado por el
hermano Drost en el nombre de Jesucristo en Diciembre de 1951 y fue desde Cali
hasta Vallebuena, un corregimiento de Zarzal. Él también fue recibido con mucho
entusiasmo. Más tarde, viajó a La Morena a evangelizar.
Eduardo García y su esposa vivían en
Cali en el barrio Cristóbal Colón. Ellos fueron visitados en el hogar por los
hermanos Drost durante una evangelización puerta a puerta, y fueron invitados a
los servicios. Ellos fueron y aceptaron el mensaje. Bautizados en el nombre de
Jesús en Septiembre de 1951, ambos recibieron el bautismo del Espíritu Santo en
el espacio de los seis meses siguientes. Inspirado por las noticias del
avivamiento que tenía lugar en La Morena, el hermano Eduardo Garcias fue allí para
actuar como un obrero de la iglesia.
Desde La Morena fue enviada razón al
hermano Drost en Cali para que fuera a bautizar a los nuevos creyentes, los que
ya habían recibido el Espíritu Santo. Estos pentecostales eran principalmente
pequeños cafeteros o peones de extensos cafetales arrendados. Buscando un lugar
para realizar los bautismos, ellos consideraron un estanque perteneciente a un
terrateniente de clase media llamado Isaías Fandiño. Él había estado asistiendo
a la iglesia Unión Evangélica Misionera en Tuluá aun cuando no había sido
bautizado. Observando el gozo de los pentecostales, decidió bautizarse con
ellos. Su amplia casa, construida en la parte alta de las montañas y accesible
solamente por trocha, en la vereda de La Morena, proveyó un lugar ideal para
realizar cultos. La congregación creció hasta cerca de 200 hermanos, casi la
total población adulta de la vereda. Los recogedores de café cantaban coros
mientras trabajaban y los niños batían las palmas ritmeando los animados
cánticos pentecostales.
Cuando los creyentes iban a los
servicios en La Morena, pasaban por la tienda de Saúl Ramírez, primo de
Eucaris, quien había venido desde Pereira para abrir una tienda general con una
cantina y una finca cafetera. Molesto por el tránsito de los hermanos, tomó sus
pistolas para dispersar la reunión, pero terminó por convertirse. Dejando los
licores y sus armas, llegó a ser muy activo en la iglesia, y fue nombrado
tesorero de La Morena.
El hermano Eduardo García, ahora a
cargo de la iglesia en La Morena, comenzó a ir fuera de la vereda con el
mensaje pentecostal. Viajando a caballo y a pie, abrió cultos en las veredas
cercanas al municipio de Sevilla. Pedro Peña inició un grupo de pentecostal en
el pueblo de Galicia, en el municipio de Bugalagrande.
"William Drost tenía una ideología de
trabajo misionero que difería del clásico modelo colonial de establecimiento
misionero compuesto de una junta o cuerpo administrativo seguido por pastores
nacionales fieles y subordinados a ella. Él sintió que debía tratar a los
colombianos como compañeros tanto en el aspecto espiritual como en el
administrativo"
"Inmediatamente nombró los pastores
nacionales que consideró estaban listos para el trabajo, aunque otros
conectados con la misión dudaron de la sabiduría de tal paso. El hermano
William dio a la gente libertad para trabajar y evangelizar, sin imponer reglas
ni métodos, permitiéndoles innovar de acuerdo a las necesidades e idiosincrasia
culturales colombianas. Escaso de dinero, él no estaba en capacidad de sostener
un gran cuerpo pastoral a sueldo. La evangelización se llevó a cabo cuando los
hermanos fueron inspirados a hacerlo para el Señor, sin recibir paga de los
misioneros. Ellos no eran asalariados ni dependientes de fondos o liderazgo extranjero"
No había la oportunidad de formar un
instituto bíblico, no obstante que muchos pensaban que sería una buena idea,
aunque el personal era muy escaso todavía para dedicarlo ya fuese como
directores o estudiantes. Los hermanos con gran fervor por el Señor fueron
usados inmediatamente, en vez de atarlos en un instituto por cuatro años con la
posibilidad de salir intelectualmente preparados pero “espiritualmente muertos
como la chapa de una puerta”, en palabras de la misionera Sally Morley:
Los pastores fueron reunidos para darles lecciones cortas de doctrina. Cuando los creyentes se reunían, leían sus Biblias y discutían temas doctrinales, dejando que el grupo, en vez del individuo, fuera el guardián de la enseñanza.
A aquellos
que querían predicar, se les permitió hacerlo
Los pastores fueron reunidos para darles lecciones cortas de doctrina. Cuando los creyentes se reunían, leían sus Biblias y discutían temas doctrinales, dejando que el grupo, en vez del individuo, fuera el guardián de la enseñanza.
"La violencia política, que algunos
habían usado como una excusa para cometer violencia religiosa, comenzó a
afectar a los nuevos grupos pentecostales en 1951. Los conservadores, que
frecuentemente sostenían grupos de asesinos a sueldo, no eran fáciles de
convencer de que los protestantes no estaban conectados con los comunistas, o
peor, con los liberales. En las aisladas comunidades montañosas del Valle del
Cauca, era frecuente que el sacerdote urgiese la eliminación de protestantes.
Los chusmeros comenzaron a agregar a los pentecostales a sus listas de aquellos
que debían ser eliminados"
"La policía también amenazó a los
evangélicos, diciendo que la libertad de cultos no existía, que el
protestantismo estaba prohibido"
Al hermano Eduardo García se le enteró
que su nombre estaba en la lista. Generalmente en los cultos de las afueras de
La Morena, los sermones eran dados con una pistola apuntando al predicador
desde la puerta de la iglesia. La esposa del hermano Eduardo y su mamá, le
suplicaron que huyera con el fin de guardar su vida. “Mi lugar es con mi
rebaño”, les dijo, y permaneció allí. El grupo fue atacado en Febrero de 1952,
con el inspector local de policía, Marino Jaramillo, entre los atacantes.
El nombre del hermano Peña también fue
agregado a la lista de los asesinos. El padre González, sacerdote de Galicia,
había dicho que había ordenado a Peña que se marchara. La mañana del domingo 23
de Marzo de 1952, mientras el hermano Peña dimitía de la congregación en Galicia
con una oración, un chusmero gritando “larga vida a Cristo el Rey” lo apuñaló
en el pecho. El hermano Pedro dijo que sintió su corazón moverse de lugar y
abrió sus ojos viendo un cuchillo clavado en su pecho y sangre brotando de la
herida. El hermano Pedro Varón también fue apuñalado, y otros miembros de la
congregación, incluyendo a la hermana Belarmina de Peña, de 70 años, que fue
golpeada. El hermano Pedro fue a Cali para recuperarse.
A medida que la congregación de La
Morena creció, la persecución, concentrada en Galicia, también creció. A veces
los cultos tanto de La Morena como de Galicia eran cancelados debido a los
ataques que eran organizados contra ellos. La Morena fue aislada por la policía
conservadora y los chusmeros. En algunas ocasiones, a los residentes de aquella
zona no se les permitía ir al mercado, solo porque eran pentecostales aún
cuando fueran conservadores. Muchos tuvieron que abandonar el área debido a las
amenazas y a las presiones económicas.
Tres hijos del hermano Pedro Peña
permanecieron en La Morena, después que él fue a Cali a recuperarse de su
lesión. Dos de ellos trabajaban en la finca de Saúl Ramírez y el otro en la de
Teodoro Agudelo. La mañana del domingo 17 de Agosto de 1952, uno de los
muchachos, Leonel, que tenía 19 años, visitó la finca de otra familia
pentecostal. Allí pasó el día, leyendo y comentando la Biblia. A las seis de la
tarde, cuando estaba oscureciendo, salió de la casa para ir a la finca de Saúl
Ramírez donde trabajaba. La granja se encontraba a 20 minutos de camino.
Tarde en la noche, cuatro policías
rurales y un civil conservador llamado Enrique Rendón, fueron al bar de Marino
Jaramillo, quien previamente había participado como inspector de policía en
ataques contra pentecostales. Él ya se había retirado de la fuerza policial y
había ido a La Morena para abrir un bar, situado como a 40 metros de la casa de
Teodoro Agudelo, donde se realizaban cultos. La congregación estaba reunida esa
noche allí, pero cuando vieron llegar a los policías, sintieron que lo mejor
era no realizar el servicio y apagar las luces de la casa. Entonces se
escondieron en los cafetales que estaban detrás de la casa.
En el bar, los policías agarraron a
Felipe Garzón, un liberal que no era pentecostal y, amarrándolo, le golpearon frente
a todos. El sobrino de Felipe, que estaba con él, salió corriendo del bar
mientras los policías disparaban hacia él. Estos se fueron luego con su
prisionero. Esa semana fue encontrado el cuerpo de Garzón. Lo habían abaleado.
Al día siguiente llegaron rumores a La
Morena, que se había encontrado un cuerpo en el camino principal. Todos
pensaban que era Garzón. A la una de la tarde Peniel Peña salió a la trocha con
una carga de café. A un lado del camino encontró el cuerpo de su hermano
Leonel, tendido boca abajo, con los brazos extendidos y desnudo. El cuerpo
estaba negro por los golpes que le habían dado desde la cintura hasta la
cabeza, y su cara estaba ensangrentada. Tenía signos de que había sido
torturado.
La evidencia señalaba que el asesinato
había sido cometido por los policías, con la ayuda de los miembros de la
familia Rendón. Varios de los jóvenes de la iglesia fueron obligados a huir de
la región, porque ellos sabían que los Rendón eran los causantes de la muerte
de Leonel. Los Rendón les habían amenazado diciéndoles que los matarían si
reportaban a las autoridades su conexión con el crimen.
Las noticias del asesinato de Leonel
llegaron a Cali, al mismo tiempo en que se realizaba una convención para
dedicar el nuevo templo allí. Durante 1951, el hermano Drost había bautizado
cerca de 500 nuevos creyentes en el Valle; entonces suspendió los registros que
llevaba de ellos. Muchos creyentes habían venido a la convención desde las
afueras de la ciudad y pueblos cercanos, y la muerte de Leonel Peña les hizo
claro lo peligroso que era ser un pentecostal.
Uno de los que asistían a la
convención era Martín Adarbi. El hermano Adarbi, de 58 años de edad, había sido
evangélico por varios años. Inspirado por su reciente conversión al
pentecostalismo, predicaba en las comunidades montañosas cerca a Sevilla en
todos sus ratos libres. Nuevas obras fueron brotando en respuesta a sus
esfuerzos. Él quería un apoyo para poder dedicarse de tiempo completo a la
obra. El hermano Drost no podía ayudarlo económicamente, pero le dijo que
confiara en el Señor.
Con el fin de abrir una nueva obra, el
hermano Martín Adarbi fue a la vereda de El Tesorito y encontró trabajo como
agricultor. Él era especialmente efectivo en los dones de sanidad y otros
milagros, así como un orador inspirado y ferviente. Muchos de los campesinos
pobres habían atestiguado los milagros realizados por su intermedio y se habían
convertido, haciéndolo a él bien conocido en toda la región. Juan Quiseno,
cabeza de los asesinos de la zona, había amenazado personalmente al hermano
Martin Adarbi. La respuesta de éste fue que no tenía miedo de sus amenazas,
porque para él, el vivir era Cristo y el morir por Él era ganancia. De todos
modos, envió a su esposa Alicia a Cali para mayor seguridad de ella.
En Octubre, el hermano Drost y Alfredo
Montenegro, un pastor de Cali, fueron a La Morena para una semana de
avivamiento. Cerca de 350 hermanos, además de otros simpatizantes y algunos de
sus enemigos se reunieron en el lugar para el evento. Un grupo de creyentes de
la nueva obra del hermano Martin Adarbi en El Tesorito, fue a La Morena para
bautizarse en el nombre de Jesús.
El sábado 11 de Octubre por la tarde,
el hermano Martín Adarbi estaba en su cabaña en Galicia, cenando con otros dos
creyentes. Escucharon ruidos de caballos. Súbitamente un disparo retumbó
afuera. En el momento en que la bala acertó en el cuerpo del hermano Martín
Adarbi, él saltó sobre sus pies, gritando “Hay poder en Jesús” y “Aleluya”,
mientras fallecía.
La policía llegó casi inmediatamente y
acusó a uno de los hermanos que estaban con el occiso y lo arrestaron. El
lunes, el cuerpo del hermano Martín Adarbi fue llevado al cementerio de Galicia
para enterrarlo. Los asesinos comenzaron a circundar la ceremonia funeraria, y
los creyentes advirtieron al hermano William Drost, quien dejó el cementerio
antes de que más daño pudiera ser hecho. El hermano que había sido acusado
injustamente, pronto fue puesto en libertad.
La hermana Alicia regresó a El
Tesorito, cerca a Sevilla, para trabajar con la iglesia, llevando a su madre
con ella. Ella sintió fuertemente que su esposo había sido usado para comenzar
una importante obra allí. Ella estaba lista para recoger la cosecha. Con el fin
de ayudarla, fue el hermano Reinaldo Zapata, quien había abierto una obra en
Sevilla el 12 de Mayo de 1952.
Otros hermanos, empujados de sus
hogares rurales por la violencia, y no pudiendo permanecer en las ciudades
grandes debido a su pobreza, fueron a áreas menos céntricas para ganarse la
vida. Uno de estos creyentes era Alberto Clavijo, quien junto a sus hermanos
jóvenes encontró trabajo en una plantación de tabaco cerca a Zarzal. La esposa
de Francisco Marín, el capataz, estaba enferma y los jóvenes creyentes enviaron
por el hermano Montenegro a Cali para que orara por ella. Ella fue sanada y la
pareja comenzó a interesarse en el mensaje pentecostal. Fueron a Cali a la
primera convención que se realizó allí, y recibieron el bautismo del Espíritu
Santo. El hermano Clavijo empezó a realizar servicios en la hacienda.
Cuando el propietario de la
plantación, quien vivía en Cali, supo que allí se estaban realizando cultos,
ordenó no hacerlos más. Temía que los chusmeros incendiaran la casa si permitía
a los protestantes realizar servicios allí.
Entonces el hermano Clavijo se mudó a
Zarzal, y allí alquiló una casa para realizar los cultos. Cuando el grupo
creció bastante, el hermano Eduardo García vino desde La Morena para
pastorearlo. Los miembros de Zarzal también evangelizaron a la otra ribera del
río Cauca. Uno de esos lugares fue Trujillo, donde fueron llevados a la cárcel
inmediatamente. El hermano Eduardo hizo venir al hermano Drost desde Cali, y
juntos fueron a Trujillo en el auto de éste. Los habitantes del pueblo,
incluyendo al jefe de los “pájaros”, rodearon el carro y trataron de abrir las
puertas para sacar a sus ocupantes. Afortunadamente, no las pudieron abrir y el
hermano Drost echó a andar nuevamente el auto, pudiendo así escapar en medio de
una lluvia de piedras.
El hermano Saúl Ramírez sucedió al
hermano Eduardo como pastor de La Morena. Bajo su dirección se edificó un gran
templo, con capacidad para 500 creyentes. Los chusmeros trataron de subir a la
iglesia, después de la muerte del hermano Martín Adarbi. De cualquier modo, las
trochas montañosas tan pendientes y fangosas eran demasiado para sus caballos
criados en el valle, y las primeras incursiones se frustraron.
La obra en Cali había crecido hasta
alcanzar 100 hermanos, y los recién llegados de otras partes del Valle del Cauca,
siguieron congregándose en los cultos. Entre ellos estaba el joven de 16 años
Jesús Cardozo. Nacido en Zarzal, su padre murió cuando él tenía 8 años de edad,
y su madre se había casado de nuevo. Él había estudiado seis años de primaria,
y más tarde hizo un curso de contabilidad comercial. Emigró a Yumbo para
trabajar en una fábrica de Celanese. Su mamá se mudó a Cali y se convirtió al
Señor en 1952. Ella invitó a su hijo a los cultos y él continuó como un miembro
activo de la iglesia. Informalmente ayudaba en las actividades juveniles de la
iglesia en Cali.
El hermano Pedro Peña, recuperado de
la herida hacia finales de 1952, estaba ansioso de empezar una obra en Palmira.
El hermano William Drost se opuso porque no había suficientes pastores y
obreros para organizar una iglesia allá. Pero el hermano Pedro siguió adelante
con su sentir, con la ayuda de su hermano y de Luis Guzmán. Ellos convinieron
con sus amigos abrir su casa para realizar cultos. Hubo un escándalo en la
familia, y la obra no prosperó. El hermano Pedro comenzó de nuevo los cultos en
el barrio pobre de San Pedro, en la casa de la señora García, pese a las
amenazas del sacerdote de la cercana parroquia de La Trinidad y a las
incursiones de la policía enviadas por el mayor de la estación.
Se alquiló una casa pequeña, pagada la
mitad por la misión y la otra mitad por los creyentes de Palmira. Algunos de
los primeros convertidos trabajaron más tarde en la obra del Señor en Nariño y
Ecuador. El hermano Peña fue usado maravillosamente por el Señor en la oración
por sanidad. A través de él, mucha gente en Palmira fue sanada de enfermedades
graves. Debido a ello, muchos aceptaron el mensaje pentecostal. Algunos de los
nuevos pentecostales venían de otras iglesias evangélicas.
En 1947, William Thompson y su esposa
Mollie, llegaron a Colombia como misioneros de la Iglesia Santo Calvario, una
iglesia tradicional y fundamentalista de Inglaterra. Aún cuando el hermano
Thompson había tenido la experiencia pentecostal de hablar en lenguas en 1943,
no se había adentrado más allá en el pentecostalismo. En 1949, después de 8
años de matrimonio, nació su primer hijo, deformado por la hidrocefalia. Ellos
llevaron al bebé a Barranquilla para que allí le examinaran los doctores. Los
hermanos Larsen y Sallie Lemons se encontraron con ellos allá. Los doctores
dijeron que a Tommy le quedaban solamente cuatro días de vida. El hermano
Verner Larsen puso sus manos sobre él y oró, y el niño creció bien y demostró
una mentalidad normal.
Por medio de esta experiencia, el hermano
Thompson se convenció que no estaba predicando todo lo que sabía acerca de
Dios. Sintió que debía regresar a Inglaterra y confrontar a la junta directiva
de misiones con la verdad que acababa de descubrir. Mientras ellos se
preparaban a viajar por mar a Inglaterra, estuvieron de nuevo con la hermana
Sallie en Barranquilla. Ella con mucha diplomacia no les presentó la doctrina
de la divinidad de Jesucristo, porque no quería que se sintieran incómodos.
Pero justo antes que el barco zarpara, los Thompson le preguntaron a ella sobre
la doctrina, y ella les dio una lista de versículos. Estudiándolos en
Inglaterra, ellos se convencieron de la doctrina. Con el cambio de la creencia,
ellos acudieron a la junta directiva de misiones de la Iglesia Pentecostal Unida
en los Estados Unidos. Fueron aceptados y enviados de nuevo a Colombia en 1951.
A principios de 1953, los chusmeros
estuvieron activos como guías de los soldados bajo el mando del ministro de
guerra Rojas Pinilla, en el área de Sevilla y Bugalagrande. Ellos estaban
buscando armas en dichas zonas, con el fin de evitar cualquier oposición
durante el golpe de estado que se planeaba, el cual condujo a que Rojas Pinilla
asumiera la presidencia del país con poderes dictatoriales. Las Biblias fueron
quitadas a los pentecostales en las montañas, considerándolas tan peligrosas
como las armas. En un incidente, la hermana Alicia Adarbi demandó, y se le
concedió, el retorno de Biblias decomisadas.
Nuevos creyentes fueron bautizados en
Zarzal y Armenia, donde el hermano Eduardo García estaba pastoreando. El primer
grupo de 14 personas bautizado en Armenia, incluyó al hermano Jorge Hernández,
quien más tarde serviría en la obra del Señor. La ceremonia tuvo lugar en un
río de las afueras de la ciudad, y los hermanos Drost y Thompson fueron para
bautizar. Allí habían amenazado al hermano William Drost, por lo cual los
hermanos fueron antes de los bautismos para revisar los matorrales de los
alrededores del sitio de bautismo, por si se encontraban francotiradores.
Todos los grupos evangélicos del
Quindío y esa zona recibieron muchas amenazas durante esa época. Otros grupos,
o bien cambiaron la hora de las reuniones, o dejaron de reunirse, pero los
pentecostales no lo hicieron. Ellos continuaron los cultos en el horario
normal, con rufianes armados de botellas, machetes, e incluso revólveres, entre
la concurrencia.
"Para combatir su presencia, un contingente de jóvenes
pentecostales oraban en el altar durante todo el culto. Antes de una reunión,
un hombre de brusca mirada entró, se sentó en las primeras bancas, e hizo una
obvia exhibición de su revólver y su machete. Entonces encendió un cigarrillo y
lanzó una bocanada de humo hacia el altar. El pastor Mondragón, fue hasta donde
él y le quitó el cigarrillo de la mano, diciendo “En el nombre de Jesús, salga
de este lugar”. El hombre se escabulló fuera, medio pálido"
Había un hombre en Armenia que se
deleitaba tremendamente en atormentar a los pentecostales. Al principio,
durante dos meses seguidos, iba a la iglesia una hora antes del culto y
recitaba rosarios hasta que el servicio acababa, entremezclándolos con rezos a
la virgen para que destruyera a la Iglesia Pentecostal. El grupo creció más
rápido que nunca. Al final de los dos meses, como los rosarios se mostraron
ineficaces, él optó por ir borracho a los cultos, haciendo una escena. El
clímax de su ataque personal contra los pentecostales, fue cuando en un culto
por la noche llevó una canasta enorme de plátanos maduros, pelándolos uno por
uno y arrojándolos a la congregación. Cuando los hubo lanzado todos, el pastor
resaltó que estaba muy agradecido porque él no tenía para comprar la comida de
esa noche, pero ahora le había sido provisto.
Familia de el Misionero Drost "El Pentecostal" |
Otras fuerzas estaban actuando para
evitar que la iglesia en Palmira prosperara. El hermano Peña dejó de trabajar
estrechamente con la iglesia y comenzó a viajar a través del país actuando como
evangelista independiente y sanador por fe.
5.3 TESTIMONIO DEL Her. PABLO:
Los creyentes de Palmira volvieron al
campo, llevando con ellos el mensaje pentecostal. Se iniciaron cultos en el
caserío montañoso de Buenos Aires, en el municipio de Buga. Algunas familias
que eran católicamente fieles se convirtieron en pentecostales. El rumor de la
conversión de sus hermanos jóvenes llegó a oídos de Pablo Calvo, quien vivía
con su hermana y su cuñado en Corinto, Cauca. Con la idea de rectificar este
terrible revés contra su familia y ayudar a su madre, Pablo hizo el viaje de un
día hasta la finquita de su familia, situada cerca a Buenos Aires, después de
haberse armado con las biblias católica y protestante, con el fin de convencer
a sus hermanos de su error.
Él encontró a su madre trastornada
porque sus niños iban cada noche a los cultos, y a sus hermanos profundamente
cambiados en su comportamiento. Trató de inducirlos de nuevo hacia las viejas
pautas de vicios personales; luego mediante argumentos trató de sacarlos de sus
nuevas creencias. Cuando ninguno de los métodos funcionó, y los otros hermanos
de la zona vinieron en defensa de los muchachos orando por ellos y enviándole a
él cartas y tratados, Pablo los echó de la casa. Para acabar el asunto, decidió
quemar todos los libros protestantes. Justo antes de encender el fuego, comenzó
a leer la Biblia. Entonces fue tocado por las palabras, y decidió que también
él abrazaría la nueva fe. Pero, pensando en lo que tendría que abandonar, puso
una señal ante el Señor: “si cuando regrese al hogar la casa está llena de
evangélicos, ello será un signo de la verdad de sus enseñanzas”. Mientras
caminaba hacia la casa escuchó música. Era un grupo de pentecostales que
estaban cantando:
Ellos lo invitaron al culto esa noche, donde fue sanado de una enfermedad que en vano habían tratado de curar muchos doctores. Esa noche, prometió predicar el evangelio.
“En la cruz, en la cruz, do primero vi la luz...”.
Ellos lo invitaron al culto esa noche, donde fue sanado de una enfermedad que en vano habían tratado de curar muchos doctores. Esa noche, prometió predicar el evangelio.
Después de ser bautizado en Palmira,
regresó a Corinto. Había allí un pequeño grupo de evangélicos desde hacía algún
tiempo, miembros de la Unión Evangélica Misionera y de la Alianza Evangélica
Misionera. Los misioneros solían visitarlos en este pueblo, pero cuando se
incrementó la violencia, no volvieron. En el camino entre el pueblo y la finca
de su cuñado, el hermano Pablo se encontró con uno de estos evangélicos, quien
antes ya le había hablado sobre el protestantismo. Pablo le dijo a él lo que le
había ocurrido como resultado de las experiencias pentecostales de sanidad y
hablar en lenguas. Juntos estudiaron la Biblia hasta las 11:00 de la noche. Con
esta familia y los parientes que allí vivían, el hermano Pablo empezó a formar
un fuerte grupo pentecostal en esta zona rural.
Los hermanos Alberto Clavijo y
Francisco Vergel, vinieron de Palmira para ayudar a evangelizar en Corinto.
Había mucha persecución, y la presión del sacerdote les forzó a realizar la
mayor parte de su trabajo fuera del pueblo.
Un día, cuando el hermano Calvo estaba en el mercado de Corinto, el sacerdote pasó a su lado y le acusó de ser “el protestante que está perjudicando las veredas”. Inesperadamente, el inspector de policía defendió al hermano Pablo.
Un día, cuando el hermano Calvo estaba en el mercado de Corinto, el sacerdote pasó a su lado y le acusó de ser “el protestante que está perjudicando las veredas”. Inesperadamente, el inspector de policía defendió al hermano Pablo.
El mismo día, el tesorero de otro
grupo evangélico se aproximó al hermano Pablo. Había estado enfermo por varios
años, de modo que el hermano lo llevó al cuarto del hotel en que estaba para
orar por él. El hombre fue sanado, por lo que convenció a otros miembros del
grupo para convertirse en pentecostales.
Se fundaron nuevos grupos en muchos
pueblos pequeños en el norte del departamento del Cauca, incluyendo
Medianaranja, El Placer, Padilla, La Cabaña y Caloto. En las afueras de Caloto,
en Pedregal, un hombre alto que fumaba cigarro se acercó al hermano Pablo
mientras predicaba. Exigió hablar con éste, pero el hermano Pablo lo forzó a
esperar hasta después del servicio. Dos horas más tarde, después de una reunión
en la que siete personas recibieron el don del Espíritu Santo y comenzaron a
hablar en lenguas, seis hombres entraron, guiados por el hombre alto, y les
mostraron un documento firmado por el sacerdote católico de Caloto que decía,
“Quemen todos los libros protestantes”. Ellos recogieron 22 Biblias
protestantes, 14 himnarios, 18 folletos de himnos especiales, y 4 Biblias
católicas. También amontonaron cuatro montones enormes de rocas para apedrear a
los pentecostales. El sacerdote guardó las Biblias católicas y quemó el resto.
El hermano Calvo fue a Caloto, la cabecera municipal, para quejarse ante el
alcalde:
"Él fue informado que eso era un asunto del sacerdote, y que el alcalde
no estaba interesado en tales cosas"
Por consiguiente, el hermano Pablo fue
a la casa del sacerdote y tuvo una charla con él que duró desde las 9:00 de la
mañana hasta las 3:00 de la tarde. Al final, el sacerdote estuvo de acuerdo con
el hermano Pablo en que las enseñanzas pentecostales estaban muy cerca de Dios,
pero que él no podía seguirlas. No fue posible que el sacerdote pagara por el
daño causado, aún cuando se disculpó. Le dijo al hermano Pablo que como
sacerdote tenía la autoridad para quemar todo lo que no fuera aprobado por la
iglesia católica. Los cultos continuaron en Pedregal, y los creyentes compraron
más Biblias.
En un lugar, el hermano Pablo había
alistado un grupo de 30 hermanos para viajar a Palmira con el fin de
bautizarlos. El sábado antes del bautismo, el hermano Pablo trató de contratar
un automovil especial para que llevara el grupo a Palmira. El inspector de
policía estaba muy preocupado por los pentecostales y había enviado un agente
tras el hermano Pablo para ver si estaba predicando en las calles. El espía vio
al hermano hablando con los conductores, y concluyó que estaba tratando de
convertirlos. El hermano Pablo fue a una tienda a comprar algo, y el espía fue
al inspector de policía con su relato. Cuando el hermano Pablo estaba charlando
con el propietario de la tienda sobre los altos precios, fue rodeado por cuatro
policías, “¿Por qué está molestando a este tendero con su religión pagana?” le
interrogaron. “El alcalde quiere verlo”.
Caminando con él por la calle, el
inspector de policía sacó su revólver, diciendo que iba a acabar con el
problema matando a Pablo, puesto que ya le había dicho muchas veces que no
predicara esas cosas.
El hermano Pablo le replicó que su
asesinato era la única forma de silenciarlo, que Cristo había sido perseguido
antes de él. Llegando a la cárcel, el inspector
abrió la puerta y les dijo a los otros prisioneros:
“Aquí tienen al pastor de
los evangélicos para que les hable”
Entró a las 9:00 de la noche. En la
celda nadie durmió esa noche, porque todos estuvieron escuchando al hermano
Pablo leyendo y explicando la Biblia. A las 8:00 de la mañana, con el cambio de
guardia, el cabo le quitó la Biblia con el fin de evitar que guiara a los
prisioneros por el mal camino.
El hermano Pablo Calvo aconsejó al
cabo que no desperdiciara la oportunidad de tener en sus manos la Biblia, sino
que la leyera, puesto que él no la necesitaba, ya que había memorizado grandes
porciones de la Palabra de Dios.
Cuando llegó la hora de ejercicios,
los otros prisioneros rodearon al hermano Pablo en el patio mientras éste les
enseñaba coros y versos bíblicos. Ellos le pidieron que realizara un culto, y
él predicó tan eficazmente que muchos de ellos tenían lágrimas en sus ojos.
Más tarde un policía llegó y le dijo
que el alcalde estaba furioso y que iba a multarlo fuertemente para enseñarle a
respetar a las autoridades. Bramando de cólera, el alcalde amenazó con
triplicarle la multa si alguna vez encontraba de nuevo a Calvo hablando de
religión en la calle.
“¡Cómo le gusta el dinero!”, dijo el
hermano Pablo. “Usted no habla de nada más. Yo pensaba que usted me había
llamado para tratar de salvarme del error de mis creencias, pero en vez de eso
me muestra que su religión es dinero. Yo no le daré la multa, porque cuando
Jesús fue encarcelado no pagó una multa, ni lo hizo Felipe. Ni Pablo le pagó
una multa a Herodes. Por lo tanto yo tampoco pagaré la multa. Pero aceptaré
firmar la acusación y cumplir el castigo”.
Mientras el hermano leía la acusación,
el alcalde se la arrebató y la rompió en pedazos, temeroso de las implicaciones
para su cargo si fuere firmado. Envió al hermano Pablo de regreso a su celda,
diciéndole que podría madurar allí.
Retornando a la cárcel, el hermano
Pablo se enteró que dos guardias estaban leyendo activamente la Biblia y que
siete presos habían decidido convertirse al Señor. Mientras él explicaba un
tema bíblico a otro prisionero, un hombre irrumpió en la cárcel sin hablar con
los guardias y le preguntó al hermano Pablo por qué estaba allí. El hermano
respondió, “Por predicar acerca del Señor Jesús”.
“Hay libertad de religión hasta la
entrada misma de la iglesia”, declaró el intruso, quien se identificó como
enviado del gobierno departamental para cambiar a todos los empleados municipales.
Y ordenó libertad para todos los prisioneros.
Como resultado de su estadía en la
cárcel, siete presidiarios y dos guardias se añadieron al grupo que iba a
Palmira para bautizarse.
5.4 CONTINUARON LAS PERSECUCIONES:
En la ciudad de Corinto, donde
finalmente se inició una obra en 1955, los pentecostales continuaron
encontrando oposición del clero y las autoridades. El hermano Alberto Clavijo
fue muy activo en el establecimiento de la obra allá. El 17 de Julio de 1955,
cuando él estaba hablando, la policía entró en la casa, y le quitó su Biblia,
disparándole al hermano en el brazo. La Biblia fue enviada al sacerdote. Las
noticias del incidente llegaron a oídos del hermano Drost en Cali, y el 20 de
Julio, cuando Rojas Pinilla estuvo en Cali para inaugurar una planta eléctrica,
el hermano Drost fue a verlo. Rojas ordenó a la policía devolver las Biblias y
dejar tranquilos a los protestantes. Las Biblias no fueron devueltas, por lo
que el hermano Drost fue a Corinto para reclamarlas él mismo. En la
confrontación que siguió, el sacerdote intentó conducir las negociaciones en
inglés, pero el hermano Drost insistió en que debían hablar en español para que
la multitud congregada pudiera entender lo que estaba ocurriendo.
En el norte, la presión contra la
iglesia de La Morena se incrementó, lo mismo que la violencia general en el
área. Los hermanos comenzaron a tener sueños en los que se les decía que
huyeran de las montañas. El 2 de Octubre de 1955, un creyente fue asesinado por
los chusmeros quienes lo confundieron con el pastor. La casa del pastor, Saúl
Ramírez, estaba como a cuatrocientos metros debajo de la iglesia, y después de
los cultos cada noche, él montaba en su caballo y bajaba por la trocha. Esa
noche, él se demoró un momento después del culto y prestó su caballo a un joven
de la iglesia, Nelson Galvis. Siendo confundido con el pastor, había sido
emboscado en la ruta por la que bajaba la trocha, y fue decapitado en el estilo
que caracterizaba a los asesinos. Su atribulada madre lo encontró. Su padre
pudo balbucear,
“Gracias a Dios que no mataron al pastor”
La congregación sintió que serían
masacrados si continuaban en La Morena. El hermano Saúl reunió a los hermanos,
repartió los fondos de la iglesia entre ellos, y les dijo que huyeran, tanto a
peones como a propietarios. Los miembros más pudientes pudieron establecerse en
Cali o Tuluá, pero la única cosa que podían hacer los más pobres era ir a
alguna otra parte a buscar otro terreno. Dejaron la montaña en una caravana de
caballos y personas. El hermano Saúl fue enviado a Medellín como pastor.
5.4.1 LA TRAGEDIA DURANTE UN CULTO:
En El Tesorito, a ocho kilómetros de
Sevilla, el hermano Zapata fue advertido de que sería asesinado si no se iba.
Como las amenazas continuaron, Zapata, la hermana Alicia de Adarbi y su primo
decidieron irse. La madre de la hermana Alicia y otros creyentes se quedaron en
la finca de La Estrella. La noche en que ellos se fueron, los vecinos vieron a
18 hombres armados aproximándose a la casa, montados a caballo. Diciendo
hacerlo en nombre de la ley, mataron a todas las personas que allí se encontraban
excepto a un hombre que pudo escaparse. Los asesinatos fueron brutales, los
cuerpos fueron acribillados con balas. Dos simpatizantes fueron asesinados
junto con cinco creyentes, los hermanos Eva Mejía, Ángel Marulanda, Jesús
Gómez, Leonel Abendano y Herberto Marulanda.
El hermano Drost reportó
inmediatamente la matanza al cónsul británico en Cali, quien a su vez lo
reportó al gobernador. El hermano Drost alquiló un automóvil y fue con el
gobernador a Sevilla para investigar.
"El gobernador Diego Garcés Geraldo, hizo
responsable personalmente al alcalde, y lo obligó a comprar ataúdes para las
víctimas"
Al fin, tres días después de su
muerte, fueron enterrados apresuradamente a las 11:00 de la noche. El sentir de
los creyentes supervivientes era que los asesinatos fueron arreglados por el
hacendado del área para deshacerse de los inquilinos evangélicos. Con las
amenazas y estas muertes, los otros creyentes escaparon para guardar sus vidas.
Pronto comenzaron a llegar avisos de
las áreas recién colonizadas, pidiendo a alguien que fuera a bautizar nuevos
creyentes. El hermano Saúl fue, así como el hermano Drost. Ellos notaron que la
gente que había huido de La Morena y El Tesorito, habían llevado sus Biblias y
continuaban testificando en sus nuevos hogares. Las nuevas obras que brotaron
como consecuencia del éxodo de los hermanos por la violencia, incluyeron
lugares en las montañas selváticas de Antioquia, Boyacá, y la selva y las
llanuras de Caquetá.
El hermano Reinaldo Zapata viajó a
Bogotá para abrir una obra. Entre los primeros en unirse a su congregación
estaba Roberto Junkar, y su esposa Ana. El hermano Roberto llegó a ser
presidente del grupo de jóvenes allí, y luego un obrero, yendo a Villavicencio,
en los Llanos Orientales, a pastorear la obra recién abierta allá.
5.5 LA GRAN FAMILIA OSPINA:
En 1955, un grupo de jóvenes, los
Embajadores Reales, de la iglesia Unión Evangélica Misionera en Tuluá,
efectuaron un culto en el barrio Playas, usando el libro de los Hechos como
texto. Cuando comenzaron a orar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y
hablaron en lenguas hasta la una de la mañana. Todos aquellos que regresaron a
la Unión Evangélica Misionera con la noticia de su maravillosa experiencia,
recibieron la orden de orar separadamente. En lugar de eso, el grupo que
incluía a todos los directivos de la juventud, prefirieron separarse de la
Unión Evangélica Misionera y comenzaron a reunirse en la casa del Señor Ospina.
Los hermanos Ospina habían sido muy
activos en la iglesia Unión Evangélica Misionera de Tuluá. Nacidos en una
próspera finca del municipio de Bolívar (Valle), asistieron a la escuela rural,
completando los dos años de educación primaria que ofrecía. La familia fue
forzada a dejar la granja y emigrar a Tuluá en 1949. En el año de 1951 la
familia entera se convirtió al Señor en la iglesia Unión Evangélica Misionera
de la ciudad.
El grupo separado, pronto hizo
contacto con el hermano Eduardo García en Zarzal, y con el hermano Saúl
Ramírez, quienes dirigieron los servicios hasta que fue nombrado un obrero para
que se encargara de la Iglesia Pentecostal en Tuluá. Entre aquellos que se
separaron en esa época, estaban Fabio Gallego, Noel Ospina, Pedro Nel Ospina y
Manuel Ospina; todos ellos trabajarían en el pastorado más adelante. En Febrero
de 1955 se realizó el primer bautismo en Tuluá. En esa fecha el hermano Drost
bautizó un grupo de 27 creyentes, todos ellos convertidos de la Unión
Evangélica Misionera.
5.6 APARECE DOMINGO ZUÑIGA CORTEZ:
En Enero de 1955, la convención
nacional de la Iglesia Pentecostal Unida se llevó a cabo en Barranquilla.
Domingo Zúñiga era uno de los nuevos creyentes bautizados por ese entonces.
Siendo el más joven de siete hermanos, desde pequeño mostró una gran aptitud para
el estudio, y su madre determinó que él debía continuar sus estudios. Ella se
sacrificó y trabajó fuertemente para que él completara su educación primaria y
secundaria. En 1945 entró a la Universidad de Cartagena a estudiar medicina,
pero fue forzado a dejarla después de dos años de estudio por motivos
económicos. En 1950, se unió a la iglesia Bautista de aquella ciudad.
Aunque al principio estaba
entusiasmado, sintió que algo le faltaba y dejó la iglesia Bautista en 1953. El
próximo año, un grupo de pentecostales que eran trinitarios, fue a la iglesia
aquella y comentó a los miembros sobre la experiencia del bautismo del Espíritu
Santo. El pastor les creyó, y la iglesia entera oró y recibió el Espíritu
Santo. Uno de los miembros se acordó de Zúñiga y fue a buscarlo al lugar donde
trabajaba. Cuando escuchó el nuevo mensaje, Domingo Zúñiga oró, recibiendo la
experiencia, y comenzó a predicar. Alquiló una casa cerca de Arjona, dejando su
empleo y perdiendo el salario que se le debía, con el deseo de divulgar el
mensaje.
A través de la lectura de la Biblia,
recibió la revelación del mensaje de la unicidad y el bautismo en el nombre de
Jesús, y comenzó a hablar con algunos de los bautistas acerca de esta
revelación. Samuel Cantillo, un creyente bautista, había escuchado predicar al
hermano Larsen diez años atrás en un bautismo en la playa de Cartagena, y
recordó que vivía en Barranquilla. En Diciembre de 1954, cuatro ex-bautistas
fueron a Barranquilla para ver al hermano Larsen. Este confirmó lo que había sido
revelado a Domingo Zúñiga.
Después de haber sido bautizado por el
hermano 0Larsen, el hermano Zúñiga predicó independientemente durante otro año
en Fundación (Magdalena). A fines de 1955, el hermano Zúñiga invitó al hermano
Larsen a escucharlo predicar. El hermano Larsen entonces lo invitó a la
convención de la Iglesia Pentecostal en Medellín. Después de asistir a una
serie de estudios bíblicos dictados por los hermanos Larsen, Drost y Sallie
Lemons, fue considerado oficialmente obrero de la Iglesia Pentecostal Unida en
Cartagena, donde permaneció hasta 1957 cuando fue transferido a
Barrancabermeja.
Los hermanos Thompson salieron de
Bucaramanga en 1956 para tomar unas vacaciones, y el hermano Campo Elías les
reemplazó allí, dejando en Cali una iglesia de 350 creyentes. El hermano Jesús
Cardozo se hizo cargo de la obra en Palmira, compuesta de 120 hermanos más las
iglesias rurales en El Castillo y Tablones. El hermano Clavijo fue a Florida
(Valle) como pastor. El año anterior, la hermana Sallie Lemons se había casado
con Lewis Morley, y después de una breve estadía en Venezuela, regresaron a
Pereira. El hermano Lewis había sido episcopal, y nacido en Inglaterra. Nunca
había tenido una educación religiosa formal, pero asistía fielmente a la
iglesia. Ahorrando dinero de su trabajo de contador, había podido emigrar a
Canadá y naturalizarse como ciudadano canadiense. Sus actividades en la iglesia
motivaron que fuera nombrado pastor asistente y más tarde llamado como
ministro.
Cuando los hermanos Thompson regresaron
de sus vacaciones en 1957, se habían abierto muchas obras, incluyendo Santander
(Cauca), Puerto Tejada (Cauca), Ibagué (Tolima), Porvenir (Antioquia) y
Girardot (Cundinamarca). Ellos fueron a Bogotá, mientras el hermano Zapata fue
a abrir una obra en Cartago (Valle). La hermana Mollie sintió por esta época
que la juventud necesitaba una organización nacional, y formó los
Conquistadores Pentecostales. Jesús Cardozo fue nombrado como el primer
presidente.
Puerto Saldaña y Rio Blanco en Tolima;
Filadelfia, Jamundí, Lomitas y Dagua en Valle; Rioverde en Antioquia; La Palma
y Aracataca en Cesar, todos estos fueron lugares donde el mensaje pentecostal
arraigó. En este tiempo, 1958, Asmed Arias llevó el mensaje a Costa Rica
(Valle). Costa Rica era un centro de asesinos, los que echaban a muchos de los
nuevos creyentes de sus pequeñas fincas en las montañas. Tanto guerrillas
liberales como conservadoras se encontraban allí, y cada grupo ofrecía un pase
de salvoconducto a sus simpatizantes. De cualquier modo, la posesión de tal
pase era claramente una burla para el otro bando, y los pentecostales
comenzaron a rehusarse llevarlo porque significaba mezclarse en política.
Uno de los primeros convertidos en
Costa Rica, era un miembro de una pandilla de malhechores, quien se transformó
en un miembro respetable de la iglesia. Pero sus ex-asociados pensaban que
sabía demasiado, y todos sabían que él estaba en gran peligro. De todas formas,
él deseaba quedarse para tratar de evangelizar a sus antiguos compañeros. Una
noche, su casa fue rodeada por la banda. Su esposa y su niño pudieron escapar
rodando bajo los arbustos de café, pero él fue torturado, cortado con machetes,
y se le dejó morir con su Biblia abierta en su sangrante pecho. Los creyentes
ampararon a otros ex-guerrilleros, tanto de sus viejos compañeros como de las
autoridades.
El sacerdote de Costa Rica también
hizo lo posible por impedir a los pentecostales proseguir el trabajo iniciado.
Se ordenó que no se comprara nada a los creyentes ni se les vendiera o alquilara
a ellos terrenos para construir una iglesia. Finalmente, el grupo de creyentes
tuvo la oportunidad de arreglar un negocio secreto para comprar un lote.
Primero construyeron una pared para encerrarlo e impedir la vista, y entonces
comenzaron a trabajar en la construcción de la edificación. Como quiera, la
construyeron sin bases o soportes suficientes, y se vino abajo hacia la calle,
derribando un poste de la energía, el que continuó cayendo cuesta abajo,
arrastrando todos los postes tras sí, hasta llegar al transformador, con el que
golpeó, dejando a la ciudad de Costa Rica en total oscuridad. Como resultado de
esto, el obrero fue arrojado a la cárcel, y las iglesias del Valle del Cauca
debieron reunir el dinero para pagar el daño causado. Este suceso paralizó
temporalmente las actividades de construcción de la iglesia en Costa Rica.
Por fin la iglesia arregló comprar un
lote de un policía de Costa Rica. El día antes de que los papeles fueran
aprobados en Ginebra, la cabecera municipal, el policía fue enviado sólo a las
montañas a luchar con los bandidos. El policía notó que sus superiores estaban
tratando de evitar que firmara para la venta de su propiedad. De todos modos,
el trato se llevó a cabo y la iglesia fue construida.
5.7 SE VA EL HERMANO DROST A URUGUAY Y LA IGLESIA SIGUE CRECIENDO Y SIGUEN LAS PERSECUCIONES:
Los hermanos Drost salieron de
Colombia en 1959 para ir a Uruguay, dejando 25 iglesias establecidas en el
departamento del Valle. Los hermanos Morley vinieron de Pereira para ayudar en
la región y supervisar con el hermano Jesús Cardozo la construcción del
“Tabernáculo” en Palmira. El hermano Manuel Ospina fue a la iglesia de Pereira.
La cadena de iglesias pentecostales continuó creciendo; fueron bautizados
creyentes en Neiva (Huila); Currulao y Turbo (Antioquia); Eurera y Rioblanco
(Tolima); lo mismo que en las áreas establecidas anteriormente. Los nuevos
lugares de predicación incluyeron a Colonia (Magdalena); El Copey (Cesar);
Puerto Rico (Caquetá) y Pitalito (Huila). El hermano Eduardo García fue
transferido a Medellín, donde había un grupo de 60 creyentes. Al principio tuvo
problemas con los poderosos sacerdotes de la ciudad.
El grupo de Palmira continuó
evangelizando toda el área. En 1960 fueron a la ciudad de El Cerrito, en el
Valle. Todos aquellos que primero entraron a la ciudad para predicar fueron
perseguidos y amenazados con la muerte. En un esfuerzo por salvar a sus
feligreses del error, el sacerdote en un momento dado entró a los cultos
pentecostales para sacar a la gente.
Con la nueva década, nuevas iglesias
pentecostales comenzaron a surgir, incluso a una mayor velocidad, en todas
partes del país, incluyendo el oriente con Barbosa (Santander), Cúcuta (Norte
de Santander), Valledupar (Cesar), Codazzi (Cesar), Tibú (Norte de Santander);
la selva y las llanuras orientales con Puerto Limón, San Juan de Arama, El
Amparo, Upia y Granada (Meta), Panjil y Florencia (Caquetá), Río Putumayo y
Puerto Asís (Putumayo), Istmina (Chocó) en Huila y Tolima con Cerrea, Atacá,
Gigante, Saldaña, Rioblanco, Algeciras, Líbano, Gallego, La Plata, Resinas,
Guadalupe; en el norte, Polmar (Atlántico), Montería y Cereté (Córdoba). En
Cauca y el Valle se abrieron nuevas obras en Obando, Dagua, Quebradanueva,
Alcalá y Pradera.
"A pesar de la disminución general de la violencia debido al
pacto entre los partidos tradicionales y la formación del Gobierno del Frente
Nacional, los pentecostales aún sufrieron persecución"
En 1962 en el área rural de El Cerrito
(Valle), Emilio y Rosa de Oquendo, miembros de la Iglesia Pentecostal, fueron
asesinados en su finca, les cortaron la cabeza y violaron a su única hija. El
sacerdote de esta ciudad no permitió que fueran enterrados en el cementerio. La
policía llevó los cuerpos a Buga, donde el sacerdote de ese lugar también
rehusó dejar que los enterraran. Finalmente, tres días después de haber sido
asesinados, los cuerpos fueron entregados en medio de la noche a la iglesia en
Palmira y enterrados entonces al cuarto día.
Los hermanos de Alcalá comenzaron a
llevar el mensaje a las ciudades vecinas. Los funcionarios de Quimbaya, en el
límite departamental, estaban decididos a no dejarlos entrar. Mientras los
hermanos predicaban en el parque de dicha ciudad, un policía se aproximó,
preguntando quién les había autorizado predicar. El predicador le mostró la
Biblia. El policía le dijo que no lo podía hacer, a lo que el hermano Leopoldo
Rodríguez replicó, “Yo tengo que hacerlo”. El agente le aseguró que sería
llevado a la cárcel si lo volvía a hacer.
El domingo próximo un grupo de 18
hermanos llegó para realizar unos cultos allí. El policía y el alcalde los
llevaron a la cárcel, encabezando una procesión de pentecostales cantando.
Ellos oraron y cantaron la noche entera que estuvieron encerrados. Cuando
fueron puestos en libertad al otro día, el alcalde les preguntó si no sería
mejor alquilar una casa. El pastor vio eso como una invitación, y contestó,
“Sí, creo que voy a hacerlo”. El grupo en Quimbaya comenzó a crecer.
Los indios Meme, ocupaban las montañas
estériles del lado occidental del Valle del Cauca, empujados hacia allá
mientras los colonos blancos ocupaban sus tierras. Algunos de los miembros de
la tribu iban a Zarzal a buscar provisiones. En 1961, uno de ellos que hablaba
español, se enfermó. Un creyente habló con él en la calle, invitándole a un
servicio. Fue, el Señor lo sanó y se convirtió. Regresó a su tribu, y volvió
rápidamente con un grupo para que los bautizaran. Se inició una nueva obra
entre los Memes y ellos buscaron un obrero para que fuera a dirigir el grupo.
De cualquier forma, los bandoleros que controlaban el área no permitían que
nadie la atravesara, solamente los indios. Un obrero secular de baja estatura y
tez oscura, Martín, se disfrazaba como indio e iba a dirigir las reuniones. No
obstante que fue desafiado por los guardias, él hacía la travesía y realizaba
los cultos para ellos, ayudando a establecer la Iglesia Pentecostal allá.
"El 29
de Marzo de 1969, apareció un artículo en el diario El País, de Cali, hablando
de la extensión del pentecostalismo entre los Memes (diciendo que el 80 por
ciento de la tribu era pentecostal) y de cómo la tribu, después de su
conversión, había llegado a ser de una gran moralidad"
En Buga, por 1960, un joven bandolero
de la guerrilla liberal, Manuel Castaño, decidió seguir a Cristo. Después de
hacer un pacto con sus amigos para atacar una casa con el fin de robarla, fue a
la casa de su mamá para comer, sintiéndose muy raro. Él había asistido a los
cultos pentecostales en Sevilla, Santander y San Antonio (Jamundí), pero no
había aceptado el mensaje. Esa noche algo en él lo hizo arrodillarse junto a su
cama para orar, y le pidió al Salvador del mundo que le mostrara el camino de
la verdad. Tuvo que llorar, viendo su vida perdida. Duró arrodillado allí tres
horas, orando y clamando, y suplicando al Señor que le mostrara cómo salir de
esa vida perversa que llevaba. Al final se durmió, y por medio de su sueño el
Señor le mostró que debía predicar el evangelio y tener paz en su corazón. En
su sueño vio que se celebraban bautismos, y un hermano recibía el Espíritu
Santo. Entonces la escena se trasladó a una iglesia, y la hermana Sallie Morley
estaba dirigiendo al grupo, primero cantando himnos y luego coros. Cuando los
cantos acabaron, escuchó a la hermana Sallie decir su nombre, llamándole para
que predicara. Cuando llegó a la plataforma, pidió a la congregación que se
pusiera de pie, lo cual hicieron los creyentes, y comenzó a orar diciéndole a
Dios que llenara con el fuego del Espíritu Santo sus almas. Algunos hablaron en
lenguas, otros lloraron, y la iglesia entera fue llena de un gran gozo. En ese
momento, despertó de su sueño, y cayó sobre sus rodillas agradeciéndole a Dios
por el perdón de sus pecados. Fue entonces cuando estuvo seguro que ese era el
camino correcto para él. Quince días más tarde fue bautizado en Buga, e
inmediatamente comenzó a ayudar en la obra.
Corría mucho peligro, por cuanto era
buscado por la ley y por los antiguos amigos forajidos. Un día en que iba por
el campo después de una visita, fue detenido y registrado por un escuadrón de
60 soldados aproximadamente. No encontrándole armas solamente su Biblia, le
preguntaron si era un creyente, de dónde venía y para dónde iba. Cuando las
respuestas les fueron satisfactorias, fueron asignados cinco soldados para
escoltarlo a su casa. Esa misma noche fueron capturados tres de sus antiguos
compañeros por el mismo escuadrón.
El hermano Manuel Castaño continuó en
la iglesia, como obrero y pastor en Cauca, Nariño y Valle. Frecuentemente
encontraba oposición. En el pueblo de Chalgualyaco (Nariño), tuvo la
oportunidad de realizar dos cultos con una asistencia de cien personas en cada
uno de ellos. Cuando regresó un mes más tarde, encontró que el sacerdote había
llevado una campaña en contra de los protestantes, visitando de casa en casa.
Le dijo a la gente que eran herejes, protestantes, estaban excomulgados y
condenados eternamente. El día en que el hermano Manuel Castaño y otros creyentes
llegaron, la gente se había organizado para matarlos. Cuando fueron a la casa
donde tenían planeado realizar la reunión, el sacerdote, el inspector de la
policía, los demás policías y todo el populacho, estaban ahí esperándolos. Un
joven se les apareció para avisarles que el plan era rodearlos, llevarlos al
río y arrojarlos a éste. El joven, bastante atemorizado, huyó entonces.
El cura salió, y les exigió que
salieran, puesto que el pueblo era una parte de su parroquia, y él no permitía
protestantes. Pateó en el suelo y les gritó e insultó, diciéndoles que todo el
pueblo, como 500 personas, estaba en contra de ellos. Todos los habitantes
venían armados de diferentes clases de armas. Fue solamente mediante la
intervención del Señor que ellos pudieron escapar vivos.
No obstante que el clima general de
violencia había mejorado, los pentecostales aún eran amenazados. En ciertos
lugares del Cauca fueron encarcelados, como en Clavijo, Rioblanco, La Sierra y
Altamira. En Bogotá, El hermano William Thompson fue lesionado durante un
ataque en uno de los cultos, y por poco pierde un ojo.
El crecimiento de la obra en Colombia
continuó a medida que los creyentes colombianos voluntaria y gustosamente
resistían todos los obstáculos para extender el mensaje que consideraban vital.
Los colombianos comenzaron a asumir en mayor grado las posiciones
administrativas en la cima de la organización colombiana, cuando el hermano
Manuel Ospina reemplazó a la hermana Sallie Morley como Secretario Nacional.
Reinaldo Celis, que vivía en Corinto,
comenzó a visitar a sus vecinos puerta a puerta en el municipio de Miranda,
teniendo reuniones en la casa de una familia muy pobre. La sala donde
realizaban los servicios también era usada como dormitorio y cocina. Mucha
gente de Miranda rehusaba entrar en un hogar tan humilde. Debido a ello y al
incremento del grupo, fue alquilado un local para 30 personas. Extendiendo la
evangelización a las afueras, el hermano Reinaldo y su esposa caminaban un día
entero para ir a las montañas a hablar con los indígenas y otros pobladores de
esa zona. Estas personas, algunas sanadas de enfermedades, hacían entonces el
largo viaje a Miranda para estar en los cultos. El salón que estaban arrendando
resultó insuficiente por la multitud. El tamaño de la congregación creció a tal
punto que tuvieron la posibilidad de comprar una casa para realizar las
reuniones, y el hermano Reinaldo fue nombrado como obrero de ese lugar.
En 1964, la obra creció rápidamente en
los departamentos de Caldas, Valle del Cauca, Cauca, Tolima y Huila. Golpeadas
fuertemente por la violencia, estas zonas también respondieron con fervor al
mensaje pentecostal. Los creyentes testificaban en cualquier oportunidad.
En Armenia, una monja joven golpeó en
la puerta de una familia pentecostal en el curso de un programa de visitación
religiosa, que consistía en hacer preguntas acerca de la virgen y animar la
asistencia a la misa. En lugar de eso ellos trataron de evangelizarla, dándole
un tratado que registraba sus creencias.
La monja María Olivia Bueno, había
entrado al convento a la edad de 15 años porque sintió un llamado espiritual.
Ahora, seis años más tarde, sentía un tedio espiritual. Aún cuando no le
satisfacía permanecer en el convento, tampoco quería re-entrar al mundo. La
vida en el convento no era la comunidad espiritual a la que había aspirado, y
ella constantemente buscaba una experiencia real con Dios.
Un día, después de su encuentro con
los hermanos, sintió que Dios estaba obrando en su interior, mientras lavaba un
largo pasillo del convento. Una visión de mucha gente llenó el corredor. Todos
ellos decían “Gloria a Dios”. Esto la encauzó a reanudar la lectura de la
Biblia, y el estudio del tratado que le había dado la familia pentecostal.
Texto por texto, sintió que Dios le revelaba la doctrina pentecostal a ella.
La próxima vez que fue a visitar con
las otras monjas, se las ingenió para desprenderse de sus compañeras. Regresó
al hogar pentecostal, y les dijo que había decidido unirse a ellos. Esa noche
en vez de la misa, asistió a un culto en el que predicó el hermano Domingo
Zúñiga, y ella pasó al altar, siendo bautizada posteriormente. Cuando salió de
allí, dijo a sus nuevos hermanos en la fe que deseaba escapar del convento.
Al otro día, un grupo de creyentes
incluyendo un joven que era muy parecido a María, se reunieron para visitarla
en el convento. La madre superiora, pensando que eran familiares de María, les
permitió entrar. Convinieron en que a las 3:00 de la madrugada un jeep iría por
ella, dando vueltas por el bloque en que ella se encontraba. Esa noche, tan
pronto como todos se acostaron, María bajó y abrió la puerta, quitándole el
seguro a la cerradura, entonces regresó a su celda y le escribió una carta a la
madre superiora explicándole lo que estaba haciendo. A la hora señalada, se
reunió con los hermanos del jeep.
Fue llevada al hogar del hermano
Domingo Zúñiga y su esposa. Ellos oraron por ella, y recibió el Espíritu Santo.
Le dieron vestidos y no salía de la casa, pero era claro que las autoridades la
estaban buscando. Por eso fue enviada a Palmira para que estuviera con la
hermana Sallie Morley, y de allí fue a trabajar a la obra en Ecuador.
Cuando regresó de aquel país, aún
usaba gafas oscuras y una bufanda para evitar ser reconocida. De cualquier
forma, ella no podía quedarse quieta acerca de su experiencia. En una ocasión,
le dio un tratado a un sacerdote, diciéndole que dejara la vida religiosa
porque era falsa. Subrayó sus palabras contándole su experiencia propia.
La confrontación final llegó, cuando
hubo una conferencia de dorcas en Armenia. Una mañana no fue al servicio.
Sintiéndose constreñida a confrontar a la madre superiora y las demás monjas
con la verdad que había encontrado, había ido al convento. La madre superiora
la llevó al obispo, y María les testificó a ambos. El obispo le dijo que si
regresaba a la iglesia era bienvenida, pero que no podía ser monja de nuevo por
los problemas que había causado.
Poco tiempo después, se casó con un
joven obrero de la iglesia. Juntos se hicieron cargo de la obra en Manizales y
La Virginia en Risaralda. Más tarde fueron al Valle del Cauca, al pueblo
montañoso de Costa Rica.
Los sucesos internacionales también
afectaron a la Iglesia Pentecostal Unida, tanto por medio del nuevo
Papa quien dio énfasis a la cooperación internacional, como por los eventos en
Norteamérica.
6. LA GRAN SEPARACIÓN DESPUÉS DE LA FUSIÓN AFECTO A COLOMBIA Y ECUADOR:
El hermano Wynn Stairs, del brazo canadiense de la Iglesia Pentecostal Unida, encabezó un movimiento de separación de las iglesias de Canadá, del cuerpo principal en Norteamérica. Se formó una Junta de Misiones separada. Los hermanos Larsen en Colombia, y los hermanos Drost ahora en Uruguay, quedaron con la rama canadiense de la iglesia como sus misioneros, dependiendo económicamente de ella en vez de los Estados Unidos. Los hermanos Thompon y los Morley, permanecieron con la rama estadounidense de la iglesia. La iglesia de los Estados Unidos tomó a Colombia como un campo misionero. Los canadienses comenzaron a animar a los creyentes colombianos a separarse de los Estados Unidos, haciéndose independientes, y uniéndose en sociedad con los canadienses.
6. LA GRAN SEPARACIÓN DESPUÉS DE LA FUSIÓN AFECTO A COLOMBIA Y ECUADOR:
El hermano Wynn Stairs, del brazo canadiense de la Iglesia Pentecostal Unida, encabezó un movimiento de separación de las iglesias de Canadá, del cuerpo principal en Norteamérica. Se formó una Junta de Misiones separada. Los hermanos Larsen en Colombia, y los hermanos Drost ahora en Uruguay, quedaron con la rama canadiense de la iglesia como sus misioneros, dependiendo económicamente de ella en vez de los Estados Unidos. Los hermanos Thompon y los Morley, permanecieron con la rama estadounidense de la iglesia. La iglesia de los Estados Unidos tomó a Colombia como un campo misionero. Los canadienses comenzaron a animar a los creyentes colombianos a separarse de los Estados Unidos, haciéndose independientes, y uniéndose en sociedad con los canadienses.
Los pastores colombianos habían
llegado a estar descontentos con su posición secundaria, y varios de los
líderes se reunieron en 1965 para redactar un manifiesto concerniente a algunas
quejas acerca de acciones de los misioneros dirigidos por la Junta de Misiones
de los Estados Unidos, subrayando su deseo de nacionalizar la obra.
Al año siguiente, se consiguió un acuerdo para la nacionalización entre la Iglesia Pentecostal Unida de los Estados Unidos y Colombia fomandose asi la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia.
Debido a que el hermano
Larsen estaba con la misión canadiense, el hermano Domingo Zúñiga tomó su lugar
como Superintendente, nombrado por la Junta de Misiones de los Estados Unidos
Más colombianos se fueron uniendo a la
iglesia, se abrieron nuevas obras, y la jerarquía directiva se fue expandiendo
para incluir a más creyentes colombianos. Las licencias locales, que implican
que el obrero ha venido a través de un periodo de aprendizaje y trabajo pero
que no está calificado para bautizar, se incrementaron marcadamente. Se
ubicaron nuevas obras en los departamentos en que ya había otras establecidas
originalmente, como en Valle del Cauca, Cauca, Huila, Tolima, Santander, Norte
de Santander, Caldas, Antioquia, Cundinamarca, pero también fueron alcanzados
territorios nuevos en Boyacá, Caquetá, Bolívar, Atlántico, Chocó y Magdalena.
Los colombianos desearon extender su ministerio a otros países, por lo cual
enviaron misioneros a Ecuador, después de la evangelización realizada en aquel
país por María Olivia Bueno, la monja convertida en la ciudad de Armenia.
Colombianos pentecostales, sostenidos por la Iglesia Pentecostal Unida de
Colombia, fueron a Guayaquil (Ecuador), Lima (Perú) y La Paz (Bolivia).
La pauta del crecimiento de la iglesia
era sencilla. Al principio se podían celebrar reuniones en las casas de los
creyentes o simpatizantes. Entonces, cuando el grupo lo justificaba, se
alquilaba un salón, luego una casa. A medida que el grupo continuaba creciendo,
podían comprar una casa, la que se reacondicionaba para que sirviera como
iglesia. Finalmente, si el grupo era capaz de hacerlo, compraban un terreno y
edificaban el templo. En 1963 se construyó la iglesia en Bogotá, y en 1966 se
edificaron grandes templos en Cali y Bucaramanga.
En la convención nacional de la
iglesia realizada en Cali, en Junio de 1967, la iglesia colombiana votó por su
nacionalización, y el hermano Domingo Zúñiga fue electo presidente, haciéndose
cargo de la administración de la iglesia de tiempo completo. La organización
que presidía estaba compuesta de aproximadamente 200 iglesias, con el deber de
hacer contribuciones regulares a la organización nacional.
La nacionalización permitió a la
iglesia trabajar más estrechamente con los canadienses. Sobrevino un conflicto
entre los intereses canadienses y americanos en Colombia, los primeros
representados por los hermanos Larsen y los otros por los hermanos Thompson y
Morley.
Laverne, la hija de los Larsen se casó con un creyente colombiano, Álvaro Tórres Forero, y junto con los hermanos Drost y otra pareja colombiana, Noel Ospina y Ana Mora, fueron los primeros misioneros latinoamericanos en ir a España, sostenidos conjuntamente por la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia y la de Canadá.
Laverne, la hija de los Larsen se casó con un creyente colombiano, Álvaro Tórres Forero, y junto con los hermanos Drost y otra pareja colombiana, Noel Ospina y Ana Mora, fueron los primeros misioneros latinoamericanos en ir a España, sostenidos conjuntamente por la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia y la de Canadá.
La nueva constitución de la iglesia
que vino con la nacionalización, relegó a los misioneros que estaban en
Colombia a un papel de consejeros e impedía explícitamente la venida de nuevos
misioneros extranjeros al país. Ahora los misioneros debían reportar sus
actividades a la Junta Nacional, la que debía entonces decidir si ellos podían
seguir adelante con sus proyectos o no.
Uno de los primeros proyectos de la
iglesia nacionalizada, fue el de adquirir una estación de radio, La Voz de
Paraíso en El Cerrito, comprada en Septiembre de 1967. Desde allí, los
programas eran transmitidos a las zonas circunvecinas.
6.1 HAY AUN MAS CRECIMIENTO PERO LA PERSECUICION CONTINUA:
A pesar del aumento en membrecía y
posición, la persecución contra los pentecostales aún era evidente. En 1967, el
hermano Domingo Zúñiga acompañó a un grupo de creyentes a El Toro (Valle del
Cauca). Se realizó una demostración en contra de ellos para evitar que
realizaran sus cultos. La gente les lanzó piedras y tomates, y las autoridades
tuvieron que intervenir para guardarlos de ser linchados.
A principios de 1969, hubo ataques
contra los cultos en Moniquirá (Boyacá) y se disparó a quienes salían de la iglesia.
En uno de los ataques, el 2 de Febrero, un niño de cinco años fue asesinado. A
fin de evitar y parar la persecución, los creyentes de ese lugar oraron y
ayunaron. En Agosto se bautizaron siete nuevos creyentes.
En Abril de 1969, el pastor de Corinto,
Octavio Valencia, y algunos hermanos realizaron una serie de cultos al aire
libre en el parque situado enfrente de la iglesia católica en Candelaria (Valle
del Cauca). Todo marchó bien hasta el último culto. Entonces, ante el acoso del
sacerdote, fueron llevados a la cárcel, si bien tenían permiso del alcalde. De
todas maneras, su encarcelación fue breve, ya que el comandante de allí dijo
que era ilegal encerrarlos por motivos religiosos.
En Abril de 1969, el hermano Saúl
Ramírez, pastor de la iglesia Central en Cali, estuvo ayunando y orando para
que el Señor lo sanara de cáncer, el cual lo había dejado bastante debilitado.
Sufriendo una caída, comenzó a sangrar, y no pudo detenerse. Toda la iglesia en
el país lamentó su muerte, y varios miles de creyentes vinieron en poco tiempo
a su funeral.
La asamblea de pastores de Junio de
1969, fue llevada a cabo en Bogotá, y los problemas entre los misioneros
respaldados por Estados Unidos y la iglesia colombiana llegaron al clímax.
Los colombianos ofrecieron un compromiso que podría cambiar la constitución para permitir a los misioneros, actuando aún como consejeros, abrir nuevas obras por sí mismos. Los misioneros no aceptaron esto, y su renuncia fue aceptada.
Los lugares más afectados por la división fueron Bogotá y Meta, donde el liderazgo nacional no era tan fuerte como en otras partes de Colombia. En estos departamentos algunas iglesias se dividieron, y muchos creyentes quedaron indecisos por su lealtad a ambos grupos.
En la convención de jóvenes celebrada en Bogotá en Agosto de
1969, muchos pastores y obreros que se habían ido con los misioneros, se
arrepintieron públicamente y reingresaron al grupo colombiano. De cualquier
forma, la iglesia dirigida por los misioneros también creció rápidamente.
Las iglesias totalizaban cerca de 280
en Enero de 1969, y 30 obras fueron fundadas entre Enero y Junio de 1969. Sin
embargo, uno de los lugares en los que no había iglesia era en La Morena. En
1967, algunos creyentes trataron de realizar nuevamente servicios allí. Una
joven pareja fue asesinada a machetazos cuando iba a un culto. Cuando otros
trataron de ir a Galicia, fueron sacados a punta de pistola. El sacerdote de
esa ciudad quiso negociar con la Iglesia Pentecostal la compra de la propiedad
de la iglesia para usarla como un colegio, con la condición de que los
pentecostales salieran del área completamente. La propiedad fue vendida
finalmente a algún otro.
En otras partes del país, ha habido
una gran disminución de la presión en contra de los pentecostales. Desde 1966
se les ha permitido realizar cultos al aire libre y tener emisiones radiales en
Bucaramanga y otras ciudades.
7. ACLARAMOS:
- [1] La versión original en inglés del libro Pentecostalismo en Colombia, dice que el misionero Aksel Verner Larsen llegó a Colombia en el año de 1936, pero en realidad llegó al país el 12 de mayo de 1937. Asímismo, la versión original del libro, dice que el misionero Larsen fue enviado por las Asambleas Pentecostales de Jesucristo, pero en realidad fue enviado por La Fraternidad de Iglesias del Evangelio Completo (del Distrito Marítimo del Canadá), que en 1939 se organizaron formalmente como La Iglesia Pentecostal del Evangelio Completo
- [2] La versión original en ingles del libro Pentecostalismo en Colombia, dice que Fayetta Barnard era hija de dos misioneros trinitarios en Colombia. No obstante, Fayetta Barnard no llegó a Colombia en compañía de sus padres, sino de la misionera Pearl Cooper, quien luego se dedicó a trabajar en la Costa Atlántica.
- [3] La versión original en inglés del libro Pentecostalismo en Colombia, no explica que La Iglesia Pentecostal del Evangelio Completo, se adhirió en 1946 a La Iglesia Pentecostal Unida. Este asunto es fundamental, para un mejor entendimiento del proceso de nacionalización de La Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, que se narra en los párrafos finales de este capítulo.