Una Charla con JESUCRISTO, el Verdadero y Único Dios
Por: Joe Sanmartin
Edición: Planeta Apostólico Pentecostal
Fuente: Desconocida
©Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)
Charlando con Jesús si es Dios Imagen de Gerd Altmann en Pixabay |
-Fulano: Jesús: yo entiendo que hay un solo Dios, porque así lo puedo ver en la
Biblia, por ejemplo, en Deuteronomio 6.4: “…Jehová nuestro Dios, Jehová uno
es”.
Pero los apóstoles y demás escritores del Nuevo Testamento te llamaron a ti
“Dios”. Pablo dijo de ti: “aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2.13).
Si solo hay un Dios, ¿quién eres tú? Todavía estoy confuso en esa parte. Tú enseñaste
que Jehová es Dios y fuera de Él no hay quien salve. ¿Cómo es esto? Además, tú
le dijiste al escritor de Apocalipsis, el apóstol Juan: “Yo soy el Alfa y la
Omega, principio y fin… el que es y que era y que ha de venir,
el Todopoderoso.” (Apocalipsis 1.8) y en el verso 11 dijiste que eres “el
primero y el último”. Sin embargo, Jehová ya lo había dicho: “Yo el primero, y
yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.” (Isaías 44.6).
El Apóstol Juan también dijo: “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y
nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el
verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.”
(1ª Juan 5.20). Y el profeta Jeremías dijo: “Mas Jehová Dios es la verdad.”
Pero, ¡un momento Jesús! En una ocasión tú dijiste: “Yo soy… la verdad” (Juan
14.6). ¡Gloria a Dios! Me parece que estoy entendiendo este gran misterio. Dime
Jesús, ¿Eres tú el buen camino? ¿Eres el verdadero Dios? ¿Eres el que salva y
da vida?
-Jesucristo: Claro que sí. Escucha lo que Juan dijo de mí: “En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios... y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros... A Dios nadie le vio
jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”
(Juan 1.1, 14, 18).
-Fulano: Oh, Jesús ¡Tú eres el Verbo que es Dios! ¡Tú tomaste un cuerpo de carne
para habitar entre nosotros!
-Jesucristo: Has hablado bien; Yo soy Dios manifestado en carne.
¿Recuerdas lo que dijo Isaías de mí? “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es
dado: y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz.” (9.6). Yo soy Jehová,
el Dios fuerte del que has leído en el Antiguo Testamento. “No hay Dios sino
yo. No conozco ninguno” (Isaías 44.8).
-Fulano: Pero, dime Maestro; sí tú eres el Dios fuerte y el Padre eterno, ¿por qué te
dicen Hijo de Dios e Hijo del Hombre?
-Jesucristo: Muy buena pregunta, hijo. La respuesta es que en mí
están mezclados en una forma perfecta y maravillosa los atributos divinos y la
naturaleza humana. Por parte de María, en cuyo vientre tomé forma de hombre,
soy humano; y por parte del Espíritu Santo (Mateo 1.20), que fue el que me
engendró, soy Divino; por eso me llaman Hijo del hombre e Hijo de Dios.
-Fulano: Ahora comprendo la profecía de Isaías 7.14, y también lo que dijo el ángel de
Mateo 1.23: “Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con
nosotros”. ¡Tú eres Dios con nosotros! Dime Jesús, ¿no es cierto esto?
-Jesucristo: Sí, pero permíteme aclararte esto más ampliamente:
lo que se llama Hijo es el velo de carne. El ángel le dijo a María: “El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de
Dios.” (Lucas 1.35). A este Verbo que es Dios, aquí se le llama Santo. Soy
llamado Hijo de Dios porque fui manifestado en carne, es decir, tomé un velo de
carne y este velo de carne que nació es llamado Hijo de Dios.
-Fulano: Entonces, no puede ser correcto que te llamen “El Hijo Eterno”.
-Jesucristo: Así es. Como Hijo no soy eterno, porque mi cuerpo
tuvo un principio el día que fue concebido en María. Por eso el Apóstol Pablo
dijo de mí: “Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gálatas 4.4). ¿Ves? El
Verbo hecho carne en la mujer es llamado Hijo. También el Apóstol Pablo
escribió de mí diciendo: “...de los cuales es Cristo según la carne...” Pero
luego agrega: “...el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los
siglos. Amén” (Romanos 9.5). ¿Entiendes ahora por qué me llaman Hijo?
-Fulano: Sí, mi Señor Jesús... se me ha aclarado el gran misterio. “Indiscutiblemente,
grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado
en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el
mundo, recibido arriba en gloria.” (1ª Timoteo 3.16). Tú eres el Dios
manifestado en carne. Amén, Señor. Ésa tiene que ser la revelación:
¡Tú, Señor Jesucristo de Nazaret,; eres el
único y verdadero Dios!
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