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2/28/2020

Los "12 Artículos de Fe" Pentecostales y Apostólicos del Planeta Tierra un Resumen de las "Doctrinas Fundamentales" de la Iglesia de Cristo / Doctrina

Los 12 "Artículos de Fe"
Pentecostales y Apostólicos

Por: Joe Sanmartin
Edición: Planeta Apostólico Pentecostal
Fuente: Manual Interno de la UPCI, IPUC, IEANJ, IPNJ, IRP, IAFCJ, AAFCJ, ENTRE OTRAS... Libro de Doctrinas Esenciales de la Biblia por el Rev. David Bernard, y OTROS...
©Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)


12 "Aticulos de Fe" Apostólicos y Pentecostal en el Planeta Tierra
Imagen de Iris Hamelmann en Pixabay 
A. Introducción: 

Esta entrada está dedicada a todas las organizaciones a nivel mundial, denominaciones locales que trabajan de manera independiente, a todas las fraternidades apostólicas mundiales, alianzas apostólicas a nivel mundial, a todas  las iglesias locales afiliadas algún ministerio, a las iglesias locales que trabajan solas,  a todos los creyentes que se congregan en alguna parte del mundo en una iglesia (donde solo se hallan 2 o 3), a todo el pueblo de su nombre que ha nacido de nuevo siendo bautizado "en el nombre del SEÑOR JESUCRISTO DE NAZARET" (Hechos 2:38) ¡en el planeta entero!, donde se abraza la verdadera creencia de un solo Dios (monoteísmo) descuerdo a lo expresado:

Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Deuteronomio 6:4 (RVR 1960)

Y que guardan por decirlo así, el credo apostólico más antiguo:

"Un Señor, Una Fe, Un Bautismo"
Efesios 4:5 (RVR 1960)

¡Dedicado a todos ustedes mis hermanos en Cristo!, ciudadanos del reino de Dios. Les presento los 12 principios pentecostales y apostólicos de la fe que abrazan la mayoría de cristianos creyentes de la "doctrina de la unicidad" en el mundo entero y son:

B. Desarrollo:
1. LA EXISTENCIA DE DIOS

¿Dios existe?
Imagen de Evgeni
Tcherkasski
 en Pixabay 
El primer versículo de la Biblia le presenta a Dios como el creador del universo. La Biblia no trata de comprobar que Dios existe; si no que presume su existencia como fundamental e indiscutible. La creación misma da testimonio de que hay un Creador inteligente, omnipotente,  eterno  (Romanos 1:20).

Hay un Dios viviente, eterno, infinito en poder, santo en naturaleza, atributos y propósitos; y que posee Divinidad absoluta e indivisible. La Escritura afirma, asume y declara que el conocimiento de Dios es universal. (Romanos 1:19, 20, 28, 32; 2:15). Que Dios es indivisible, inmaterial, sin partes, sin cuerpo y por lo tanto libre de toda limitación. Él es Espíritu (Juan 4:24).

"...el primer mandamiento de todos es: Oye Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es". (Marcos 12:29); (Deuteronomio 6:4): "Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos". (Efesios 4:6).

Solamente puede haber tres explicaciones para la existencia del universo:
  • Siempre ha existido (universo eterno).
  • Llegó a existir por su propio poder (universo auto-creativo).
  • Dios lo creó.
El aceptar cualquiera de estas postulaciones requiere una fe que trasciende la comprobación científica. Es más razonable creer en un Creador inteligente, eterno, y omnipotente que en la eternidad o habilidad auto-creativa de la materia no racional. El orden y el diseño del universo requieren la existencia de un diseñador. La increíble complejidad de aun las más sencillas formas de vida demuestra que la vida no empezó por accidente o por ciega casualidad. La naturaleza moral del hombre revela que él es más que un animal inteligente; él fue creado a la imagen de un Ser racional, espiritual, y moral. Cada niño humano desarrolla una conciencia, y cada sociedad humana tiene un sentido de moralidad (Romanos 2:15).

¿Cómo podría la finita mente humana aun concebir de un Dios infinito, omnipresente, omnipotente, omnisciente, y perfecto si Dios no le impartiera aquel concepto? Cada sociedad en la historia ha expresado una creencia en un Ser Supremo, y estudios antropológicos modernos demuestran que la creencia religiosa más temprana y más fundamental es el monoteísmo, y no el politeísmo.

El testimonio de las Escrituras y la confirmación de la experiencia personal nos aseguran de que Dios a la verdad vive y se comunica con la humanidad y que aceptamos la verdad de Su existencia por fe: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6).

2. LAS SAGRADAS ESCRITURAS

El Shema Judio una
Escritura Sagradas
Ya que Dios existe, también la Palabra de Dios debe existir, pues ¿no se comunicaría el Creador con su creación? Puesto que Dios nos creó como seres racionales, Él nos ama lo suficiente para proveer por nosotros, seguramente El desea comunicarse con nosotros y así cumplir su propósito para la creación. Todos los seres inteligentes buscan comunicarse, y la inteligencia Suprema no es una excepción.

Esperaríamos que Dios registrara su mensaje en forma escrita, el medio histórico más apropiado para la precisión, la preservación, y la propagación. Las siguientes evidencias demuestra de una manera convencedora que la Biblia es la Palabra única de Dios al hombre en forma escrita:
  • ·Sus pretensiones únicas.
  • Su autoridad auto-vindicatoria.
  • El testimonio de los apóstoles y profetas.
  • La integridad de Jesucristo, quien endosó el Antiguo Testamento y comisionó a los escritores del Nuevo Testamento
  •  La naturaleza y calidad de su contenido.
  • Su superioridad moral.
  • Su unidad, a pesar de más de cuarenta escritores abarcando aproximadamente 1,600 años.
  • La falta de una alternativa creíble.
  • Su concordia con la historia, la arqueología, y la ciencia.
  • Su indestructibilidad.
  • Su universalidad.
  • Su influencia sobre la sociedad.
  • El testimonio del Espíritu.
  • Su poder para cambiar vidas.
  • Sus promesas y sus milagros cumplidos.
  • Sus profecías cumplidas.
  • La falta de una explicación alternativa de su origen.
Ciertamente esperaríamos que la Palabra de Dios se identificaría como tal, y cada libro de la Biblia pretende ya sea directa o indirectamente ser la Palabra de Dios. De todos los libros de las grandes religiones del mundo solo un libro fuera de la Biblia se jacta de igual autoridad—el Korán—y su contenido imaginativo y contradictorio no apoya su pretensión. El libro más moral del mundo la Biblia no proclamaría la mentira más grande del mundo porque nadie fuera de Dios podría haber sido el autor de la Biblia pues seres buenos no profesarían falsamente ser divinamente inspirados y seres malos no enseñarían una moralidad tan alta.

La Biblia es inspirada por Dios literalmente “respirada de Dios.” “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).  "Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:21).

La inspiración se extiende a todas partes de la Biblia y a cada palabra. Aunque los escritores humanos escogieron palabras que reflejaban su idioma, cultura, personalidad, circunstancias, y estilo, Dios guió el proceso de manera que cada palabra comunicaría con certeza su mensaje. Como resultado la Biblia es infalible, inerrante, y la única autoridad para doctrina y vida cristiana.

La Biblia es verdad, los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento fueron reconocidos como Escrituras por los hebreos antiguos, y Jesús y los apóstoles citaron o aludieron a casi todas ellas. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento fueron aceptados por los Cristianos desde los tiempos más tempranos, incluso los contemporáneos de los escritores en la mayoría de los casos (2 Pedro 3:15-16) y son reconocidos como Escrituras Sagradas por toda la Cristiandad. A veces pueden surgir errores al copiar, traducir, o imprimir las Escrituras, pero Dios ha mantenido su mano sobre el proceso de transmisión para preservar Su palabra para siempre (Salmo 100:5). La exactitud del texto hebreo del Antiguo Testamento fue protegida por la extremadamente alta calidad del proceso de transmisión escritural y ha recibido verificación dramática por el descubrimiento reciente de los antiguos pergaminos del Mar Muerto. La exactitud del texto griego del Nuevo Testamento es asegurada por el extremadamente grande número de manuscritos—más de 5,000—que cancelan los errores de los copiadores. La versión King James es la Biblia más popular en el inglés (la versión Reina-Valera es la más popular en el español). Fue traducida a través de un periodo de siete años por cuarenta y siete teólogos y lingüistas. Cada uno de ellos era un erudito célebre quien se hallaba firmemente comprometido a la inspiración y autoridad de las Escrituras.

Los estudiantes de la Biblia deben usar el método literal de interpretación, que significa seguir la implicación natural o usual de una expresión—el significado ordinario y aparente de las palabras—en vez de buscar un significado oculto, alegórico, o “espiritual.” Es importante usar lógica sana y estudiar palabras, gramática, trasfondo, contexto, estilo literario, historia, geografía, cultura, lenguaje figurativo, símbolos, parábolas, y tipos. Al estudiar la Biblia, debemos mantener en mente varios puntos:
  • Es necesario tener la iluminación del Espíritu Santo.
  • La Biblia es básicamente clara y propuesta para ser entendida.
  • La Escritura interpreta a la Escritura.
  • La verdad se revela progresivamente desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo.
  • La Biblia presenta una teología unificada.
  • Ninguna doctrina es basada en un solo pasaje o se halla escondida en pasajes oscuros.
  • La Biblia está acomodada a la mente humana (pero no al error).
  • Cada pasaje tiene un significado primario pero puede tener varias aplicaciones.
Podemos tener confianza de que Dios nos ha revelado, preservado y transmitido Su Palabra hoy y que la podemos entender ya que su Palabra están plasmadas en las Sagradas Escrituras es decir la Santa Biblia; El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mateo 24:35).

3. MONOTEÍSMO
La Existencia de un Solo y Único Dios

"La Doctrina de la Unicidad" 
“Dios es Espíritu” (Juan 4:24). Él no se compone de carne, sangre, huesos, o materia física. Él es invisible al ojo humano, a menos que escoja revelarse en alguna manera (Juan 1:18). Dios posee individualidad, racionalidad, y personalidad. Él es auto-existente, eterno, e inmutable.
  • Es omnipresente (presente en todo lugar).
  • Es omnisciente (tiene toda sabiduría y todo lo conoce).
  • Es omnipotente (todopoderoso).
La naturaleza moral de Dios incluye santidad, justicia, rectitud, misericordia, gracia, amor, fidelidad, verdad y bondad. El es absolutamente perfecto en toda manera. (1 Juan 4:8) dice, “Dios es amor”; ninguna otra religión le identifica tan completamente a Dios con el amor.

Puesto que Dios es santo, El no puede tener comunión con el pecado. La justicia de Dios demanda castigo para el pecado, pero en Su amor y misericordia El dio a Su Hijo para satisfacer los requisitos de Su justicia, proveyendo a la vez salvación para pecadores arrepentidos. Los que rechazan Su gentil provisión de la salvación enfrentarán a Su juicio. Dios no ama al pecador, ya que Su naturaleza santa no le permite amar, si no condonar, o castigar el pecado.

Dios es absolutamente e indivisiblemente uno. “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4). Su naturaleza eternal no contiene distinciones o divisiones esenciales.

Todos los nombres y títulos de la Deidad como Dios, Jehová, Señor, Padre, Verbo, y Espíritu Santo se refieren al mismo ser. Cualquier pluralidad asociada con Dios es solamente una pluralidad de atributos, títulos, papeles, manifestaciones, modos de actividad, o relaciones al hombre. Muchos pasajes enfatizan la unicidad de Dios (Isaías 42:8; 43:10-11; 44:6-8, 24; 45:21-23; 46:6-9; Marcos 12:28-30; Gálatas 3:20; I Timoteo 2:5; Santiago 2:19).
  1. El título de Padre describe las funciones de Dios como padre de toda la creación, Padre del Hijo unigénito, y Padre del creyente renacido (Deuteronomio 32:6; Malaquías 2:10).
  2. El título de Hijo se refiere a la venida de Dios en carne, pues el mesías llamado el Cristo fue concebido literalmente por el Espíritu Santo, quien es literalmente Su Padre (Mateo 1:18-20; Lucas 1:35).
  3. El título de Espíritu Santo identifica el carácter fundamental de la naturaleza de Dios. La santidad forma la base de Sus atributos morales, mientras que la espiritualidad es la base de Sus atributos no-morales. El Espíritu Santo es específicamente, Dios en actividad en particular ungiendo, regenerando y habitando en el hombre, un modo que Dios puede hacer porque es Espíritu (Génesis 1:2; Hechos 1:5-8).
Estos términos también pueden ser entendidos en la revelación de Dios al hombre: Padre se refiere a Dios en relación familiar al hombre; Hijo se refiere a Dios encarnado; y Espíritu se refiere a Dios en actividad. Por ejemplo, un hombre puede tener tres relaciones o funciones significativas —como administrador, maestro y consejero — y ser todavía una sola persona en todo sentido. Dios no es definido, ni limitado a una tercera esencia. La Biblia nunca se refiere a Dios como una “trinidad” o como “tres personas” sino que con frecuencia le llama el Santo.

El título de Verbo se refiere a la auto-expresión o auto-revelación de Dios. El Verbo de Dios es El mismo (Juan 1:1), en particular Su pensamiento, mente, razonamiento, o plan. En la persona de Jesucristo, “aquel Verbo fue hecho carne” (Juan 1:14). “Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16).

4. CRISTO
(Cristologia)

Señor Jesús el Cristo de Nazaret
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
 
"Ojo, Jesucristo" es a la vez Dios y hombre, Él es el único Dios encarnado. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9). “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Corintios 5:19). Jesucristo es la imagen del Dios invisible, Dios manifestado en carne, nuestro Dios y Salvador y la imagen misma de la sustancia de Dios (2 Corintios 4:4; Colosenses 1:15; I Timoteo 3:16; Tito 2:13; Hebreos 1:3; 2 Pedro 1:1).

Él no es la encarnación de una de las personas de una trinidad, sino la encarnación de todo el carácter, la calidad, y la personalidad del único Dios.

El reconocer la deidad de Jesucristo es esencial para la salvación. Jesús dijo, “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” haciendo referencia al nombre de Dios “Yo Soy” (Juan 8:24,58). Jesús solamente tiene poder para salvar del pecado si Él es verdaderamente Dios, pues solo Dios es el Salvador y solo Él puede perdonar el pecado (Isaías 43:25; 45:21-22; Marcos 2:7).

Todos los nombres y los títulos de la Deidad se aplican apropiadamente a Jesús; Él es Dios (Juan 20:28), Señor (Hechos 9:5), Jehová (Isaías 45:23 con Filipenses 2:10-11), Yo Soy (Juan 8:58), Padre (Isaías 9:6; Apocalipsis 21:6-7), Verbo (Juan 1:14), y Espíritu Santo (Juan 14:17-18).

Dios el Padre habitaba dentro de Cristo el hombre. Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). “El Padre está en mí, y yo en el Padre” (Juan 10:38). “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre... el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:9-10).

La naturaleza divina de Jesucristo es el Espíritu Santo (Gálatas 4:6; Filipenses 1:19), que es el Espíritu del Padre (Mateo 1:18-20; 10:20). “El Señor es el Espíritu” (2 Corintios 3:17). Jesús es aquel que está en el trono celestial, como vemos por comparar la descripción de Jesús en Apocalipsis 1 con la de Aquel que está en el trono en Apocalipsis 4 y por notar que “Dios” y “el Cordero” es un mismo ser en Apocalipsis 22:3-4.

Jesús es también el Hijo de Dios. El término Hijo puede significar solamente la naturaleza humana de Cristo (como “el Hijo murió”) o puede significar la unión de la Deidad y humanidad (como “el Hijo volverá a la tierra en gloria”), pero nunca se usa aparte de la encarnación de Dios y nunca se refiere solamente a la deidad. Los términos “Dios el Hijo” e “Hijo eterno” no son bíblicos. El papel del Hijo empezó cuando Jesús fue milagrosamente concebido en el vientre de una virgen por el Espíritu Santo (Lucas 1:35; Gálatas 4:4; Hebreos 1:5).

Las Escrituras proclaman enfáticamente la completa y genuina humanidad de Cristo (Romanos 1:3; Hebreos 2:14-17; 5:7- 8) Él tenía un cuerpo y espíritu, una mente y una voluntad que eran humanas (Lucas 22:42; 23:46; Hechos 2:31; 1 Corintios 15:45, Filipenses 2:5; Hebreos 10:5,10) Jesús era un humano perfecto, con todo lo que la humanidad genuina incluye. La verdadera humanidad de Cristo no significa que Él tenía una naturaleza pecaminosa ya que la Biblia nos declara que: “de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos amén” (Romanos 9:5) así que la biblia enfatiza que era según la carne y “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15) y “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne” (Romanos 8:3) en su carne no había pecado y ni se encontraba el pecado era semejanza de carne de pecado pero no era de carne de pecado.

Él era sin pecado, El no cometió pecado y el pecado no estaba en El (Hebreos 4:15; I Pedro 2:22; I Juan 3:5) El vino con la clase de naturaleza humana inocente que Adán y Eva tuvieron en el principio.

El creer en la verdadera humanidad de Cristo es esencial para la salvación (1 Juan 4:3). Si Dios no vino verdaderamente en la carne, entonces no hay sangre para la remisión de pecados; no hay sacrificio de propiciación. El propósito mismo de la encarnación era proveer un hombre santo para mediar entre el Dios santo y la humanidad pecaminosa. 

Es necesario distinguir claramente entre la deidad y la humanidad de Cristo aunque Jesús era a la vez Dios y hombre a veces El actuaba del punto de vista humano y a veces del punto de vista Divino. 

Como Padre El a veces hablaba departe de Su auto-conciencia divina; como Hijo El a veces hablaba departe de Su auto-conciencia humana, es decir:
  1. Solamente como un hombre podría Jesús nacer, crecer, ser tentado por el diablo, tener hambre, tener sed, cansarse, dormirse, orar, ser azotado, morir, no conocer todas las cosas, no tener todo poder, ser inferior a Dios y ser un siervo.
  2. Solamente como Dios Él podría existir desde la eternidad, ser inmutable, echar fuera demonios por Su propia autoridad, ser el pan de vida, dar agua viva, dar descanso espiritual, calmar la tempestad, contestar la oración, sanar a los enfermos, resucitar a su cuerpo de la muerte, perdonar el pecado, conocer todas las cosas, tener todo poder, ser identificado como Dios y ser Rey de reyes.
En una persona ordinaria, estas dos listas en contraste serían mutuamente exclusivas, pero las Escrituras las atribuyen todas a Jesús, revelando su naturaleza doble o dual.

Aunque tenemos que distinguir entre la deidad y la humanidad de Jesús, es imposible separar a las dos en Cristo (Juan 1:1,14; 10:30,38; 14:10-11; 16:32). El Padre se unió a la humanidad para formar un solo ser—JESUCRISTO, la Deidad encarnada, mientras estaba en la tierra Jesús era plenamente Dios y no meramente un hombre ungido a la vez Él era completamente humano y no solamente una semejanza de hombre El poseía el poder, la autoridad, y el carácter ilimitado de Dios. Él era Dios por naturaleza, por derecho, por identidad; Él no se hallaba deificado solamente por una unción o investidura la humanidad de Jesucristo se hallaba inextraíblemente unida con toda la plenitud del Espíritu de Dios.

Podemos identificar cuatro temas mayores en la descripción bíblica de la encarnación, que son:
  • La absoluta y completa deidad de Jesucristo.
  • La humanidad perfecta y sin pecado de Jesucristo.
  • La distinción clara entre la humanidad y la deidad de Jesucristo.
  • La unión inseparable de deidad y humanidad en Jesucristo.
Jesús es la plenitud de Dios habitando en perfecta humanidad y manifestándose como un ser humano perfecto Él no es la transmutación de Dios a carne, la manifestación de una porción de Dios, la animación por Dios de un cuerpo humano, o Dios habitando temporalmente en una persona humana aparte. Jesucristo es la encarnación—incorporación, personificación humana—del único Dios “El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3).

5. ÁNGELES Y DEMONIOS

El único Dios creó todo, incluso los cielos y la tierra y todo ser viviente (Génesis 1:1; Apocalipsis 4:11). Antes de la creación del mundo terrenal del hombre (Job 38:4-7) Dios creó a los ángeles (Génesis 1:1, Salmos 148:2-5, Colosenses 1:16) quienes son seres espirituales (Hebreos 1:14) con personalidades individuales para hacer lo bueno (Génesis 1:31). Aparentemente hay diferentes tipos o grados de ángeles:
Angeles vs Demonios
Imagen de Christian Dorn en Pixabay 
  1. Querubines (al menos se identifican unos 3 en las biblia (1 en Ezequiel 28:14, 2 en Números 7:89, Hebreos 9:5 y muchos (Génesis 3:24).
  2. Serafines (Isaías 6:2).
  3. Arcángel (Miguel en Judas 1:9).
  4. Ángeles (Varones con vestiduras blancas Hechos 1:10, Apocalipsis 5:11).
Tienen un ministerio celestial; ellos rodean el trono de Dios y le alaban, también tienen un ministerio terrenal como mensajeros de Dios ya que ellos fortalecen, animan, protegen, y libran a los santos pues son instrumentales en cumplir la obra de Dios, en particular su juicio (Génesis 11:7, Génesis 19:1, 10,15-22, Isaías 6:8).

Los ángeles fueron creados buenos (Génesis 1:31) pero algunos llegaron hacer malos por su propia voluntad ya que la Biblia menciona que un tercio de ellos cayó por transgresión y la Biblia no menciona ningún plan de redención para ellos, algunos de estos ángeles caídos están presos (2 Pedro 2:4).

La Biblia menciona también 4 niveles de jerarquía en el reino de las tinieblas (Efesios 6:12) que son:
  1. Principado.
  2. Potestad.
  3. Gobernadores de las tinieblas.
  4. Huestes espirituales de maldad (demonios).
Las Escrituras indican que satanás o el diablo fue creado originalmente como Lucero (Ezequiel 28:12-19, Isaías 14:11-15) un buen querubín segundo en poder a Dios el pecó mediante orgullo y rebeldía contra Dios y ahora satanás es el principal adversario de Dios y del hombre. La Biblia le llama el tentador, acusador, maligno, homicida, padre de mentiras, serpiente, dragón, el cómo león rugiente, dios de este mundo, príncipe de la potestad del aire, y príncipe de los demonios y aunque es poderoso, él no es omnisciente, omnipresente, ni omnipotente. El Espíritu de Dios da a los creyentes poder sobre Satanás (Santiago 4:7; 1 Juan 4:4).

Los demonios son los agentes de Satanás. Ellos parecen ser ángeles caídos que no están presos (Mateo 25:41) por que buscan poseer cuerpos humanos y causan muchas clases de enfermedades físicas y espirituales, tentación, opresión y al final la muerte ellos están involucrados en la adivinación, herejía y  idolatría. En el último día, Satanás con sus agentes serán echados al lago de fuego por la eternidad.  Los cristianos tienen el poder de echar fuera demonios en el nombre de Jesús (Marcos 6:13; 16:17).

6. LA HUMANIDAD

Varon y Hembra los creo Dios
Imagen de waldryano en Pixabay 
Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen espiritual, moral, e intelectual (Génesis 1:27) el alma y el espíritu componen la parte eterna del hombre, incluyendo el intelecto, la personalidad, las emociones, la voluntad, el reconocimiento de sí mismo, la intuición, la conciencia, y el reconocimiento de Dios.

Originalmente la naturaleza humana era inocente y sin pecado, con un completamente libre albedrío pero Adán y Eva escogieron desobedecer a Dios y entonces introdujeron el pecado a la raza humana. Todos ahora nacen con una naturaleza pecaminosa—con el impulso a pecar, inclinado hacer lo mano y desobedecer llegando hacer esclavos al  dominio del pecado (Romanos 3:9; 5:12,19; 7:14).

La naturaleza pecaminosa lleva inevitablemente a hechos pecaminosos, resultando en condenación. La Biblia declara enfáticamente que todos los humanos son pecadores (I Reyes 8:46; Proverbios 20:9; Isaías 64:6) todos están bajo el pecado y son culpables ante Dios (Romanos 3:9,19). “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10) “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) como resultado la humanidad está bajo la sentencia de muerte, física y espiritualmente. “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). “El pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:15) la muerte (física) significa la separación del alma del cuerpo y la muerte espiritual última es la separación eterna de Dios es por ello que todos necesitan ser salvos del pecado y de su pena, la muerte y Dios ha provisto salvación por medio de la fe en Jesucristo.

7. LA GRACIA

La Gracia de Dios se Manifestó en JESÚS
Imagen de la Wed del Pastor Rick¨´s
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:11-12) “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1:17).

Un cristiano para guardarse salvo debe caminar con Dios y guardarse en el amor de Dios (Judas 21) y en la gracia de Dios. La palabra “gracia” quiere decir “favor” por eso cuando una persona comete transgresión y peca contra Dios pierde su favor y si esa persona continúa en pecado y no se arrepiente al final se perderá y será lanzado al lago de fuego (Juan 15:2, 6; 2 Pedro 2:20-21). Judas habla de los que se tornaron atrás en su día, y de su recompensa (Hebreos 6:4-6) “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).

8. LA SALVACIÓN

Cristo ocupo nuestro lugar
Imagen de Annalise Batista en Pixabay 
Dios vino en carne como Jesucristo para proveer salvación para Su creación caída. La Encarnación era para el propósito de la Propiciación por los pecados es por eso que El evangelio literalmente es las “buenas nuevas de que Jesús tuvo una:
  1. Muerte
  2. Sepultura
  3. Resurrección
En comparación a toda otra religión el Cristianismo depende de la muerte, sepultura y resurrección de su fundador. La santidad de Dios demanda que Él se separe de la humanidad pecaminosa. La separación de Dios, la fuente de toda vida, significa muerte—físicamente, espiritualmente y eternamente— entonces la santa ley de Dios requiere la muerte como la pena para los pecadores.

Dios escogió obligarse por el principio de muerte por el pecado ya que sin el derramamiento de sangre (el dar de una vida) no puede haber remisión o libertad de esta pena y no puede haber restauración a la comunión con el Dios santo (Hebreos 9:22).  La muerte de animales no es suficiente para remitir nuestros pecados (Hebreos 10:4) porque somos mucho mayor que ellos por que nosotros fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, tampoco puede una persona ordinaria sufrir la pena en nuestro lugar pues cada uno merece la muerte eterna por sus propios pecados. Para poder proveer un sustituto aceptable, Dios vino a la tierra como un hombre sin pecado—Jesucristo; el único hombre sin pecado que jamás ha vivido y entonces Él era el único que no merecía morir y que podría ser un sustituto perfecto.

Su muerte llegó a ser la propiciación permanente por nuestros pecados. Dios no excusa a nuestros pecados sino que ha infligido la pena por esos pecados en el inocente hombre Cristo entonces la muerte de Cristo fue hecha necesaria para:
  • La pecaminosidad de toda la humanidad.
  • La santidad de Dios.
  • La ley de Dios que requiere muerte como la pena por el pecado.
  • El deseo de Dios de proveer salvación para los pecadores.
No hay salvación fuera del Señor Jesucristo. Jesús afirmó: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6; Juan 8:24; Romanos 10:9-17).

El Antiguo Testamento tipificó la muerte de Cristo por sacrificios de animales, El pueblo de Dios ofrecía sacrificios de sangre para hacer propiciación por—cubrir, perdonar, remitir, o expiar— sus pecados pero estos sacrificios no quitaban actualmente el pecado, pero demostraban fe y obediencia a él plan de salvación de Dios para el futuro.  En la cruz, Jesús pagó la pena por los pecados de todo los tiempo y su sacrificio está al alcance de todos en toda época que creen y obedecen a Dios (Romanos 3:25).

La Biblia describe la muerte de Cristo de varias maneras:
  1. Redención o rescate: (Mateo 20:28; Gálatas 3:13; 1 Timoteo 2:6).  Redimir significa librar por pagar un precio asi el rescate es el precio pagado. La sangre (vida) de Cristo era el rescate que la santa ley de Dios demandaba para redimirnos del cautiverio y la pena del pecado (1 Pedro 1:18-20; Apocalipsis 5:8-10).
  2. Propiciación: (Romanos 3:25; 1 Juan 2:2). Esto significa satisfacción o aplacamiento—algo que le permite a Dios perdonar el pecado sin comprometer Su santidad y justicia. La muerte de Cristo cumplió con los requisitos justos de Dios comprando así la remisión de pecados (Mateo 26:28; Juan 1:29).
  3. Reconciliación: (Romanos 5:6-11; 2 Corintios 5:14-21). Cristo el hombre hace mediación entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5) como un hombre sin pecado El quitó la barrera entre el Dios santo y los hombres pecaminosos, restaurándonos a la comunión con Dios.
  4. Sustitución: (Isaías 53:5-6; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:24). Jesucristo tomó nuestro lugar y sufrió la pena que nosotros merecíamos por nuestros pecados en este sentido El llego a cargar el pecado al hacer ser el sacrificio por nuestros pecados (1 Corintios 5:7; Hebreos 9:28; 10:10-17). Después de que Cristo murió su cuerpo fue sepultado en la tumba y su espíritu descendió al Hades (el lugar de las almas que han partido) (Hechos 2:25-32) pasado tres días su cuerpo en la sepultura El resucitó con un cuerpo físico glorificado, victorioso sobre la muerte y el Hades.
  5. Resurrección: es esencial para nuestra salvación porque hizo efectivo su muerte obteniendo Su victoria sobre la muerte (Romanos 4:25; 1 Corintios 15:14). Por causa de Su resurrección nosotros tenemos poder para vencer y vida nueva en Cristo además de la seguridad de la inmortalidad futura (Romanos 5:10; 6:4; I Corintios 15:20-23).
Cuarenta días después de la resurrección Jesús ascendió al cielo donde es exaltado para siempre y eternamente (Efesios 1:20,21; Filipenses 2:9, Salmos 24: 7-10). Durante Su vida terrenal El dejó las prerrogativas divinas de gloria, honra, reconocimiento y se sometió a limitaciones humanas pero ahora no ya que en el cielo Jesús como Dios está abiertamente investido de todo poder, autoridad y gloria. La Cruz era el único final sacrificio para todo tiempo (Hebreos 10:12) y aquel sacrificio supremo provee intercesión presente por nuestros pecados y libre acceso al trono de Dios (Romanos 8:34; Hebreos 4:14-16; 1 Juan 2:1).

La Cruz invierte todas las consecuencias del pecado. La iglesia es la que recuperará en Cristo todo lo que la raza humana perdió a causa del pecado por ello los creyentes gozan de muchas bendiciones como resultado en esta vida y recibirán la plenitud en la eternidad. Los beneficios de la obra de Cristo incluyen el perdón de pecados, vida nueva espiritual, poder sobre el diablo, sanidad para el cuerpo y últimamente liberación de la creación de la maldición del pecado y vida eterna para los creyentes (Isaías 53:5; Romanos 8:19-23; Colosenses 1:14,20; Hebreos 2:14).

La obra presente de la salvación tiene varios aspectos, que una persona recibe por fe al arrepentirse, ser bautizado en el nombre de Jesús y recibir el Espíritu Santo (1 Corintios 6:11).
  1. Justificación: (Romanos 3:24,26). Justificar significa declarar, contar, o considerar como justo y esto incluye el perdón de pecados incluso la remoción de toda culpabilidad y castigo y la imputación de la justicia de Cristo.
  2. Regeneración o nuevo nacimiento: (Juan 3:5; Tito 3:5). Esto es más que una reformación; es el inpartimiento de una nueva naturaleza—la naturaleza de Dios—con un cambio de deseos y poder para vivir una vida nueva.
  3. Adopción: (Romanos 8:14-17; Gálatas 4:1-7). El creyente es colocado en la familia espiritual de Dios y escogido como Su heredero.
  4. Santificación o separación: (Hebreos 10:10). Al ser convertida, la persona es puesta aparte del pecado. El Espíritu Santo sigue entonces a transformarle, perfeccionarle, y hacerle santo (2 Corintios 3:18; 1 Tesalonicenses 3:13; 5:23).
La obra propiciatoria de Cristo es la base para la salvación en toda época. La salvación siempre tiene su origen en la gracia de Dios y es apropiada por la fe obediente. Cristo murió por toda la raza humana (Juan 1:29; 1 Timoteo 2:6; 1 Juan 2:2) y los beneficios de Su propiciación llegan a todos los que creen en El y aplican Su obra a sus vidas (Juan 3:16; Hebreos 5:9).

8.1 El Plan de Salvación:

La Salvación Neotestamentaria en el contexto de las Escrituras, salvación significa liberación de todo el poder y los efectos del pecado, y tiene aspectos pasados, presentes, y futuros es una salvación por gracia por medio de la fe. No hay nada que una persona pueda hacer para salvarse a sí misma y ninguna cantidad de buenas obras o adherencia a leyes puede salvarle.

8.1.1  Fe
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). La salvación es un regalo gratuito de Dios la cual el hombre no puede merecer o ganarse. La obra propiciatoria de Jesucristo ha hecho disponible este regalo gratis de la salvación y la única manera de recibirlo es creer en Jesús y en la suficiencia de Su sacrificio (Romanos 3:24-28; 4:22-25) la fe salvadora de creer en Jesucristo incluye el creer Su Palabra y el realmente creer Su Palabra incluye la obediencia.

La fe es más que asentó mental, aceptación intelectual o profesión verbal ya que ella incluye confianza, compromiso, apropiación y aplicación; No podemos separar la fe salvadora de la obediencia (Hechos 6:7; Romanos 1:5; 2:6-10; 10:16; 16:26; Hebreos 11:6-8).

La obediencia a la Palabra de Dios es absolutamente necesaria para la salvación (Mateo 7:21-27; Juan 14:15,23; Romanos 6:17; 15:18; 2 Tesalonicenses 1:7-10; Hebreos 5:9; 1 Pedro 1:21-23; 4:17; 1 Juan 2:3-5; 5:1-3) la fe vive solamente mediante respuesta y acción (Santiago 2:14-26). Es posible tener un grado inicial de fe en Cristo y todavía no ser salvo si no hay aceptación, compromiso, y obediencia completa (Mateo 7:21-23; Juan 2:23-25; 12:42-43; Hechos 8:12-23; Santiago 2:19).

La fe es el medio de apropiar la gracia de Dios. Es el medio por el cual la gente se entrega a Dios obedece Su Palabra y le permite hacer Su obra salvadora en ellos. Entonces, la fe salvadora es:
  • La aceptación del evangelio de Jesucristo como el único medio de salvación.
  • La obediencia a aquel evangelio (aplicación o apropiación de aquel evangelio).
8.1.2 Pasos para la Salvación
El evangelio de Jesucristo es su muerte, sepultura y resurrección para nuestra salvación (1 Corintios 15:1-4). Una persona responde al evangelio o aplica el evangelio a su vida, por arrepentimiento del pecado (muerte al pecado), bautismo por inmersión en agua en el nombre de Jesucristo (sepultura con Cristo) y recibir el Espíritu Santo (vida nueva en Cristo) (Hechos 2:1-4,38; Romanos 6:1-7; 7:6; 8:2).

Jesús dijo: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). Cuando una persona cree en Jesucristo y obedece a Hechos 2:38 experimentando el nacimiento de agua y del Espíritu ese creyente es “nacido de nuevo” actualmente llegando a ser una nueva creación (Juan 3:3, 7; 2 Corintios 5:17). En el arrepentimiento y el bautismo en agua es la sepulta a la manera antigua y pecaminosa de vivir, el registro de los pecados pasados y la pena de muerte por el pecado y cuando él recibe el Espíritu Santo él empieza a vivir una vida nueva y piadosa.

En el Día de Pentecostés el día del nacimiento de la iglesia Neotestamentaria (primitiva), el apóstol Pedro predico el primer sermón del evangelio a las multitudes que se habían juntado para observar a los creyentes recién llenos del Espíritu Santo mientras ellos hablaban en lenguas y alababan a Dios. Convencidos de sus pecados por su mensaje sencillo pero poderoso los oyentes clamaron: “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37) y Pedro dio una respuesta precisa, completa, e inequívoca:


 “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” 
(Hechos 2:38).

Los que fueron salvos en los Evangelios fueron salvados bajo el Antiguo Pacto mientras esperaban el Nuevo. El Nuevo Pacto no entró en efecto hasta después de la ascensión de Cristo (Lucas 7:28; 24:47-49; Juan 7:39; 16:7; Hechos 1:4-8; Hebreos 9:14-17).

Entonces, Hechos 2:38 es la respuesta comprensiva a una pregunta acerca de la conversión Neotestamentaria  expresando en forma compacta la respuesta correcta al evangelio y no tan solo los judíos en el Día de Pentecostés recibieron la experiencia de Hechos 2:38 sino que los samaritanos, el apóstol Pablo, los gentiles y los discípulos de Juan en Éfeso la recibieron también (Hechos 8:12-17; 9:17-18 con 22:16; 10:44-48; 19:1-6). Brevemente entonces el mensaje de salvación en el Nuevo Testamento es:
  1. Arrepentimiento del pecado.
  2. Bautismo en agua en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y el recibir el Espíritu Santo con la señal inicial de hablar en lenguas (esto es nacer del agua y del Espíritu) cumpliéndose completamente el nuevo nacimiento.
8.1.2.1 Arrepentimiento
El arrepentimiento es una media vuelta desde el pecado hacia Dios (Hechos 26:18-20). Tiene tres aspectos necesarios:
  • Un cambio intelectual (cambio de opiniones).
  • Un (cambio emocional (cambio de sentimientos).
  • Un cambio volicional (cambio voluntario de propósito).
Incluye reconocimiento del pecado (Marcos 2:17) confesión del pecado a Dios (Proverbios 28:13; I Juan 1:9) contrición o tristeza según Dios por el pecado (Salmo 51:17; II Corintios 7:10) y una decisión de abandonar el pecado (Proverbios 28:13; Lucas 3:7-8) y juntamente con el arrepentimiento viene la disposición a hacer restitución por los pecados pasados lo más posible (Mateo 5:23-24; Lucas 19:8).

El arrepentimiento es la primera respuesta de la fe al llamado de Dios (Marcos 1:15) siendo absolutamente necesario para la salvación (Lucas 13:3,5; Hechos 17:30; II Pedro 3:9) sin el arrepentimiento el bautismo no es efectivo y sin el arrepentimiento una persona no puede recibir el Espíritu Santo (Hechos 2:38; 3:19). En el arrepentimiento la persona empieza a dejar que Dios obre en su vida ya que se decide a dejar el pecado y permite que Dios le envuelva. Como parte del apartarse del pecado Dios le empodera para quebrar sus ligaduras a los deseos y hábitos pecaminosos. Como parte de la vuelta hacia Dios, el arrepentimiento prepara el camino para que tenga una relación personal con Dios calificándole para bautismo de agua y del Espíritu.

La obra de perdón y remisión viene mediante arrepentimiento y bautismo en agua (Hechos 2:38) el arrepentimiento trata con la manera pecaminosa de vivir de la persona, y el bautismo trata con el registro y las consecuencias del pecado.

8.1.2.2 Nacer de Nuevo (a. Bautismo en Agua y b. Bautismo en el Espíritu)
  • a. Bautismo en Agua: El bautismo en agua es parte de la salvación (1 Pedro 3:21) que expresa fe en Dios por obediencia a Su Palabra (Marcos 16:16; Hechos 2:41), el modo bíblico del bautismo es inmersión en agua y solamente este método retiene el simbolismo bíblico del bautismo como una sepultura (Mateo 3:16; Hechos 8:36-39; Romanos 6:4). La fe en Cristo y el arrepentimiento del pecado se necesitan para que sea válido entonces el bautismo de los infantes no es apropiado o en el caso de personas con enfermedades mentales (Mateo3:6-11; Hechos 2:38; 8:37).
El significado bíblico del bautismo en agua es el siguiente:
  1. Dios remite el pecado en el bautismo en agua (Hechos 2:38; 22:16). Dios borra el registro del pecado y cancela su pena. El lava los pecados, sepultándolos para siempre.
  2. El bautismo es parte del nuevo nacimiento (Juan 3:5; Tito 3:5).
  3. El bautismo le identifica a la persona con la sepultura de Jesús (Romanos 6:4; Colosenses 2:12). Indica que él ha muerto a los Pecados por el arrepentimiento y que está sepultando sus pecados pasados, el dominio del pecado y la manera de vivir pecaminosa.
  4. El bautismo en agua es parte del único bautismo de agua y del Espíritu que coloca a los creyentes en Cristo (Romanos 6:3-4; Gálatas 3:27; Efesios 4:5). Los identifica personalmente con Jesús y es parte de la entrada a Su familia.
  5. El bautismo es parte de la circuncisión espiritual (Colosenses 2:11-13). La Biblia enseña que el bautismo debe administrarse en el nombre del Señor Jesús el Cristo de Nazaret. Esto significa invocar el nombre de Jesús oralmente (Hechos 22:16; Santiago 2:7) y rebautizar a los que han sido bautizados de alguna otra manera (Hechos 19:1-5).
El nombre de Jesús en la fórmula bautismal que expresa fe en Su verdadera identidad, obra propiciatoria, poder y autoridad para salvar. El nombre de Jesús es el único nombre salvador, el nombre por el cual se recibe la remisión de pecados, el nombre más exaltado y el nombre en el cual los cristianos deben decir y hacer todas las cosas (Hechos 4:12; 10:43; Filipenses 2:9-11; Colosenses 3:17). Entonces el usar el nombre de Jesús es la manera correcta de cumplir todos los propósitos para el bautismo.

La Biblia registra cinco relatos históricos del bautismo en la iglesia Neotestamentaria que describen un nombre o una fórmula. En cada caso el nombre es Jesús (Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 22:16). Las epístolas también aluden a la fórmula del Nombre de Jesús (Romanos 6:3-4; 1 Corintios 1:13; 6:11; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12). Aun Mateo 28:19 se refiere a esta fórmula pues describe un nombre singular que representa todas las manifestaciones redentoras de la Deidad y ese nombre es Jesús (Zacarías 14:9; Mateo 1:21; Juan 5:43; 14:26; Apocalipsis 22:3-4). Además Jesús es el nombre que se describe en los otros relatos de la Gran Comisión (Marcos 16:17; Lucas 24:47).
  • b. Bautismo del Espíritu:: El bautismo con, por, en o del Espíritu Santo es parte de la salvación en el Nuevo Testamento (Juan 3:5; Romanos 8:1-16; 1 Corintios 12:13; Efesios 1:13-14; Tito 3:5) ya que la frase describe cómo el creyente es sumergido en y llenado del Espíritu Santo de Dios. En Hechos los términos “bautizados, llenos, recibido, cayó sobre, vino sobre, y sobre... se derramase el don” describen todos a esta experiencia (Hechos 1:4-5; 2:4; 10:44-47; 11:15-17; 19:1-6). Se promete a todos los que creen en Jesús y obedecen Su Palabra (Juan 7:38-39; Hechos 5:32; 11:15-17; 19:2; Gálatas 3:14; Efesios 1:13).
  1. Los judíos.
  2. Los samaritanos.
  3. Los gentiles.
  4. El apóstol Pablo.
  5. Los discípulos de Juan
La Biblia registra cinco relatos históricos de la recepción del Espíritu Santo en la iglesia Neotestamentaria:

Este registro establece que el bautismo del Espíritu de veras es para todos (Lucas 11:13; Hechos 2:39) y es acompañado por la señal inicial de hablar en otras lenguas (Marcos 16:17) el hablar en lenguas (Glosolalia) significa hablar sobrenaturalmente, como el Espíritu da que se hable, en un idioma que el que habla nunca ha aprendido (Hechos 2:1-11).

Tres de los relatos describen explícitamente el hablar en lenguas como la señal inicial de recibir el Espíritu:
  • En el Día de Pentecostés, un sonido de viento significó la venida del Espíritu y llamas como de fuego señalaron la disponibilidad a cada persona, pero el hablar en lenguas “según el Espíritu les daba que hablasen” era la señal inicial de que cada individuo había sido llenado (Hechos 2:1-4).
  • Las lenguas convencieron a los judíos escépticos y atónitos que los gentiles acababan de recibir el Espíritu Santo; las lenguas por sí solas identificaron suficientemente a esta experiencia como la experiencia Pentecostal (Hechos 10:44-47; 11:15-17).
  • Los discípulos en efesios también hablaron en lenguas como la primera señal de recibir el Espíritu (Hechos 19:6).
Las lenguas son implícitas en los otros dos relatos. Una señal milagrosa no nombrada indicó el momento exacto cuando los samaritanos recibieron el Espíritu su ausencia anterior denota que ellos todavía no tenían el Espíritu a pesar de tener gozo, fe, bautismo en agua y era tan espectacular que Simón el Mago codiciaba el poder de impartir el Espíritu con esta señal (Hechos 8:5-19). Hechos 9:17 menciona sin descripción la experiencia de Pablo pero 1 Corintios 14:18 dice que él hablaba en lenguas con frecuencia.

El bautismo del Espíritu Santo es la experiencia básica y normal con Dios en el Nuevo Testamento llamado el nacimiento del Espíritu. El Espíritu es el reposo, guía a toda la verdad, el que hace adopción, intercesor, sello, arras de la herencia, y santificador (Isaías 28:11-12; Juan 16:13; Romanos 8:15,26; Efesios 1:13-14; 1 Pedro 1:2). Una persona puede recibir el Espíritu por arrepentirse, tener fe en Dios y pedirle a Dios Su don. Cuando una persona recibe el Espíritu Santo recibe poder para vencer al pecado y vivir una vida santa (Hechos 1:8; Romanos 8:4,13). Si él permite que el Espíritu le llene (controle y guíe) continuamente, producirá el fruto del Espíritu y llegará a ser como Cristo (Gálatas 5:22-23).

Conclusión: No se debe rechazar a los que no han recibido la experiencia Neotestamentaria, sino que deben ser animados a recibir todo lo que Dios tiene para ellos. Hay mucha gente sincera y aun arrepentida como Apolos y los discípulos de Juan en Éfeso quienes necesitan ser guiados a verdades más avanzadas para que puedan tener un nuevo nacimiento apostólico. La experiencia y la doctrina de una persona deben conformarse al modelo bíblico y apostólico completo porque los que buscan a Dios sin cumplir con este modelo tendrán que contestar a Dios.

La responsabilidad de una persona es clara tiene que actuar sobre la verdad. En resumen:
  1. La Biblia es la única autoridad para la salvación.
  2. La base de la salvación es la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo.
  3. La salvación viene solamente por gracia mediante la fe en Jesucristo.
  4. La aplicación de la gracia y la expresión de la fe vienen mientras una persona obedece a Hechos 2:38, recibiendo así el nuevo nacimiento de Juan 3:3-5.
9. LA SANTIDAD Y LA VIDA CRISTIANA

La Santidad en la Vida Cristiana
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La vida Cristiana es una jornada diaria de fe (Romanos 1:17). Nadie es salvo por predestinación individual, todos son salvos al responder en fe a la gracia universal de Dios (Juan 3:16; Tito 2:11-12). La Biblia no enseña la seguridad eterna incondicional; cada persona vive por fe obediente en Cristo (Romanos 11:17-23); Hebreos 2:1-4; 10:35-39). Si los Cristianos permanecen en El tienen la mas grande a seguranza de vida eterna, pues ninguna fuerza externa les puede quitar su salvación (Romanos 8:35-39; Hebreos 6:11; 10:22).

Varias disciplinas básicas son partes íntegras de la vida Cristiana, como lo son:
  1. La Oración (Mateo 6:5-15; Efesios 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17; Judas 20-21). La oración le capacita al cristiano para recibir las promesas de Dios además de dirección y poder espiritual. Dios promete contestar sus oraciones, suplir sus necesidades, librarle de la tentación, y obrar todas las cosas para su bien (Mateo 6:33; 7:7; 17:20; 21:22; Juan 14:14; Romanos 8:28; 1 Corintios 10:13; Filipenses 4:6,19). Para recibir estas promesas, él debe pedir con fe, sin hipocresía, sin vanas repeticiones, con un corazón arrepentido en la voluntad de Dios y no de deseos carnales (Salmo 66:18; Santiago 1:5-8; 4:2-3; 5:16; I Juan 3:20-22; 5:14-15).
  2. El estudio Bíblico (Salmo 119:11, 16,105; 2 Timoteo 2:15; 3:14-17). Para conocer la verdad, hacer la voluntad de Dios, y vencer a la tentación, el cristiano debe leer, estudiar, meditar  y aprender la Palabra de Dios.
  3. Asistencia fiel a la iglesia y sumisión al liderato piadoso (Salmo 122:1; Hebreos 10:25; 13:17). Todos los Cristianos necesitan la instrucción, comunión, alabanza en grupo y el esfuerzo evangelístico que una iglesia y un pastor local proveen.
  4. El dar de diezmos y ofrendas (Malaquías 3:8-12; Mateo 6:1-4; Lucas 6:38; 16:10-12; 1 Corintios 9:7-14; 2 Corintios 9:6-7). El diezmar empezó antes de la ley de Moisés y sigue después de ella. Abraham y Jacob pagaron diezmos. Los diezmos son el diez por ciento del “aumento” (ingreso) y son usados para apoyar al pastor. Las ofrendas son regalos voluntarios adicionales.
  5. La adoración (Salmo 100:1-5; 111:1; Juan 4:24; 1 Corintios 14:26-33,40; 2 Corintios 3:17). Los cristianos deben adorar en Espíritu y en verdad. Las expresiones bíblicas de la adoración incluyen las devociones privadas, adoración en grupo, alabando con sonido fuerte, cantando, tocando instrumentos musicales, orando en voz alta, alzando las manos, batiendo las manos, llorando, y danzando ante el Señor (Salmo 33:2-3; 47:1; 141:2; 149:3-5; 150:1-6; Hechos 4:24-31; 1 Timoteo 2:8; Efesios 5:19).
  6. El ayuno (Mateo 6:16-18; 9:14-15; 17:21). El ayunar no gana el favor de Dios, ni tiene el propósito de castigar al cuerpo más bien, le ayuda a la persona a disciplinarse, enfocar en prioridades, y acercarse más al Reino Espiritual.
  7. Santidad en el caminar de la vida cristiana. La búsqueda de la santidad es tan importante como el nuevo nacimiento: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14) Dios manda a su pueblo a ser santos en toda su conducta porque Él es Santo (I Pedro 1:15-16). Deben obedecer este mandamiento para:
  • Agradar a Dios pues le pertenecen.
  • Comunicar a Cristo a otros.
  • Beneficiarse ahora y por la eternidad.
Para el pueblo de Dios la santidad significa conformidad al carácter de Dios—pensar lo que El piensa, amar lo que El ama, aborrecer lo que El aborrece, y comportarse como Cristo se comportaría. Específicamente la santidad es:
  • Separación del mundo y del sistema mundial.
  • Dedicación a Dios (Romanos 12:1-2; 2 Corintios 6:17-7:1).
Los Cristianos no deben amar a este sistema mundial impío, ni deben identificarse con él, llegar a tener afecto por las cosas que hay en él o participar de sus placeres y actividades pecaminosas (Santiago 1:27; 4:4; 1 Juan 2:15). Deben evitar a tres áreas mayores de pecado:
  • Los deseos de la carne.
  • Los deseos de los ojos.
  • La vanagloria de la vida (1 Juan 2:16).
Ellos deben disciplinarse y deben abstenerse de toda apariencia de maldad (1 Corintios 9:24-27; 1 Tesalonicenses 5:22).

La santidad es interna y externa (1 Corintios 6:19-20; 2 Corintios 7:1; 1 Tesalonicenses 5:23) incluye actitudes, pensamientos y administración espiritual, pero también incluye acciones, apariencia y administración física ya que ambos aspectos son esenciales. La vida de santidad es un esfuerzo continuo hacia la perfección (Mateo 5:48; 2 Corintios 7:1; Filipenses 3:12-16). Nadie es absolutamente perfecto, pero todos pueden ser relativamente perfectos y maduros por que Dios espera un crecimiento continuo en la gracia y el conocimiento, una producción en aumento del fruto espiritual (Juan 15:1-8; 2 Pedro 3:18)  pues la meta diaria del cristiano es vencer al pecado (Juan 5:14; 8:11) no debe pecar y si es que peca puede recibir perdón por el arrepentimiento y la confesión (1 Juan 1:9; 2:1).

La santidad no es un medio de ganar la salvación sino que es un resultado de la salvación esta viene mediante la fe, el amor y el andar según el Espíritu.

Todos los aspectos de la salvación, incluyendo la obra santificadora del Espíritu Santo que viene por la fe (Efesios 2:8). Si alguien de veras cree a Dios, obedecerá los mandamientos de Dios (Juan 14:15,23; 1 Juan 2:3-6). El amor es mucho más estricto y demanda más que la ley o el deber. El Espíritu Santo imparte una naturaleza santa mediante la guía y el poder del Espíritu, el creyente puede vencer al pecado y vivir justamente (Romanos 8:2-4; Gálatas 5:16; 1 Tesalonicenses 4:7-8). El Espíritu Santo enseña la santidad por:
  • La Palabra inspirada de Dios (las Sagradas Escrituras).
  • Predicadores y maestros ungidos que proclaman y aplican la palabra.
  • Impulsos y convicciones internos (que no se desvían de la Palabra).
El seguir la santidad requiere un esfuerzo personal; no es automático. El Cristiano debe rendirse a la operación del Espíritu de Dios y debe implementar activamente los principios espirituales (Romanos 6:11-14; Filipenses 2:12; 2 Pedro 3:14). La vida Cristiana es una de libertad y no legalismo ya que legalismo significa basar la salvación sobre obras o leyes o imponer reglas que no son bíblicas y todas las verdaderas normas de santidad o son declaraciones bíblicas específicas o son aplicaciones válidas de principios bíblicos a situaciones contemporáneas.

Los cristianos tienen libertad del pecado, libertad de la ley y libertad para actuar según su juicio en asuntos no morales. La libertad Cristiana no niega la responsabilidad a seguir la ley moral y la enseñanza bíblica (Romanos 6:15; Gálatas 5:13) además la Biblia presenta varias normas para el ejercicio apropiado de la libertad Cristiana aun en asuntos no morales:
  1. Debemos hacer todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31; Colosenses 3:17).
  2. Debemos evitar todo lo que no sea de beneficio (1 Corintios 6:12; 10:23; Hebreos 12:1).
  3. Debemos evitar cualquier cosa que llegará a dominar nuestras vidas que no sea la vida cristiana (1 Corintios 6:12).
  4. Debemos evitar el daño a otros (Romanos 14:13-21; 1 Corintios 8:9-13; 10:32-33) estas son áreas importantes en las cuales los principios bíblicos, universales e inmutables, se aplican:
  • Actitudes (Gálatas 5:19-21; Efesios 4:23-32). Los Cristianos deben desechar actitudes malas, incluso el odio, la malicia, la ira, los celos, la codicia, los rencores, el orgullo, el prejuicio, la venganza, las contiendas y la discordia. La esencia de la santidad es el producir el fruto del Espíritu que incluye amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Los cristianos deben perdonar, ser obedientes a las autoridades, ser agradecidos, no causar ofensas por nada y no ser entrometidos en las vidas de otros.
  • Pensamientos (Mateo 15:18-20; 2 Corintios 10:5; Filipenses 4:8). Una persona es lo que piensa y llega a ser lo que él permite estar en su mente. Los cristianos deben pensar en cosas que son verdaderas, honestas, justas, puras, amables, virtuosas y dignas de alabanza. Deben desechar a todos los pensamientos malos, llevando preso todo pensamiento para hacerlo obediente a Cristo
  • La lengua (Santiago 1:26; 3:1-2; 4:11; 5:12). Los Cristianos no deben chismear, calumniar, reprochar, sembrar discordia, jurar, tomar el nombre del Señor en vano, pronunciar maldiciones, vituperar, mentir, usar palabras ociosas o usar lenguaje provocativo, indecente, u obsceno y de doble sentido.
  • El ojo (Salmo 101:2-3; 119:37; Mateo 6:22-23). El ojo es el portón del alma y la fuente primaria de las ventanas de la mente. Los cristianos no deben leer materiales sensuales o vulgares y no deben de dejar que la televisión, las películas, telenovelas, consolas de juego, entre otros se apodere y tome el control de sus vidas porque la violencia, el sexo ilícito, la pecaminosidad y la vanidad dominan estos medios.
  • La apariencia (adornos, vestido y cabello) (Deuteronomio 22:5; 1 Corintios 11:1-16; 1 Timoteo 2:8-10; 1 Pedro 3:1-5). La apariencia refleja el ser interno a Dios y también a otros. La apariencia impía promueve los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, amoldando así al que la demuestra y a la sociedad en maneras impías. Los principios bíblicos para ello son:
  1. Modestia.
  2. Rechazo de la ornamentación.
  3. Moderación en cuanto a costo.
  4. Distinción entre el varón y la mujer.
  5. Separación de connotaciones mundanas.
Entonces los Cristianos deben abstenerse de usar ropa inmodesta, joyas ornamentales, cosméticos colorados y tintas para el cabello, vestidos muy costosos, extravagantes o llamativos, vestidos en los varones, pantalones en las mujeres, cabello largo en los varones, cabello corto en las mujeres y estilos con asociaciones carnales o practicas mundanas (como las modas).
  • Administración del cuerpo (1 Corintios 3:16-17; 6:12, 19-20). El cuerpo es el templo del Espíritu y entonces los cristianos no deben usar cosas que dañar o profanar el cuerpo, causan embriaguez o causan adicción. Las bebidas alcohólicas, el tabaco, y las drogas ilícitas violan este principio.
  • La santidad del matrimonio (1 Corintios 6:9-10; Colosenses 3:5; Hebreos 13:4). La Biblia condena a todas las relaciones sexuales fueras del matrimonio por toda la vida de un hombre y una mujer. La Biblia se opone a los pensamientos y las acciones sensuales antes del matrimonio.
  • El respeto de la vida humana o animal (Éxodo 20:13; Mateo 5:39,44). Los Cristianos no deben participar en la violencia o en el tomar de la vida, incluyendo las guerras, el aborto y el suicidio.
  • La honradez (Marcos 10:19). La Biblia rechaza toda deshonradaes incluyendo la mentira, el robo, el engaño, el rehusarse a pagar las deudas, la extorsión, el soborno y el fraude.
  • La confraternidad (Mateo 18:15-18; 1 Corintios 5:9-6:8; 15:33; 2 Corintios 6:14). Los cristianos no deben ser identificados con actitudes o comportamiento pecaminosos, no deben tener comunión con supuestos creyentes que continuamente participan en actividades pecaminosas. No deben unirse en yugo desigual con los incrédulos, por ejemplo en el matrimonio. Deben resolver disputas internas según el procedimiento establecido por Cristo no por pleitos en la corte civil.
  • Actividades mundanas (1 Tesalonicenses 5:22; Tito 3:3; 1 Juan 2:15). Los cristianos deben regular en una forma madura a las diversiones, la música, los deportes y los juegos, evitando atmósferas y apariencias mundanas. Algunas diversiones son mundanas por naturaleza, como los juegos de azar, el baile en parejas opuestas, la música “rock” y el ocultismo.
En resumen: la santidad significa imitar a Cristo, ser como Cristo. La persona santa no gratificará a los deseos de la naturaleza pecaminosa sino que se vestirá de la personalidad y la mente de Cristo (Romanos 13:14; Gálatas 4:19) pues juzgará a toda acción y decisión preguntándose ¿Que haría Cristo?

La santidad es una parte íntegra de la salvación del hombre entero del poder y de los efectos del pecado. Es un privilegio gozoso, parte de la vida abundante, una bendición de la gracia de Dios, una gloriosa vida de libertad y poder. La vida de santidad cumple con la intención y el diseño original de Dios para la humanidad. Para el creyente lleno del Espíritu que realmente ama a Dios la santidad es la forma normal—por cierto la única manera—de vivir por que la santidad es la esencia de la vida Cristiana.

10. LA IGLESIA

"Sobre esta Roca edificare mi Iglesia"
Imagen de Pete Linforth en Pixabay 
Creemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo es una, universal e indivisible, formada por todos los hombres, sin distinción de nacionalidad, idioma y cultura que hayan aceptado a nuestro Señor Jesucristo como Salvador y hayan sido bautizados en agua por inmersión en su nombre (Mateo 28:19; Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; Romanos 6:1-4; Colosenses 2:12), crean en el bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 1:5; 2:1-4), vivan separados de la práctica del pecado y perseveren sirviendo al Señor (Mateo 24:13; Romanos 2:7; 6:11-13; Efesios 4:22-32; 5:1-11). Los vínculos que unen a los miembros de la Iglesia son el amor de Dios y la fe cristocéntrica y su estandarte o bandera es el nombre de Jesucristo ante cuyo emblema marcha gallardamente la Iglesia imponente como ejército en orden (Cantares 6:10).

La iglesia de Jesucristo es el cuerpo de creyentes que han sido llamados a la separación los que han sido introducidos en Cristo por el bautismo de agua y del Espíritu. La Biblia describe a la iglesia como el cuerpo de Cristo, la esposa de Cristo y un templo espiritual en el cual mora el Espíritu de Cristo. La iglesia es a la vez local y universal. Su misión en la tierra es la de:
  • Adorar y glorificar a Dios.
  • Evangelizar al mundo.
  • Desarrollar a los creyentes hasta la madurez.
Donde cada creyente es su propio sacerdote a Dios (por medio de Jesúcristo) y puede comunicarse directamente con Dios (Hebreos 4:14-16; Apocalipsis 1:6) y cada miembro de la iglesia tiene una posición de servicio que incluye el sobrellevar las cargas los unos de los otros y orar los unos por los otros (Gálatas 6:1-2; Colosenses 4:3,12).

10.1 La Iglesia y el Estado
Creemos en la separación del Estado y la Iglesia y que ninguno debe intervenir en los asuntos internos del otro pues aquí se cumple el precepto bíblico de dar lo que es de César a César y lo que es de Dios a Dios (Mateo 12:17). Los miembros de la Iglesia deben tomar participación en actividades cívicas de acuerdo con su capacidad e inclinaciones políticas pero siempre reflejando sus ideas personales y no las de la Iglesia que siempre es neutral y tiene cabida para los hombres de todos los credos políticos. Al mismo tiempo todos los miembros de la Iglesia deben obedecer las autoridades civiles y todas las leyes y disposiciones que de ellas emanen siempre que no contradiga sus principios religiosos o los obliguen a hacer cosas en contra de su conciencia (Romanos 13:1-7).

10.2 Servicio Militar
La Iglesia de Jesucristo en el mundo reconoce el gobierno humano como de ordenación divina (Romanos 13:1, 2) y al hacerlo así exhorta a sus miembros a que afirmen su lealtad a su patria siendo discípulos del Señor Jesucristo, es deber de todo cristiano obedecer sus preceptos y mandamientos que enseñan como sigue: “No resistáis al que es malo” (Mateo 5:39), “Seguid la paz con todos” (Hebreos 12:14). También lo que se nos dice en Mateo 26:52, Romanos 12:19, Santiago 5:6 y Apocalipsis 13:10 pues en estas Escrituras se cree y se interpreta que los seguidores de nuestro Señor Jesucristo no deben destruir propiedades ajenas o quitar vidas humanas.

Se considera un pecado que después de haber recibido el conocimiento de la verdad, haber sido perdonados de todos los pecados y haber sido hechos nuevas criaturas en Cristo Jesús, participar en acciones y actos diferentes a aquellos recomendados por la divina Palabra de Dios (Hebreos 6:4-9; 10:26, 27).

Por lo tanto, todos los miembros son exhortados a responder voluntaria y libremente al llamado de su gobierno, en tiempo de paz o de guerra y prestar servicio en todas las capacidades no combatientes. La doctrina enseña que se ore por que tengamos siempre hombres de Dios como gobernantes y orar por ellos para que tengan siempre guía divina para que como naciones seamos guardados fuera de la guerra, con honor y vivir en paz continuamente (1 Timoteo 2:1-3).

10.3 Ministerios
Creemos que para el desempeño del ministerio oficial de la Iglesia Dios llama a cada persona y que el Espíritu Santo confiere a cada ministro la facultad de servir a la Iglesia en distintas capacidades y con distintos dones cuyas manifestaciones son todas para edificación del cuerpo de Cristo (Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:5-11; Efesios 4:11, 12).

Creemos también que aunque el llamamiento al ministerio es de origen divino la Palabra de Dios contiene suficientes enseñanzas sobre los requisitos que debe llenar la persona que va a servir en el ministerio y que corresponde a los gobiernos eclesiásticos organizados examinar a los candidatos al ministerio y determinar cuándo son dignos de aprobación y la tarea a que se deban dedicar (Hechos 1:23-26; 6:1-3; 1 Timoteo 3:1-10; 4:14; 5:22; Tito:5-9). Creemos además que el Espíritu Santo usa al ministro en distintas formas según las necesidades de la obra de Dios y la capacidad y disposición personal del ministro. Nadie puede ser colocado en una posición más elevada que aquella a que se haga merecedor (Romanos 12:3; 1 Timoteo 3:13).  Creemos que el obispado es el cargo más elevado en el ministerio y que a quienes lo ocupan se les debe dar muestras especiales, consideraciones y respeto sin menoscabo de los que ocupan posiciones de menor responsabilidad. Dios ha dado a la iglesia ministros especiales para entrenar y equipar a los creyentes para la obra de la iglesia (Efesios 4:11-16):
  • Apóstol—uno que es enviado con una comisión. Aunque nadie puede tomar el lugar de los doce apóstoles del Cordero, quienes eran testigos oculares de Cristo, hay otros que ejercen un ministerio apostólico por servir como misioneros y líderes pioneros (Hechos 13:2-4; 14:14).
  • Profeta—uno que imparte mensajes o dirección especiales departe de Dios (Hechos 11:27; 15:32; 21:10).
  • Evangelista—predicador a los inconversos (Hechos 21:8; 2 Timoteo 4:5).
  • Pastor—uno que dirige y cuida del pueblo de Dios, también llamado Obispo (superintendente) y anciano (Hechos 14:23; 20:28; 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5- 9; 1 Pedro 5:1-4).
  • Maestro—uno que instruye en la Palabra de Dios (Hechos 13:1).
También existe el oficio de diácono (siervo). Los diáconos ayudan a los líderes espirituales en los asuntos y las actividades de la iglesia (Hechos 6:3; 1 Timoteo 3:8-13) ya que Dios ha ordenado el gobierno de la iglesia y El da varios ministerios, papeles, tareas u oficios a los que acabamos de mencionar (Romanos 12:4-8; 1 Corintios 12:28) al mismo tiempo los líderes deben ser servidores, de ejemplos y no dictadores (Mateo 20:25-28; 1 Pedro 5:3).

10.4 Dones Espirituales
La iglesia también tiene dones del Espíritu que permanecerán hasta el regreso de Cristo (1 Corintios 1:2,7; 12:8-10). Estos dones nunca deben ejercerse en una manera contraria a la Biblia o el liderato piadoso sino siempre con amor, en orden y para la edificación del cuerpo. Los dones espirituales son milagrosos y sobrenaturales. Pueden clasificarse en la siguiente manera:
  • Dones de revelación
(1)  Palabra de sabiduría—guía, dirección o entendimiento divino para una situación específica (Hechos 27:9-11).

(2)  Palabra de ciencia—revelación divina de un hecho que de otra manera sería desconocido al recipiente (Hechos 5:1-11).

(3)  Discernimiento de espíritus—el percibir si algo es motivado por Dios, un espíritu malo o el espíritu humano (Hechos 16:16-18).
  • Dones de poder
(4)  Fe—una recomendación especial de confianza en Dios para una crisis en particular o una situación aparentemente sin esperanza (Hechos 27:21-25).

(5)  Dones de sanidad—sanidades divinas ya sean instantáneas o progresivas para varios tipos de enfermedades físicas y mentales (Hechos 5:12-16). Cristo compró la sanidad para el cuerpo (Isaías 53:5; Mateo 8:16-17) y dio a los creyentes autoridad para imponer las manos sobre los enfermos para su sanidad (Marcos 16:17-18). Los ancianos deben ungir a los enfermos con aceite y orar por su sanidad en el nombre de Jesús (Santiago 5:13-16).

(6)  El hacer milagros—intervención directa departe de Dios en una situación trascendiendo a las leyes naturales (Hechos 20:7- 12; 28:1-6).
  • Dones de expresión
(7)    Profecía—un mensaje de Dios en un idioma conocido (1 Corintios 14:3-4, 29-33), en un sentido más general, cada testimonio, predicación o alabanza ungida puede llamarse profecía (Apocalipsis 19:10).

(8)    Géneros de lenguas—un mensaje de Dios en un idioma desconocido a los oyentes a ser interpretada para el beneficio de la iglesia (1 Corintios 14:5, 27-28). Cada creyente puede también hablar en lenguas sin interpretación para devoción y beneficio personal (1 Corintios 14:4, 14-15, 18, 28).

(9)    Interpretación de lenguas—el dar el significado de un mensaje público en lenguas (1 Corintios 14:5, 27-28).

10.5 Otras Actividades:
Jesucristo instituyó la Cena del Señor y el lavamiento de los pies en su iglesia y mandó la observación de los dos (Lucas 22:14-20; Juan 13:2-17; I Corintios 10:16-17; 11:23-34).
  • La cena del Señor: Consiste en comer pan sin levadura y tomar el fruto de la vid que simbolizan el cuerpo partido y la sangre derramada de Cristo. La iglesia debe participar con reverencia, examinación propia y arrepentimiento recordando solemnemente la muerte propiciatoria de Cristo y anticipando con gozo su regreso. Los creyentes se gozan así de comunión con El y confraternidad los unos con los otros.
  • El lavamiento de pies: Enseña humildad, servicio, y confraternidad. Cuando terminó la cena pascual, Jesús “se levantó de la cena, y quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y en enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido” (Juan 13:4-5). Jesús dijo, “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:14-15). Este primer ejemplo fue dado por nuestro Señor y es una institución divina. Los creyentes hacen bien en seguir su ejemplo al lavar los pies los unos a los otros, demostrando así el espíritu de humildad.
  • El Culto o Servicio: La iglesia local debe reunirse regularmente y con frecuencia. No es obligada a observar las leyes sabáticas pues la iglesia no es limitada por la ley ceremonial (Hechos 15:19-29; Romanos 14:5-6; Gálatas 4:9-11; Colosenses 2:16-17). Los cristianos se gozan de santificación y descanso espiritual a diario en el Espíritu Santo sin embargo, la designación de un día semanal de descanso y el señalar tiempos para adoración en grupo todavía son principios válidos. La iglesia primitiva se congregaba el día domingo para conmemorar la resurrección del Señor (Hechos 20:7; I Corintios 16:2). Cada Cristiano debe ser fiel a las reuniones de su iglesia local (Hechos 2:42; Hebreos 10:25).
11.  ESCATOLOGIA
Las Cosas que Sucederán Después de Estas
¿Estas preparado para los tiempos finales?
11.1  La Resurrección de los Justos e Injustos
Cuando una persona muere su cuerpo va al sepulcro en un estado que la Biblia compara al sueño para esperar la resurrección o la reunión de cuerpo y alma. El alma impío espera en un lugar de inquietud, mientras que el alma justo descansa (Lucas 16:22-28).

La habitación temporal para las almas de los muertos es el Seol (hebreo) o el Hades (griego) (Salmo 16:10; Hechos 2:27). Cuando Cristo resucitó de los muertos El venció al Hades y a la muerte y como parte de su victoria aparentemente El sacó fuera a las almas justas que estaban en el Hades (Efesios 4:8 d-10). Hoy cuando un Cristiano muere su alma descansa en la presencia de Dios (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:21-24).

11.2 El Arrebatamiento
El próximo evento de mayor importancia para la iglesia es el arrebatamiento de los creyentes y el regreso de Jesucristo en las nubes (Tito 2:13). En el arrebatamiento (que también se conoce como el rapto, pero es un término anti-bíblico) los muertos en Cristo serán resucitados y los creyentes que viven todavía en la tierra serán transformados y ambos recibirán cuerpos glorificados inmortales e incorruptibles (1 Corintios 15:51-54; Filipenses 3:20-21; 1 Tesalonicenses 4:13-18). Ellos se encontrarán juntamente con el Señor en el aire para vivir con El por la eternidad.

11.3 Gran Tribulación
Un tiempo incomparable de gran tribulación sobrevendrá al mundo (Mateo 24:21; Apocalipsis 6-19).

Satanás buscará dominar a la tierra por medio de un hombre y un sistema que se describen como “la bestia” (a veces llamado el Anticristo) (Apocalipsis 13). La bestia y su falso profeta establecerán un sistema religioso, político, y económico para controlar al mundo. Estas maniobras satánicas traerán guerras, hambres y muerte. Eventualmente la bestia pretenderá ser Dios y se sentara en el templo judío reconstruido. Los que se oponen a este sistema impío serán perseguidos y martirizados; algunos tendrán protección divina.

En el medio de la tribulación Dios derramará su juicio sobre la humanidad impenitente y degenerada por varias grandes plagas (Apocalipsis 6-18). Muchos creen que la iglesia será arrebatada antes de la tribulación (pre-tribulacional) mientras que algunos creen que la iglesia pasará por parte o toda de ella. De todos modos la iglesia será protegida de la ira de Dios (Lucas 21:36).

11. 4 La Segunda Venida de Cristo
Al fin de la tribulación los ejércitos satánicos se juntarán en el Valle de Armagedón para destrozar a toda oposición. Siendo aparentemente victoriosos emprenderán marcha hacia Jerusalén para reclamar su galardón. Entonces Jesucristo volverá físicamente a la tierra con sus santos descendiendo al Monte de los Olivos (Zacarías 12:14; Hechos 1:9-12; Apocalipsis 19). La nación judía le reconocerá como su Mesías y El destruirá a la bestia y sus ejércitos.

11.5 El Milenio
Jesús establecerá su reino en la tierra por 1.000 años (llamado a veces el Milenio) y los santos reinarán con El (Apocalipsis 20). Satanás será atado pero al fin de la edad será soltado por un corto tiempo. El fomentará una rebelión final la cual Dios destruirá con fuego del cielo.

11.6 El Juicio del Gran Trono Blanco
Entonces vendrá el Juicio Final el del Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15). Todos los que no se hallan en el libro de la vida serán echados al lago de fuego (también llamado Gehenna en el griego) y allí serán separados eternamente de Dios, destruirá el mundo presente y creará un cielo nuevo y una tierra nueva. Los santos vivirán para siempre con El en la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:22). La Biblia describe muchas señales que precederán la segunda venida de Cristo y ellas se están cumpliendo hoy en día (Mateo 24:1-39; Lucas 21:7-31; 2 Tesalonicenses 2:1-8; 2 Timoteo 3:1-13).

12. LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS

La Restauración de todas las cosas
Imagen de Free-Photos en Pixabay 
Entendemos que las Escrituras enseñan “la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo” (Hechos 3:21). Pero no encontramos que el diablo sus ángeles y los pecadores estén incluidos. (Apocalipsis 20:10). Abra un nuevo cielo, una nueva tierra, una nueva ciudad, una nueva creación y tú puedes formar parte de ella, ¡persevera! y di: “si ven Señor Jesús" amen...

C. Palabras Finales:


La presente edad pronto terminará a pesar de diferentes ideas acerca de detalles proféticos, varias verdades claves son evidentes de cualquier interpretación literal de las Escrituras:
  1.  Jesucristo pronto y volverá físicamente a la tierra.
  2. La Iglesia de Cristo será arrebatada y los muertos en Cristo resucitaran primero.
  3. Nadie sabe o puede determinar el tiempo de su venida la iglesia debe estar preparada en todo momento (Mateo 24:42-44; Marcos 13:33-37; Romanos 13:11-14).
  4. Cada persona se enfrentará con El en el juicio para recibir el galardón de la vida eterna o el castigo de la muerte eterna.
¿Cuál es la respuesta apropiada a la luz de estas verdades maravillosas?:

“El Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús” 
(Apocalipsis 22:17, 20).

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