La Unicidad de Dios en la Historia de la Iglesia Parte V
1. UNICITARIOS POST-APOSTÓLICOS Y NICENOS:
Imagen alegórica del Primer Concilio de Nicea (325) de el nacimiento de la IGLESIA CATÓLICA ROMANA. Sin embargo se muestra el texto del credo niceno constantinopolitano del Primer Concilio de Constantinopla (381) con el inicial πιστεύομεν (creemos) sustituido por πιστεύω (creo), como en la liturgia |
Sin embargo, algunos de los autores consultados coinciden en la dificultad que se les plantea al abordar el asunto, especialmente en esta época, por los hechos que los propios registros de llamados herejes modalistas han desaparecido o han de sido destruidos y para su estudio se depende totalmente de quienes escribieron en contra de ellos, los cuales seguramente los juzgaron con sus propios prejuicios y parcialidades. Parece que hubo un especial cuidado en lograr que no solo las personas, sino también sus creencias y doctrinas fueran eliminadas y por consiguiente es muy poco lo que se conoce de ellos.
Fundamentados en las investigaciones realizadas por varios autores enunciaremos a continuación los nombres de personas y grupos que tradicionalmente se han calificado como creyentes unicitarios y algunos apartes de sus escritos.
Sin concordar necesariamente con todo lo que defendieron y con el tipo de vida que algunos llevaron, queremos recordar el nombre de algunos de estos famosos “herejes” que según el testimonio de la historia fueron creyentes unicitarios.
En primera instancia se mencionan los nombres de los líderes post-apostólicos hasta Nicea y luego se hará referencia a los personajes de siglos posteriores hasta el siglo XIX.
No se pretende identificar una “Iglesia del Nombre” en dicho proceso, pues haría violencia al contexto histórico eclesiástico de aquellos siglos, lo que se quiere resaltar es la permanencia del principio de unicidad divina en la historia del cristianismo.
Entre los más relevantes líderes, están los ya mencionados padres de la iglesia tales como:
- Clemente de Roma
- Policarpo de Esmirna
- Gnacio de Antioquía
- Hermas
… Los apóstoles recibieron el evangelio para nosotros del Señor Jesucristo; Jesucristo fue enviado por Dios. Así pues, Cristo viene de Dios, y los apóstoles de Cristo. Por tanto, los dos vienen de la voluntad de Dios en el orden designado. Habiendo recibido el encargo, pues, y habiendo sido asegurados por medio de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, y confirmados en la palabra de Dios con plena seguridad por el Espíritu Santo, salieron a proclamar las buenas nuevas de salvación de que había llegado el reino de Dios.
David Bernard, contesta acerca de ellos:
…El Pastor fue escrito por un hombre desconocido llamado Hermas, en Roma. El pastor afirma que Dios es uno… Hermas no vio al Espíritu Santo como una persona separada de la deidad pero dijo que fue manifestado en el mundo como el Hijo. Hizo alusión a la fórmula bautismal en el nombre de Jesús… Clemente de Roma afirma que Dios es uno, identifica a Jesucristo como Dios. Él también identifica al Padre como nuestro Creador, Salvador y Señor, que son los títulos bíblicos de Jesús. Hizo énfasis en la singularidad del nombre de Dios… Policarpo de Esmirna (-155), apoyó fuertemente las cartas de Ignacio, obviamente apoyando la doctrina de Dios expresada en ellas. Policarpo habló de “Dios y nuestro Señor” e identificó a Jesucristo como “nuestro Señor y Dios” y “el Hijo de Dios”… Los escritos de Ignacio de Antioquía (c. 110-15), igualan a Jesús con el único Dios, tan fuertemente que algunos historiadores han llamado modalística a su doctrina. Identifica a Jesucristo como el único Dios manifestado en carne... Él habló de Jesús como el Dios Padre encarnado. Para Ignacio, los cristianos son la gente del nombre de Jesús, que es el nombre revelado de Dios.
En una época posterior que va desde el año 150 d.C. hasta el siglo IV, se destacan como unicitarios a los siguientes personajes:
- Eleuterio
- Ireneo
- Noeto de Esmirna
- Epígono
- Cleómenes
- Práxeas
- Montano
- Víctor de Roma
- Calixto Obispo de Roma
- Comodiano
- Sabelio
- Zeferino
- Berilio
- Eustaquio
- Marcelo
- Photino
- Prisciliano
Monarquianismo Modalista |
Algunos de ellos fueron acusados de monarquianos modalistas o sabelianistas.
Eleuterio fue obispo de Roma entre 175 y 189, probablemente nacido en la ciudad griega de Nicópolis y sucedió en el obispado de Roma a Sotero.
De Ireneo David Bernard comenta:
Ireneo [fue]… discípulo de Policarpo, provenía de Asia menor y llegó a ser obispo de Lyón, cerca del 178, típicamente se ha caracterizado la teología de Ireneo como bíblica, profundamente reverente de la tradición, y Cristocéntrica. Hizo énfasis en la doctrina histórica de Cristo como Dios manifestado en carne y Salvador. Establece las distinciones de Padre, Hijo y Espíritu Santo, como manifestaciones o revelaciones, pero nunca como distinciones de esencia. Además, identifica a Jesucristo como la manifestación visible del Dios invisible. En contraste con los apologistas griegos Ireneo no ve el Logos como una segunda persona, subordinada y creada por Dios en un punto del tiempo, sino que para él el Logos es la mente de Dios, es eterno y siempre ha estado en o con el Padre. La palabra de Dios es Jesús, quien es Dios. Para Ireneo Jesucristo es Dios manifestado en carne. El gran Yo soy, el Padre y el Espíritu.
Hipólito, quien era un fuerte opositor de la doctrina unicitaria escribió dos importantes documentos para tal fin; “Philosophoumena” y “Contra Noeto”. De Noeto quien fue unos de los más fuertes defensores de la doctrina apostólica, y de otros creyentes unicitarios, Hipólito en su Philosophoumena documenta:
Hubo un tipo de nombre Noeto, de origen esmirniota... De éste se hizo discípulo y servidor uno de nombre Epígono, el cual llegando a Roma diseminó esta doctrina impía. De él aprendió Cleómenes, reforzó esta enseñanza; siendo Zeferino por entonces designado para dirigir la iglesia… Condescendía con los que se iban para hacerse discípulos de Cleómenes. Y él mismo seducido por entonces a las mismas doctrinas se inclinaba, siendo también Calixto concejero y aliado de él en esas maldades.
Además en “contra de Noeto” dice de él:
…Afirma que uno y el mismo son el Padre y el llamado Hijo, no uno distinto del otro, sino el mismo de sí mismo, de nombre llamados Padre e Hijo según la figura temporal; uno es, en efecto, el que se ha manifestado y se ha sometido al nacimiento de una virgen y ha vivido normalmente como hombre entre los hombres, pues a los que veían se manifestó él mismo Hijo por el nacimiento que había tenido lugar, pero a los que son capaces de comprender no oculta que es el Padre. Que éste ha sufrido en el suplicio del madero y su mismo espíritu ha entregado, que ha muerto y no ha muerto, que así mismo al tercer día ha resucitado, (después de) ser enterrado en el sepulcro y de haber sido atravesado por la lanza y clavado con los clavos, que éste es Dios del universo y Padre lo afirma Cleómenes y su coro de seguidores... Esta herejía la robusteció Calixto… en efecto, al mismo tiempo Ceferino le persuadía (Calixto) a decir públicamente: «Yo sé que existe un sólo Dios, Cristo Jesús, y fuera de él no existe otro distinto engendrado y pasible»; además dice: «No ha muerto el Padre sino el Hijo»… El cual dando espacio a la insensatez nos llamaba a nosotros “diteístas”…
En este documento, se muestra con claridad que Noeto afirmaba la monarquía basado en el monoteísmo del Antiguo y Nuevo Testamento, e Hipólito en su argumentación, interpreta desde su perspectiva pluralista los textos bíblico que según él son usados por Noeto para dar fundamento a su creencia.
Pero sin lugar a dudas, uno de los mayores adversarios de la doctrina unicitaria fue Tertuliano, quien refiriéndose a Práxeas (discípulo de Epígono), y su forma de fe, expone:
…El mantiene que hay un sólo Señor, el omnipotente creador del mundo… Él dice que fue el Padre el que descendió a la virgen y nació de ella, él sufrió… Él [Práxeas] crucificó al Padre… Esta herejía que se supone posee la pura verdad, piensan que uno no puede creer en un solo Dios de cualquier otra manera que diciendo que el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo es la misma persona. Nosotros, dicen ellos, guardamos la monarquía (o sólo el gobierno de Dios)… Ellos contienden a favor de la identidad del Padre e Hijo y Espíritu…
La más célebre inculpación de Tertuliano contra Práxeas y sus seguidores fue que su doctrina hacía sufrir y morir al Padre. El cargo de Tertuliano causó que los llamaran: Patripasianos, término que proviene de las palabras latinas que significan “el Padre sufrió”. Pero Práxeas negó que el Padre muriera en su deidad. Él explicó que Cristo murió sólo en su humanidad -como el Hijo- pero Tertuliano rehusó escucharlo.
Otros creyentes de la “unicidad” de Dios, fueron Víctor obispo de Roma (189-199). Y Montano.
De Víctor, obispo de Roma, David Bernard afirma que:
“Abrazó y defendió las enseñanzas de Práxeas”
Y al referirse a Montano, presbítero de la región de Frigia en Asia menor, explica que:
Éste fundó el grupo de los Montanista, para quienes el hablar en lenguas era una marca importante de la verdadera iglesia, tendían hacia el legalismo y el ascetismo. Existe evidencia que los Montanistas fueron originalmente modalistas... Además, ellos no bautizaron en los títulos trinitarios, así que ellos deben haber adherido a la fórmula original del nombre de Jesús. Algunos escritos del siglo III dicen que una facción de los Montanistas era modalista, así que eventualmente otros de ellos abrazaron el trinitarianismo. De hecho, un famoso converso al Montanismo del siglo III fue Tertuliano quien tuvo gran influencia en el desarrollo de las doctrinas bíblicas de la unicidad de Dios, la deidad de Jesucristo, el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo, el bautismo del Espíritu Santo con el hablar en lenguas, los dones del Espíritu, y santidad de vida.
Cuando Tertuliano escribió “Adversus Práxeas” ya era convertido al Montanismo y aparte de inculpar a Práxeas por su monarquianismo; también lo censura por su actividad contra los errores y excesos proféticos de Montano y sus profetizas Prizca y Maximilla, ante lo cual escribe:
… después de que el Obispo de Roma había reconocido los dones proféticos de Montano, Prizca y Maximilla, y a consecuencia del reconocimiento, había dado su paz en las iglesias de Asia y Frigia, él, [Práxeas] importunamente insistiendo en imputaciones falsas contra los profetas y sus iglesias... Lo compelió a revocar la carta pacífica que había emitido, y además lo hizo desistir de su propósito de reconocer los dones. Por esto Práxeas hizo en Roma un servicio doble para el diablo: él ahuyentó la profecía e introdujo la herejía; él puso en fuga al Paráclito, y crucificó el Padre.
Algunos escritores usan la afirmación “puso en fuga al Paráclito” para atestiguar que Práxeas no creía en el Espíritu Santo, pero es claro que Tertuliano se refiere, al caso especifico del Montanismo que era reprobado por Práxeas, -quien desconocía a Montano, a Prizca y a Maximilla como profetas- en razón de los excesos y errores que personificaba en cuanto a los dones y manifestaciones del Espíritu Santo. “Puso en fuga al Paráclito” es como decir: no aceptó la profecía del espíritu a través de los líderes montanistas.
Otro defensor de la doctrina unicitaria en los primero siglos fue Sabelio, que probablemente era de Libia. Predicó en Roma durante el tiempo de Zeferino y Calixto, según Bernard, él creyó que:
Dios es una unidad… No hay ninguna distinción en el Ser divino, pero, Dios la Unidad divina se revela consecutivamente en tres modos diferentes o formas... Según él los nombres Padre, Hijo y Espíritu Santo simplemente son designaciones de tres fases diferentes bajo los cuales se manifiesta el único ser divino. Dios se revela como el Padre en la creación y el dador de la ley, como el Hijo en la encarnación, y como el Espíritu Santo en la regeneración y santificación… Enseñó que el Padre y el Hijo no son dos personas.
De Comodiano no se sabe exactamente si fue un presbítero o un obispo del Norte de África, es el único modalista de esta época de quien se ha conservado algunos escritos.
Él habla de “el Dios omnipotente, el Cristo viviente” y “Dios-Cristo”, y en el “Poema Apologético contra los judíos y gentiles”, llama a Cristo el propio Dios.
En cuanto a Eustaquio, se sabe que fue depuesto del título de obispo de Antioquía por cargos de Sabelianismo, en el Sínodo de Antioquía en el año 330. Además parece que no sólo él, sino muchos cristianos en Antioquía eran modalistas en sus creencias. Eustaquio atacó las enseñanzas de Orígenes, Arrio y Eusebio de Cesarea.
Marcelo igualmente fue destituido del título de obispo de Ancira por cargos de Sabelianismo, en el Sínodo de Constantinopla en el año 336. Él afirmó fuertemente el monoteísmo pero se opuso de forma tenaz al arrianismo, sostuvo que el Logos no era una persona distinta del Padre; así mismo rechazó la generación eterna del Hijo y enseñó que el término Hijo sólo se refería a la manifestación en carne, y dijo que el Padre estaba en Cristo. Él fue representante de la teología tradicional de Asia Menor, tal cual se encuentra en Ignacio e Ireneo.
Respecto a Photino, este fue discípulo de Marcelo, aunque algunos afirman que al final se adhirió al monarquianismo dinámico.
Prisciliano fue un obispo hispano-romano, natural de la provincia romana de Galicia, comenzó su predicación hacia el año 379. Su doctrina, entre otras cosas, negaba la distinción de personas en la trinidad y defendía una rígida moral, preocupado porque veía una relajación en las costumbres. Nombrado obispo de Ávila en el 380 y desterrado de la península Ibérica en el 381, fue juzgado en Tréveris ante el emperador Máximo acusado de magia, siendo decapitado. Su doctrina perduró hasta el fin del siglo VI en Galicia.
Y aunque muchos otros profesaron la doctrina de la unicidad como la enseñanza apostólica, fue a partir del concilio de Nicea que se declaró como una herejía. Sin embargo, no todos adhirieron a la nueva posición y fe oficial de Roma, -la trinidad- situación que se convirtió en permanente a lo largo de la historia del cristianismo. Unos de dentro y otros de fuera del catolicismo se atrevieron a cuestionar el dogma de la trinidad y a declarar la verdad acerca de la divinidad; entre ellos los creyentes en la unicidad.
Otro aspecto fundamental que no se puede ignorar es que al establecerse como dogma de fe la trinidad; la fórmula bautismal también fue modificada, lo que ocasionó de manera lógica oposición de quienes defendían la fórmula enseñada en el Nuevo Testamento.
Después de analizar el bautismo cristiano en lo referente a la fórmula bautismal primaria y habiendo tomado como punto de referencia las investigaciones de Hebert G. Wood, W. Walter, Hans Küng, y Gerhard Barth; [68] Gaxiola concluye:
“Lo que hemos escrito hasta ahora nos permite postular la idea de que, como dicen Wood y otros, la fórmula trinitaria del bautismo es adición posterior y no corresponde ni a la prácticas de la iglesia del tiempo de los apóstoles ni al contenido original del Nuevo Testamento. Buscar fechas que indiquen este cambio es una tarea importante para los estudiosos de hoy, ya que, el tema ha estado apabulladoramente sepultado por la tradición y la aceptación incuestionada del bautismo trinitario…
De igual forma, David A. Reed sacerdote anglicano estudioso del uni-pentecostalino sostiene que la cristología unicitaria “es una forma sectaria de teología judío cristina que manifiesta las características de su teología en el Nombre de Jesús”. De ahí que la fórmula bautismal sea hoy tan importante para los uni-pentecostales como lo fue para la primitiva iglesia judío-cristiana.
Si te ha gustado esta entrada ayúdanos a COMPARTIR entre tus amigos, conocidos, hermanos e iglesia y DÉJANOS TUS COMENTARIO. En tu WhatsApp o Facebook dandole click a cualquiera de los iconos de Redes Sociales 😇☝