¿La Forma de Vestir con Modestia e Inmodestia Tiene Mucho que ver con el Declarar ser Cristiano? por el Rev. Nathaniel A. Urshan el cual fue el Máximo Líder de la UPCI-IPUI
Por: Joe Sanmartin
Edición: Planeta Apostolico Pentecostal
Fuente: Por
Nathaniel A. Urshan tomado de una pagina web pentecostal del nombre en idioma Ingles que pertenecia a el Hr. Robert (ver aquí) y la cual hacia parte de una red social que estuvo vigente hasta el año 2009 llamada "GeoCities.com" y puedes ver el articulo original "aquí" ©Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)
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Rev. Nathaniel A. Urshan |
En Hawthorne Nevada, casi un centenar de estudiantes de secundaria marcharon, oponiéndose a la última moda de camareras y bailarinas en lugares nocturnos que desfilaban en topless, calificando tales acciones de indecentes e inmorales. Ciertamente, en estos días de moral menguante e ideales en declive, necesitamos más jóvenes dispuestos a defender la causa de la justicia.
Estos jóvenes son dignos de elogio por su oposición a las modas y modas degradantes que buscan apoderarse de Estados Unidos y se alimentan como un cáncer que degenera en nuestra sociedad. Me temo que algún día prevalecerá la desnudez, coronada como la diosa de la llamada libertad en este país, a menos que nos opongamos a la tendencia actual, como hizo el apóstol Pablo, de oponernos a las deidades populares de su época. ¿Recuerdas cómo la gente adoraba a la diosa Diana? Pablo vino, persuadiendo a la gente de que no había dioses hechos por manos, y que solo se debía adorar al verdadero Dios del cielo, como se reveló en Jesucristo. Isaías, el profeta, que vio el día de la virgen hija de Babilonia, describe vívidamente la ruptura de la modestia. Leemos en el capítulo cuarenta y siete de (Isaías 47:2): "Nunca más te llamarán tierno y delicado. Toma el molino y muele harina: descubre tus guedejas, desnuda la pierna, descubre el muslo". Me atrevería a decir que hemos sido testigos de esta tendencia en nuestros días. ¿Dónde se detendrá? No estamos preparados para decirlo, porque vemos la avalancha de deseos humanos y lujuriosos arrasando nuestra tierra.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, miles de madres abandonaron sus hogares para trabajar en tiendas y oficinas. Hoy en día, unos veinticinco millones de mujeres tienen un empleo remunerado. Eso es dos de tres. No es que tal empleo sea incorrecto, pero ciertamente no conduce al más alto ideal establecido para una mujer piadosa. Trabajar en una fábrica o lugar de negocios entre hombres, algunos de ellos muy impíos, ha llevado, en ocasiones, a la ruptura del hogar, a algunas relaciones ilícitas o alguna tragedia similar.