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12/23/2015

"Época Apostólica" de la "Unicidad en la Historia de la Iglesia" Parte III / "La Iglesia Primitiva" (30 d.c a 100 d.c)

La Unicidad de Dios en la Historia de la Iglesia Parte III

(30 d.c a el año 100 d.c)
1. ÉPOCA APOSTÓLICA (30 d.c a 100 d.c):
  • Se denomina así al periodo comprendido entre Pentecostés (30 d.C.) y la muerte del último apóstol de Cristo, Juan hijo de Zebedeo (100 d.C.).
Históricamente, a la Iglesia en esta época se le llama “primitiva

Época Apostólica desde el Pentecostes hasta la Muerte de Juan el Bautista
En las epístolas se hace referencia a ella como “la Iglesia”, en el sentido de su identidad con Cristo más no como una organización

Por eso es que no se refiere a ella con ningún otro apelativo, exceptuando el lugar donde la congregación se encontraba establecida.  En obediencia al mandato de Jesús, los apóstoles y seguidores centran su actividad evangelística en Jerusalén, donde se destacan Jacobo, Pedro y Juan  como líderes.

Época Apostólica
Tiempo después acontece la muerte de Pedro y Pablo, y según datos históricos, seis años después acontece la destrucción de Jerusalén. Es sabido según la tradición, que los cristianos, atendiendo a las profecías dadas por Jesús respecto a este suceso, huyeron con anterioridad de la ciudad y se refugiaron en Pella (zona montañosa en Transjordania), donde se estableció una iglesia judeocristiana

Luego de la destrucción del templo y la persecución, los líderes de la iglesia se trasladan a Antioquía de Pisidia (Asia Menor). La persecución permite que la iglesia se expanda y trae como consecuencia una marcada influencia de la cultura helenística (griega).

En el periodo apostólico y a medida que la iglesia se va expandiendo estos van encargando a ancianos para el gobierno local de la iglesia, a los que se les llamaba ancianos y obispos. Esto lo hacían en pro de mantener la unidad del cuerpo en la doctrina y la fe.

La doctrina acerca de la unicidad de Dios en esta época se fundamenta inicialmente en las Escrituras del Antiguo Testamento y en las enseñanzas de Cristo (consignadas en los Evangelios). Es por esta razón que en la iglesia primitiva se mantiene la misma línea monoteísta y cristológica del Antiguo Testamento. El Señor Jesús le da fuerza a la misma, al ratificar la Shemá como el primer mandamiento:

 “Oye Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es”

A medida que la iglesia crece, los apóstoles escriben a las nacientes congragaciones y a algunos de sus discípulos unas cartas (epístolas), con el fin de fortalecer su fe y solucionar algunos problemas que se iban presentando en las iglesias. En estas cartas los apóstoles enseñan enfáticamente que Jesús es el mismo Dios del Antiguo Testamento, quien se manifestó en carne. 

Es así como la iglesia seguía creyendo y predicando la verdad expuesta en el Antiguo Testamento, la creencia en un Dios único e indivisible; además expresaban que en Jesús habita corporalmente la plenitud de la divinidad.

La iglesia primitiva se caracterizó por una fuerte tradición judía, 

Por lo que desarrolló una cristología del nombre que buscaba expresar no sólo la humanidad de Cristo sino también la naturaleza de la presencia divina en él, usando expresiones propias de su tradición; pues la idea de la habitación de Dios en Cristo es la más adecuada para expresar su manifestación en carne.


En ningún momento los apóstoles tuvieron problemas con los términos Padre, Hijo y Espíritu Santo, pues eran entendidos por ellos como manifestaciones, modos, oficios, o relaciones que el único Dios ha demostrado al hombre, y que la única “persona” existente en relación con la Deidad es Jesucristo Hombre. No se conoce en este período enseñanzas impartidas por los apóstoles acerca de una pluralidad de personas en la Divinidad, ni de una trinidad en Dios.

"Las Raíces de la Unicidad" en la "Historia de la Iglesia" Parte II / Antepasados ( - a.c al 30 d.c)

La Unicidad de Dios en la Historia de la Iglesia Parte II


( -  a.c a el año 30 d.c)

1. Preámbulo
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El Monoteismo Hebreo
(La existencia de un único Dios)
Con relación a la Doctrina de Dios se exponen en esta unidad, evidencias bíblicas e históricas, junto a comentarios de investigadores y estudiosos que confirman que la creencia en el monoteísmo puro fue el fundamento doctrinal del pueblo de Israel, proclamado como ya es sabido, por el Señor Jesús y posteriormente predicado y enseñado a los apóstoles.

De igual manera se referirán algunas pruebas del origen helenístico del dogma de la trinidad, que históricamente aparece tiempo después de la llamada época apostólica.

Será claro ver, cómo en la historia de la Iglesia cristiana, siempre hubo creyentes de la doctrina apostólica a través de todas las épocas hasta hoy; pues el monoteísmo puro fue una creencia incesante aún en los momentos de mayor persecución y de gestación de los más fuertes y opositores movimientos herejes. Todo esto permitirá que el lector tenga un conocimiento más objetivo de la doctrina de la iglesia de Jesucristo. Doctrina que en los tiempos modernos se le ha denominado uni-pentecostal. 

No se pretende realizar un estudio exhaustivo; este capítulo se limita a una modesta revisión bibliográfica, con el único objetivo de proporcionar al lector una síntesis que le permitirá, desde una perspectiva seria, tener un panorama general del tema.

El propósito fundamental es la compresión secuencial y progresiva del tema.  Este capítulo trata de las raíces históricas y bíblicas de la unicidad, y para facilitar su asimilación, se ha subdividido en épocas que se han caracterizado por tener unos sucesos históricos que las enmarcan

2.  Las Raíces de la Unicidad
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La unicidad como doctrina revelada, tiene sus orígenes en lo que históricamente se conoce como época veterotestamentaria. Esta época se refiere a la historia de la humanidad que se conoce a través  del antiguo testamento y que en gran parte se relaciona con el pueblo de Israel. Se observa en esos escritos el deseo de Dios de darse a conocer al hombre, primeramente a través de una pareja, luego a una familia, a un pueblo y finalmente a la humanidad entera.

Pero en este proceso revelador de Dios, el pueblo de Israel participa trascendentalmente, pues es el depositario original de la doctrina de la deidad. 

“A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él”. 

Las evidencias del Antiguo Testamento son contundentes; declaraciones como las de Moisés escritor del Pentateuco; David y Salomón autores de una gran parte de los Salmos; y de algunos profetas como Isaías, Jeremías, Zacarías y Malaquías; representan el sentir radicalmente monoteísta de todo el Antiguo Testamento y del pueblo de Israel respecto a su fe.

Reafirmando la enseñanza veterotestamentaria David Bernard dice:

Muchos… Pasajes del Antiguo Testamento afirman un monoteísmo estricto y se interpretan literalmente para excluir cualquier pluralidad en la deidad… La base de la teología uni-pentecostal es un concepto radical del monoteísmo. 

Simplemente expresado, Dios es absoluta e individualmente uno.